—Todo lo que él te hizo. El link que le envié le hizo descargar un virus —dejó de mirarme a los ojos y continuó hablando con su llanto de por medio—. Ese hijo de puta tiene videos de cada violación y abuso. Yo, en serio...
—Ahn —la aparté de mí mirándola en blanco— n-no... dime que no me viste.
¿Orgullo? Mi orgullo de papel se incendió al imaginarme viéndome de la peor forma ante ella.
—Si... —quitó mis brazos de sus hombros y volvió a abrazarme—. Sentí repulsión. Lo que vi y escuché, lo que te hizo... no hables como si fuera tu culpa —apenas su audible tono me hizo sentir un abanico de fuerza—. Sé que te culpas de todo, de cada decisión que tomaste. Lo sé porque Cha tiene videos de ti llorando. Doona es una tarada que te engañó con el maldito violador. Ella sabía muchas cosas porque estuvieron juntos —mi piel se erizó al escuchar esas palabras—. Él la llamó hoy para saber de tu paradero... —sus lágrimas lograron humedecer mi espalda.
Sentía una profunda vergüenza y un dolor muy profundo. Mi llanto brotó en un grito desgarrador. Me sentía desconectado de un mundo. Fui un juguete de dos sádicos.
—Doona... —apreté entre mis brazos a Ahn— ¿me engañó con él?
Solo se limitó a asentir. Mi corazón que se sintió reprimido por tanto tiempo, tomó un respiro ante la ola de angustia y dolor. Siempre sentí que le debía todo a ella, siempre le intenté dar todo aunque mi orgullo arruinó nuestra comunicación. Pero, esta mierda, meterme los cuernos con esa basura, dejarme como el villano para todos.
—Ella sabía la obsesión que él tenía —ahora, quien me apartaba era ella, secó sus lágrimas y luego las mías. Sus ojos tristes se volvieron una furia—. Te prometo, no, te juro que los voy a sepultar. Te voy a ayudar en todo. En mayor o menor medida, les devolveremos todo lo que te hicieron.
Escucharla me hizo sentir distinto. El dolor, si bien persistía, se sentía más liviano.
El silencio y nuestra respiración reinaron en la sala. Sin dejar de mirarnos, una nueva verdad se hizo presente.
—Min —apoyó su frente con la mía—, sobre lo que dijiste en el coche. Tuve un mejor amigo que se suicidó por extorsión. Él y yo creamos está empresa, empezó con poco y nada, un proyecto de la universidad que fue creciendo lentamente desde hace siete años hasta lo que es hoy fue por su trabajo y el mío —suspiró con suavidad y sin pesadez, al contrario de lo que yo creía—. Él siempre fue un chico tímido e introvertido, el estereotipo de un nerd, pero hace tres años abrió su corazón a una chica —apoyó su cabeza en mi hombro—. No vi en ese momento las señales exactas, lo veía tan feliz que hasta ignoraba las señales de lo que ella le hacía. A veces no le contestaba por semanas, luego volvía cómo si nada. Lo lastimaba cada vez más, le exigía mucho dinero. Decidí decirle en privado que dejara de usarlo, pero fue el único paso que di antes de que todo se diera vuelta —sentía su respiración en mi piel, suave y tranquila—. La loca lo había grabado teniendo relaciones con ella y amenazaba constantemente en mostrarlo en todos lados. La empresa estaba en su auge de inversiones, si pasaba algo tanto los trabajadores como nosotros podríamos caer. Él lo sabía por eso no nos dijo nada. Entonces, un día, él llegó a la oficina feliz, dejó unos papeles. Luego salimos a comer, paseamos y al final del día, cuando cada uno estaba en su casa, se quitó la vida.
Quedé asombrado e intenté articular palabras pero nada salió. Ella inhaló profundamente y exhaló de igual manera. La sentía tranquila mientras contaba algo tan triste.
—No lo pude creer. No sabía qué hacer. Lloré, grité y me sentí la peor persona del mundo. Me culpe mil y un veces, llegué a querer hacer lo mismo sin éxito porque mi hermana me detuvo —me congelé ante sus palabras y solo me limité a tomar sus manos—. Fue casi un mes donde debía mostrarme fuerte durante el día pero al llegar la noche no aguantaba más y solo me derrumbaba en mi habitación. En mi mesa de luz tenía aquellos documentos que no quise abrir porque temía encontrarme una carta de despedida... ¿irónico, no? —se rió momentáneamente y continuó— Resultaba que en esos documentos estaba el traspaso de la empresa hacia mí firmada por todos menos por mí y... todos los chats de las extorsiones. Sabía que debía hacer, así que llevé todo a la justicia. Aunque su muerte se mantuvo reservada, yo no quería que la denuncia lo estuviera, pero sus padres me pidieron que así fuera. Ella ahora está en la cárcel y me encargué de que se pudra allí encontrando más testigos que fueron fáciles de encontrar.
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SB: Diente de León
Fanfiction/Side Story: Capítulo 10/ Ese bastardo, ese maldito bastardo se distrajo, necesito escapar. Quiero huir de esta pesadilla, de este trato estúpido que solo me hizo ser un trapo. Comencé a correr desesperado, alejarme de ese psicópata hacia que aquel...