La semana pasada y la que viene

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Y ella se fue (la dejé ir), y un cafecito que está aquí cerca. Tan cerca tú (en otro universo), creo que al final nunca estuviste en realidad, bueno, tal vez sí, pero todo depende de la definición que le demos al verbo. Uno se sienta y pide un café (negro, y sin azúcar, con un poquito de vida que me muero), ese día, llovía ( y no era yo el que lloraba). Me gusta sentarme afuera en una de esas mesitas verdes (las odiaba, ella las odiaba, decía que eran horribles, nunca pudo ver que todo tiene su belleza). Y mirando las personas pasar por la calle, desde ahí, mirando (cómo pasan personas), es curioso, uno se da cuenta que todo pasa, no con el tiempo, no, él pasa también, todo pasa, la vida se nos pasa, como las personas, están y de pronto ya no, como barcos que se pierden a lo lejos en el mar, o al quebrar la esquina, pasan, se van, como hojas secas que se lleva el viento en otoño tú te fuiste. Un tal “Chetes” y una tal “Amaral” comenzaban a cantar algo en mis audífonos, y uno se asombra con lo monstruoso de los edificios (deben de estar llenos de pequeñas vidas de esas que pasan), yo no tengo perro para espiar horizontes, pero, tampoco es qué quiera que vuelvas. Todo pasa, y mi amor por ti, pasó.

Musas y DesvaríosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora