Sus manos apretaban con fuerza mi cuello sin permitirme un correcto paso del aire. Me ahogaba con ese movimiento. Su cuerpo sobre el mío impidiéndome escapar. Me había acorralado. Con una sonrisa desquiciada comenzó a tirar su veneno sobre mí.—Ahora, ¿qué harás? ¿Llorar, suplicar o rendirte? Te lo dije, no te podes escapar —sin dejar de apretar mi cuello, quitó su mano izquierda para desabrochar mi pantalón en lo que yo forcejeaba para que no lo hiciera—. Sabes que pasará y aún así tu cara de miedo me mira con odio —de rió y me golpeó fuertemente en la cadera logrando que me quedará quieto.
Las lágrimas de miedo y desesperación comenzaron a brotar de mis ojos sin más. ¿Qué hice mal? Solo confié en ella, yo quería salvarme de esta miseria.
No entiendo que hice realmente mal. ¿Con qué logré este karma?—Sí, justo así. Mírame exactamente así —desabrochó mi pantalón y lo bajó hasta detrás de mis glúteos—. No sabes lo duro que me pones. Me excitas tanto —su tono lascivo me repugnaba y me asustaba—. Y este tobillo, todo pasó porque lo deje curarse... —chasqueo la lengua y volvió a reírse.
El miedo volvió a aumentar. Comencé a gritar que parará, que esto estaba muy mal, que no escaparía, que no me hiciera nada malo, que no me hiriese más.
—Sueltame... por favor —sentí como tomó mi tobillo roto presionándolo con mucha fuerza.
Grité del dolor y lo único que escuchaba era su risa y su satisfacción. Con un movimiento me inmovilizó completamente.
—Ya tuve mucha paciencia por hoy —escuché el sonido de la cremayera bajando—. Tengo que romperte completamente para que seas mío —apretó aún más mi cuello y mi pie mientras apoyaba su pene en mi trasero—. No te olvides de quién eres.
La desesperación se apoderó de mí.
—No... no... ¡NO! —grité con fuerza sintiendo una sacudida fuerte en mis hombros.
—¡Señor Byun! ¡Byun Min-ho! —escuché claramente en mi oído.
Mis ojos se abrieron de par en par, mi cuerpo estaba empapado en sudor. Mi respiración acelerada indicaba la pesadilla que acababa de tener. Ante mi mirada temblorosa estaba ella tomándome de los hombros. Sin pensarlo dos veces la abracé con tiritando. Volví a llorar en su hombro.
Ahn se mantuvo callada acariciando mi espalda y mi cabello. No buscaba despegarse de mí y lo agradecía muy por dentro. Ya no tengo orgullo, ya no tengo nada, estoy despojado de cualquier sentimiento de grandeza, soy solo un puto prostituto que se vendió al peor postor, que no puede hacerse cargo del pasado ni mucho menos de un futuro porque no lo tengo. Y sabiendo que ese postor puede aparecer. Ella no va a poder protegerme y aún así su abrazo me asegura que si lo hará.
—Solo sé llorar —susurré con mi voz entrecortada.
—Y está bien —dijo ella con su voz suave—. Te desahogas, sales adelante con hacerlo —siguió y apretó su abrazó hacia mí—. Tuviste días horribles, un infierno. Pero ya no vivirás en uno, me encargaré de eso —se apartó un poco y me miró a los ojos sin más—, te lo prometo.
Pasaron varios minutos sin dejarnos de abrazar. El tiempo se sentía tan amigo de la situación que extrañamente solo me generaba una dulce paz.
Me empujó suavemente sin dejar de abrazarme hacia la cama. Sacó su mano de mi espalda y puso su pulgar en mi frente.
—Me quedaré contigo hasta que duermas. Si tienes otra pesadilla, te despertaré —sonrió.
Su voz me transmitía calma, una voz sensación que solo llegué a sentir con Doona, pero era diferente a su vez. Se sentía como un gran protector poniendo toda su fuerza en cuidarme sin recibir nada a cambio. ¿Existía ese nivel de empatía?
Quería hablarle pero me pidió que no lo hiciera en ese momento, que descansara y así lo hice. Mis ojos siguieron su petición.

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SB: Diente de León
Fanfiction/Side Story: Capítulo 10/ Ese bastardo, ese maldito bastardo se distrajo, necesito escapar. Quiero huir de esta pesadilla, de este trato estúpido que solo me hizo ser un trapo. Comencé a correr desesperado, alejarme de ese psicópata hacia que aquel...