Cap2-Advertencia.

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Las nubes despejado, un día tan limpio y tan tranquilo para la ciudad de Nueva York se avistaba en cada uno de sus ciudadanos que con normalidad paseaban de un punto a otro esperando llegar a sus compromisos con una anticipación que el tumulto de gente negaba gracias a lo más cotidiano; el tráfico.
Bocinas gritando sin sentido por cada una de las calles, gente, de mal humor, chillando cuando el semáforo negaba su avance. Un día tan común como otros en la gran manzana, tan común que inclusive la figura de Peter Parker se dio la libertad de olvidar todo compromiso con la entidad que representaba ese nombre para cuando el simbionte, junto a su telaraña, iba impulsando al hombre en traje en cada lanzamiento que realizaba. Volando encima de la ciudadanía; una multitud en la cual algunos lanzaban acido mientras que otros halagos de agradecimiento. Un día rutinario para todo mundo.

Con el sentimiento a flor de piel de la brisa rozar cada rincón de su humanidad el vigilante de la gran ciudad paró su recorrido atendiendo una situación tan cotidiana como lo era un robo de automóvil costando una nimiedad de tiempo para el vigilante que en dos simples pasos cobró su mote como el vecino amigable al dejar colgados a los criminales a una distancia donde la policía no tuviese ningún inconveniente en bajarlos. Un día normal más.

—Bien. —El de traje en negro ya sentado en la cornisa del edificio Chrysler comenzó a tomar notas. —Tenemos que ir con Matt, Doctor Ions, Jessica para el proyecto, pero eso puede esperar mañana. —Tachando una a una las actividades que tendría por venir, observó al horizonte para cuando el sol comenzó a pegarle directo en las lentillas. —"Reparaciones" —Sonó, cual pensamiento, en la cabeza de Peter. —Cierto, cierto. El Daily Bugle. Gracias, Flubber. —Durante los meses consiguientes a la tragedia de su amada Peter había desarrollado más de una relación amistosa con gente de su entorno, desde sus compañeros de universidad que ocasionalmente le pedían ayuda, así como, sin ser sorpresa, el ente que le rodeaba el cuerpo; el simbionte. Durante los días después de la ajetreada tarea trajeron consigo el habla más frecuente del ser en forma de masa, y si bien no pasaba de monosílabas al principio, con el pasar se fueron transformando en frases que le ayudaban, de una manera retorcida, a no sentirse solo durante los momentos de más tensión emocional. —¿Sabes? Hoy relájate. Deja que los lanzaredes hagan lo suyo. —Le ofreció el universitario a la masa extraterrestre. —"No lo sé, Peter." —Reacio contestó. —Tomate un descanso, no quiero que te sobre esfuerces, pequeñín. —Sin darle opción a replica se lanzó al vacío cumpliendo su palabra en el momento en que la formula química salió de sus lanzaredes hasta el edifico más cercano proyectándole hacia las calles tan inundadas de esperanza de Nueva York.

Había algo místico, casi religioso en cada balanceo que prolongaba hasta el máximo, una satisfacción al sentir su corazón latir con tanta frecuencia, algo que, sin ningún tapujo, disfrutaba como nada en la vida. Siendo de los momentos que gracias a sus poderes podía disfrutar.
Olvidándose de lo que el día le había traído dirigió su humanidad hacia el despacho de su abogado amigo quien había solicitado la presencia desde días anteriores a la fiesta de Eddie. Llegando en cuestión de minutos a la ubicación el Hells Kitchen, aterrizando con poca delicadeza en el techo del edificio colándose por el callejón a su espalda y así sin más salir a la callen en su ropa de civil.
Algo había cambiado, como todas las relaciones de Peter, entre aquellos dos hombres, desde la insinuación del minusválido sus conversaciones siempre llegaban con un grado de tensión, ambos estaban al tanto de sus identidades, pero ninguno había sido capaz de dar el siguiente paso, no por precaución, sino por la cobardía de ambos. Así, a sabiendas de su posición, se plantó frente al hombre que cargaba el manto del diablo de Hells Kitchen.

—Karen salió a comprar algo de comer, no volverá en mínimo una hora. Le gusta elegir bien sus opciones. — Siendo la primera figura en mostrar interés por iniciar la conversación Matt, de pie, informó la privacidad que tendrían. —¿Y?¿De qué quería hablar, señor Murdock? —ateniéndose a la situación Peter habló con nerviosismo mientras tomaba asiento frente al escritorio del abogado. —Tenemos una pista sobre Kingpin. —Un sobresalto resultó de parte de Peter ante la mención de aquel nombre. —¿Quién? —Fue la inicial respuesta aún renuente a posicionar su identidad secreta sobre la mesa. —Tenemos localizados varios puntos de anclaje donde se ha visto tanto mucha actividad por parte de su cuerpo, así como poca. Conociéndolo debemos estar atentos a cada una de las posibilidades. —Continuó el abogado sin importarle la postura tan rígida de quien se encontraba frente a él. —Peter. Sé que no es fácil, no te estoy pidiendo que me cuentes todo, pero necesito saber si puedo confiar en ti. Vanessa, la prometida de Wilson, es candidata a la presidencia de la ciudad. No podemos permitirlo. —A diferencia de Peter el hombre de mayor edad atinó por dejar de lado la formalidad, lo que significaba lo peor en el mundo en donde se movían; la máscara. Por otro lado, Peter sentía el corazón latir como si hubiese corrido un maratón con todo el esfuerzo que su cuerpo superhumano le daba capacidad. No quería estar en una situación donde la confianza, nuevamente, se le presentaba como obligación en lugar de ser una opción. —También sé dónde está Hammerhead. —Esa simple frase fue suficiente para el arácnido. El nombre de la organización que había acabado con su amada tras la figura de Kraven. Fue con el gatillo que le hizo avanzar sin medir las consecuencias. —¿Dónde están? —Fue la pregunta de Peter para cuando su voz se tornó más agresiva de lo natural. —Calma. Obtendrán su merecido; ir tras las rejas. —En su corazón la calma de capturar a cada uno de los responsables de aquel fatídico día supuso un peso menos, uno que cargó con pesadez, esperando que consigo viniese la paz que tanto anhelaba. — ¿Qué es lo que sabes? —Convencido, gracias a la espina de aquellos maleantes, Peter prosiguió sin precaución sabiendo de antemano que Matt había sido víctimas de ellos por igual. —Contratistas de Fisk. Son los que se encargan de trabajos más generales; traslados, ventas de mercancía menor, inclusive armas o productos ilegales en general. Son la organización más débil si tomamos en cuenta todo el ratio de oportunidad que existe una vez que te alistas con Fisk. —Eso era lo que hacia el hombre tras las sombras, dejar que los débiles peleasen sus batallas pagando, satisfactoriamente, lo que con estas traían. —Por eso son odiados por Brooklyn. —Acotó el arácnido. —¿El bar de Charls? —Cuestionó el abogado logrando, por segunda vez, una reacción de sorpresa en el joven Parker. —¿Lo conoces? —Prontamente discutió. —Solo por nombre. No he tenido el placer de darles una visita. —Tratando de continuar con el tema principal sacó del cajón una carpeta poniendo, como objeto de discordia, sobre la mesa. —Todo lo que pude sacar de la policía. Al parecer Hammerhead ha estado muy activo últimamente. —Continuó Matt. —No es de sorprender. Después de contratar a alguien como Kraven sus cuentas bancarias, suministradas por la caridad, no han de estar precisamente llenas. —Comentó Peter. —Si los sacamos del mapa Fisk no tendrá otra alternativa que movilizarse para cubrir ese vacío. Se están recuperando de un golpe grande. Es el mejor momento para actuar. —A diferencia de Peter para Matt el caso de Hammerhead resaltaba únicamente por ser una pandilla más que estaba a las órdenes de Fisk, demostrando esto con sus palabras. —Tenemos todo. Documentos, grabaciones, testimonios que no pueden ser refutados; todo. —Aclarando la encrucijada en el que había metido a los pandilleros Peter solo tuvo una opción como respuesta. —"Hay que darles su merecido." —Tras su mirar aquella voz nuevamente resonó en su cabeza dándole el paso que le hacía falta. —¿Qué necesitas? —Preguntó Peter. —Necesitamos organizar una redada y con los alcances que tiene Fisk será difícil que la policía captura a cada uno de ellos. —Un plan claro que desde las primeras palabras Peter entendió. —¿Cuándo será la fiesta? —Preguntó para zanjar el tema. —Lo más pronto posible; esta noche. —Ante la nueva información el originario de Queens solo se hundió en su asiento ante la nueva tarea que tenía que agregar a su itinerario. —No lo ves, pero estoy tan feliz de que me dieras más trabajo. —Comentó con ironía el arácnido. —No, no lo hago, pero sé que estás un poco enojado. —Con una sonrisa Matt culminó la platica riendo suavemente ante la frase del más joven. —¿Qué eres?¿Un murciélago? —Con aquella frase el ambiente volvió a relajarse. No estaban en una confianza que desbordara, pero por ese día sería lo suficiente, sabiendo, pero nunca siendo específicos, sobre la identidad secreta del otro, con él, con Murdock, pensó Peter que sería la excepción al tratarse de una persona más que conocida tanto en las calles como en el mundo tras ellas.

Marvel's The Spectacular Spider-man IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora