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Está mañana junto con Sae fuimos al Campamento de entrenamiento puesto a qué hoy iban a dar las posiciones del partido.
Sae con centrocampista ofensivo y yo como mediocampista ofensivo. Hubo disputa por parte de Sendo y Shidou por lo que Aiku tuvo que hablar con Sae para que Shidou no participara, el resto del equipo tampoco estaba de acuerdo con que el moreno jugará con nosotros.
Me sorprendió que Sae aceptará a la primera pero le advirtió a Aiku que debían de ganar de lo contrario si el partido iba mal se iría y nosotros tendríamos que formar parte de Blue lock. Luego de eso Sae se fue a resolver unos asuntos y me dejó aquí en la casa de mis padres.
Vine a invitarlos al partido y pasar un rato agradable con ellos.
- ¿Entonces tu equipo jugará contra el proyecto Blue lock? - pregunta mi padre interesado.
Asiento - Así es. ¿Irán?
- Claro que iremos a verte, hija. - afirma mi madre sonriente - Por cierto, te compre de esos brownies que tanto te encantan.
Suelto un pequeño gritito, enserio cuánto amaba a mi madre.
- ¿¡Enserio!? ¡Dame! - grito mientras corro a la cocina en busca de los dichosos brownies. Escucho como mi madre suelta una carcajada mientras dice que parezco una niña de cinco años.
Regreso a la sala con tres brownies y me aproximó a dónde están mis padres, les doy una a cada uno ganandome una mirada de desaprobación por parte de mi padre.
- ¿Que? - pregunté inocentemente
- No deberías de comer tanta azúcar, Brigitte - me reprende - Tienes que estar en forma.
- ¡Pero estoy en forma! - chille
- No por mucho si sigues comiendo azúcar.
Mi padre respinga cuando mi madre le pellizca.
- Déjala, que lo haga una vez no quiere decir nada.
Le saco la lengua a mi padre y el rodea los ojos divertido.
- Papi.
-¿Mhm?
- ¿Te parece si jugamos más tarde en la cancha de la vecindad?
Mi padre frunce el ceño - ¿Que tú novio no dijo que debías descansar la rodilla?
Frunzo el ceño yo también.
- ¿Y como sabes eso? - interrogue
El simplemente se enconge de hombros.
- El me lo dijo. - se limito a decir.
- Solo será un rato, además ya está mejor mi rodilla. - lo miro con picardía - Oh, ya se. Es que estás tan viejo y por eso no quieres jugar, debí suponerlo.
