Tan dispares las situaciones mostradas en lo más profundo de Queens se presentaban, mientras la luz del día abrazador delineaba cada calle, siendo las horas más atosigantes que podía presentar un ente tan abstracto como la vida misma, tan normal, tan común que inclusive la muerte de una persona pasaba tan desapercibida más allá de los seres que le velaban y lloraban por su despedida. No había lluvias, no había homenajes, solo una casa abandonada en donde una vez una mujer depositó sus esperanzas, donde crio a sus hijos, a sus nietos, a todo aquel que se posara frente a su puerta, todos eran dignos de su amabilidad. Y aún así, la vida misma, la ciudad que tanto amó, no se paraba a llorar su despedida. No daba ni la más mínima de las treguas para quienes lo hacían, quienes destrozados se escondían en los rincones de la casa que supuso, durante años, un resguardo y un punto de encuentro para las almas perdidas.
Ned era uno de ellos. Digno de ser atendido como un hijo propio, abrazado con el cariño de una madre que no deseaba más que la salud de su amado ser, pero ese día no había más, esos brazos cariñosos se postraban cruzados mientras sus dedos se entrelazaban con los propios, descansando de la manera más misericordiosa tras el ataúd. La mujer de la casa, un alma bondadosa, se había marchado dejando su cuerpo atrás. —Es increíble. —Sumada a las voces que sollozaban con amargura la de Ned fue la única que para Peter importó en ese momento, prestando atención en su totalidad mientras una mano masajeaba su espalda, esperando dar el confort suficiente para la situación. —No sé qué decir, no quiero imaginar lo que estás pasando ahora, Ned. —Mentiras tras las palabras del arácnido llegaron, aún no siendo bueno en cómo afrontar una situación así, atinó por solo mantenerse a su lado. —Con lo de MJ sentí que me arrebataron una parte de mí y ahora...—Para el moreno contener sus emociones en los años recientes había sido casi imposible, sumado al cambio de vida tan radical que tuvo, por lo que solo pensar en dar una explicación a su situación surgió como la tarea más titánica. —Es tan injusto. —Conocía, el vigilante, muy bien esa sensación, el cambio drástico de una vida cotidiana siendo una nimiedad para la vida, tan injusto, pero tan incontrolable. —¿No ha venido Betty? —Tratando de relajar un poco el ambiente la pregunta del castaño se hizo presente. —No. Es solo que...—Nuevamente ese nudo en la garganta se hizo presente en quien inconsolable se encontraba. —¿Pasó algo? —Volvió Peter a preguntar. —No quiero hablar de ello, Peter. —En los meses que el castaño le volvió a ver solo pudo ser testigo de la decadencia en la que su mejor amigo se iba abrazando, sin querer soltarse solo volviendo una y otra vez al amargo lugar donde más cómodo se sentía; la autodestrucción. —Mañana la tendré que dejar ir. —Melancólico musitó observando el rincón frente a ellos, siendo que las personas que pasaban frente a ellos tratando de llamar su atención solo tendían una mano al hombro del hombre decaído.
Peter deseaba hacer más, no solo estar ahí tomando su mano en un momento donde la tristeza le inundaba de sobremanera, ser aquella persona que necesitó en sus momentos más trágicos, pero su habla no parecía estar de acuerdo. No hallaba las palabras, no hallaba el sentir exacto del cual su alma pudiese sanar a la de su amigo, solo, ese día, solo podía quedarse a su lado. Pero, como todo en su vida, la otra mitad de ella llegaba a impedir sus relaciones, esa vez en la forma de una llamada. —Dame un segundo. —Pidió antes de alejarse de su amigo quien solo asintió por mera inercia. —Araña, Herman se mueve, va directo al centro comercial cerca de su ubicación. —Tras el parlante la voz de la mujer de excepcional puntería comunicó el hecho haciendo a Peter dudar tras echar un vistazo a su espalda donde su mejor amigo yacía perdido en sus pensamientos. —¿Hace cuanto salió? —Preguntó aun viendo al moreno. —La última señal de su celular es de hace cinco minutos. Date prisa. —Su deber llamaba, pero el corazón seguía estando al lado de aquella persona que tanto le necesitaba, aunque fueran pocos minutos, al estar en la zona, no se sentía correcto abandonarle, volviendo, como si fuera de un loop, a la injusticia que suponía la vida. —"Solo será una hora ¿No?" —En su cabeza la voz del segundo pasajero en su cuerpo le cuestionó para cuando había finalizado la llamada en un estado aún dubitativo. —Solo una hora. —Se repitió avanzando hacia Ned una vez la llamada ser finalizada.
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Marvel's The Spectacular Spider-man II
FanfictionTras su batalla contra el cazador Peter Parker busca derrocar a Wilson Fisk (Kingpin), uniendo fuerzas con más héroes que podrán ayudarle. Sin embargo, mientras más cerca está de su objetivo más descuidado se vuelve y con ello el rencor tras de su p...