Caos. Así podía definirse todo el reino de Atlantis. Debido a la protesta agresiva de los Pokémon del sur, había empezado el caos y violencia por toda aquella zona central, lugar al que habían marchado. Lo que antes solo era esto, protestas, con el pasar y continuar de los días, empeoró hasta ser considero una guerra, sí. La primera guerra civil de este reino, la cual, por los conflictos e ideales que se juzgaban, acabó siendo llamada "la guerra santa".
La lucha de ambos no iba bien. El bando santo solo se defendía en su mayoría, mientras que los protestantes eran más agresivos y querían echar del reino a los creyentes fuera como fuera. Cuando se sintieron acorralados, el grupo de creyentes optó por, curiosamente, ocultarse en su iglesia. Esto no detuvo a los protestantes quienes permanecían fuera de ella, pensando que hacer, pues sus puertas estaban cerradas.
— Señor... ¿Qué será de nosotros? -preguntaba un samurott-
— ¡No teman! Estamos en el mismo templo de arceus, él nos salvará, no dejará caer su gran casa... Solo tengan fe -decía el tipo siniestro/psíquico tratando de animar a los que estaban con él-
Mientras la fe de algunos no era suficiente, los protestantes no estaban a nada de actuar.
— ¡Escuchen todos! Se han ocultado en su iglesia como los cobardes que son. Díganme, ¿Les dejaremos escapar nuevamente? ¿Lo dejaremos así?
— ¡No! -respondió la muchedumbre-
— ¡Entonces vamos! Demostremos que ese supuesto Dios solo es uno falso, que ni puede salvar a sus siervos.
— ¡VAMOOOS! -siguieron respondiendo energéticamente-
Todos los protestantes, junto a su líder, fueron hacia la puerta, tratando de tumbarla. Cuando vieron que no tenían éxito, simplemente empezaron a usar ataques contra ella, y entraron por la fuerza.
— ¡Este es el fin de todos los creyentes! ¡Veamos si su querido Dios puede salvarlos!
Empezó una ráfaga de ataques... Sin embargo, no iban casi contra algún Pokémon creyente, era contra la iglesia misma. Costó tan solo unos segundos que el sitio entero comenzara a temblar. Ante eso y la puerta destruida, todos los Pokémon creyentes, por instinto, trataron de escapar, y aunque algunos lo consiguieron, otros fueron detenidos con ataques de los protestantes.
— ¡Señor Cyrus! Todo se derrumba, ¡Debemos irnos o moriremos! -le gritaba exaltado el tipo lucha que estaba a su lado, igual que el psíquico/hada-
Ambos le gritaban al malamar, pero este extrañamente no reaccionaba. Se mantenía quieto mientras, en su mente, todo sucedía a cámara lenta. Con sus ojos... Veía a todos los Pokémon que seguían atacando. Miraba alrededor... Las columnas, paredes, todo lentamente se estaba destruyendo y caía a pedazos. Los Pokémon protestantes también empezaron a destruir el altar al cual los creyentes solían rezar. Lentamente, Cyrus miró al techo que también empezaba a agrietarse, alzando sus tentáculos arriba.
— Por qué... ¡¿Por qué?! ¡¿No te importamos?! ¡¿Dónde estás?! ¡Es tu propio templo! ¡¿Aceptarás esta deshonra?! ¡¿Escuchaste nuestras oraciones de auxilio?! ¡¿El arrepentimiento de nuestros errores?!
Un pedazo de columna estaba por caerles encima. Por suerte, al Cyrus darse cuenta reaccionó y se apartó junto a sus 2 discípulos. Este entonces cargó a los 2 pequeños y con una gran agilidad corrió, saliendo de aquella iglesia que literalmente se estaba cayendo a pedazos.
Al ver esto, hasta los mismos protestantes empezaron a salir. Algunos escaparon, pero la antigua iglesia ahora no era más que grandes ruinas.
Mientras tanto, en el castillo de Atlantis
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Pokecuento: Diabulus in Atlantis
FantasyEs la historia de un reino oculto debajo del mar, y en él, un inteleon lucha constantemente con su pasado, pero deberá afrontarlo si quiere, no solamente salvar a quienes ama, sino encontrar finalmente la paz que ha buscado por tanto tiempo.