Elefantes en la cabeza

0 0 0
                                    

Llevo una semana mirando esos elefantes, he llegado a la conclusión de que no me gustan, de hecho, los odio, son una constancia de que sigo aquí, estático, como un adorno más de esta utopía, cómo si la existencia no fuera más que eso y cómo si ser un espectador del tiempo no fuera una tortura. Me he preguntado cómo diablos es que llegaron aquí, tampoco es que caminen, son de cerámica, indiscutiblemente alguien tiene que haberlos traído y puesto ahí, obviamente, ese alguien lo hizo con el único propósito de hacerme daño, seguro que sabía que yo pasaría una temporada en esta vida. No sé que tanto sabrá sobre mí, ¿por qué elefantes?, ¿cómo pudo saber que llegaría a odiarlos en tan pocos días?, y ¿quién es ese alguien, por qué a mí, por qué traerlos, y, por qué atormentarme con la muerte?.

Musas y DesvaríosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora