Marvel's The Spectacular Spider-man II

Cap1-Lazos Dispares.

Un sonido ensordecedor, luces que cegaban hasta el más vivaz de la ciudad. Tan cegados en su alcoholismo el montón de adultos protagonizaron una tradición tan antigua como el nacimiento de las civilizaciones, reemplazando los tambores por acordes con una gravedad que hacía reducir cual taquicardia a un simple soplo. Entre la multitud solo una sola figura se fue dibujando mientras se adentraba cada vez más a la luz que proclamaba una salida de tan ajetreado lugar, un lugar seguro en el cual poder descansar un poco, un ruido blanco en cuanto la muchedumbre gritaba con algarabía al son de la música.
Peter Parker, la figura quien intentaba arduamente obtener un descanso se logró divisar llegando a la luz. Nunca se consideró un ente que la fiesta fuese su ambiente natural, pero, por primera vez no tenía que actuar logrando relajar a su persona hasta el grado en que en toda la noche las comisuras de sus labios no bajaron ni un milímetro. Detrás de él, como ya era una costumbre, le siguió Eddie Brock; el que dio pie a que tan estruendoso evento se realizara.
Siguió al castaño abrazando por la espalda al mismo mientras balanceaba la bebida en su otra mano con la cautela de un gato recién despertado.

—¡Pete!¡¿Qué tal la fiesta?! —En su oído cual rugido llegó la pregunta. —¡Digna para el gran Eddie Brock! —Contestó el castaño creando en el anfitrión una suave carcajada antes de abandonar su hombro para, posteriormente, postrarse sobre la barra iluminada. —¡Necesitas tomar! ¡Venga! ¡Por mí! —Cortes, al menos en la mente del rubio, soltó. —¡No tengo 21 aún, Eddie! ¡Ya te lo dije! —Con un tanto de cansancio volvió a hablar el ente conocido como Peter Parker mientras daba media vuelta para ver a la multitud pasando los segundos frente a él como si fuese la mejor noche de sus vidas. Estaba contento, pese a todo, pese al dolor que supuso su vida desde hacía cuatro meses, desde la llegada y despedida de su amada, pese a ello, era feliz. —¡Pero en tu cumpleaños estás apartado! ¡Advertido ya estás! —Sacándole de su pequeña burbuja el rubio volvió a romper aquellas barreras que el joven Parker había impuesto desde lo ocurrido con el multiverso. Estaba agradecido con él, agradecido con la vida por poner a alguien como él en su vida y, sobre todo, dejarle mantenerlo hasta cuando fuese decidido. —Claro, Eddie, claro. —Calmo habló con una sonrisa antes de tomar un poco de agua del vaso que con su mano zurda mantenía. Desdibujó un futuro así desde meses atrás que verlo ante sus ojos volvía a manifestarse, en su mente, como una mera fantasía, una ilusión de alguien divino esperando parpadear y despertar del maravilloso sueño que estaba teniendo, pero, no fue así. Parpadeó varias veces. Antes de la fiesta e inclusive en esos momentos. Estaba vivo, estaba por fin viviendo y todo gracias a las personas que lo habían estado apoyando, tanto del pasado como del presente. —Ay no. —Pero como todo, no podía ser positivo en cada segundo de la vida. —¡Eddie! —Llamando la atención del rubio Peter le habló. —¡¿Invitaste a Betty?! —Indagando en los preparativos de la fiesta trató de encontrar alguna razón por la cual sus ojos no estuvieran mintiendo. —¡Sí! ¡¿Por qué?! —Como si nada llegó la contestación en forma de una nueva interrogante, todo al son de la música ya que la entidad en celebración no dejaba de moverse en cuanto hablaba o simplemente por existir. —¡Anda a bailar otro rato!¡Voy a saludar! —Tratando de distraer a su amigo puesto que la mirada que tanto había querido evitar se clavó directo en su cuello antes de empujar al mayor a la multitud. Avanzó entonces por las sombrías zonas del bar hasta encontrarse con aquella mirada que comía con tan solo entrar en su rango logrando interceptar a la persona antes de que cometiese una locura. —¡Ned! ¡Aquí no, por favor! —Gritó tomando al moreno, su mejor amigo, de la cintura alejándole lo máximo posible del rubio que inocente se divertía en la pista de baile. —¡Peter!¡Quítate! —Exigió forcejeando con la fuerza extrema de su amigo hasta ser vencido logrando dar con la mesa donde su novia estaba. —¿Te puedes calmar, por favor? —Cuatro meses habían pasado. Cuatro meses buscando y rebuscando debajo de cada piedra de Nueva York terminó por consumir a una persona sana en alguien obsesivo, alguien que solo le faltaba un paso para pasar a lo insano. —Solo quiero tener una charla, Parker. ¡¿Me puedes soltar?! —Demandó el moreno de baja estatura antes de que su amigo le obligase a sentarse. Había cambiado, tal vez para mal, tal vez para bien, cualquiera que fuese la responsabilidad recaía enteramente en el castaño. —Ned, es su fiesta de cumpleaños. ¿Quieres dejar esas locuras para otra ocasión? —En un actuar totalmente diferente la tensión en Peter se manifestó desde el primer momento teniendo que llamar a la pareja de Ned para calmar la situación tomando sus manos por unos momentos al buscar quitarle la intensidad. —¿Tomaste? —Casi en un regaño le cuestionó. —Soy un año mayor que tú, Parker. —Concluyó el otro hombre antes de, a regañadientes, terminar en la silla con una expresión más relajada.