"La vida de Uesugi Futaro en otro mundo - Go-tōbun no hanayome" (Remake)

"Capítulo 47: Hermanas"

POV: narrador.

—Voy a detener a Yotsuba.

Dijo entre susurros Itsuki al mismo tiempo que apretaba sus puños de aparente ira y sus dientes rechinaban al punto de casi morderse la lengua.

Al oír sus palabras, Fuutarou rápidamente trataría de detener a Itsuki. A pesar de su mala condición física, este intentaría ponerse de pie, pero fracasa en el intento.

—Itsuki…

Al terminar de susurrar, la dichosa ya había desaparecido de su alcance visual. Desesperado, Fuutarou trataría de encontrar a Itsuki con la mirada, pero no tuvo éxito.

Al poco tiempo escuchó el chirrido de dos armas encontrándose, la cual se expandía por todas partes.

Levantó la mirada… en lo alto de toda la ciudad (mejor dicho, de lo que queda de ella) se podía visualizar velozmente estallidos parecidos a los de un rayo qué se movían por todas partes.

Fuutarou estaría impotente, quería ayudar pero él mismo es consciente de que sería un completo estorbo. Solo podía ser testigo de todo esto mientras Miku intentaba desesperadamente curar sus heridas.

—¡Mierda!

Mientras tanto, a más de 5000 metros sobre el nivel del suelo, dos personas parecidas físicamente peleaban entre sí. Lo único diferente era el color de su cabello.

Itsuki había creado una espada con su magia, con la cual era capaz de defenderse de los ataques de Yotsuba, pero solo eso, no podía ni siquiera ser capaz de acercarse a ella.

Yotsuba, por alguna razón, deseaba estar alejada a 10 metros de Itsuki. Procuraba estarlo. A pesar de aparentemente no tener uso de razón, su cuerpo reaccionaba voluntariamente a la defensiva.

«¿Por qué…?» pensó Itsuki.

Ella estaba confundida, con ira y con… tristeza. En verdad eran muchos sentimientos confusos qué invadían su cuerpo.

Un movimiento en falso le causó a Itsuki una hemorragia fatal, una de las espadas había atravesado su abdomen izquierdo, perforando sus músculos y un par de órganos.

Inevitablemente escupió sangre mezclado con saliva.

El resto de armas envueltas en fuego carmesí apuntaron por todas partes a Itsuki, mientras que ella sentía hervir esa parte de su cuerpo.

—...

Su vestimenta en su forma “pléyades” empezó a fragmentarse en pequeños pedazos de cristal.

—¿Por qué…?— murmuró Itsuki.

Su mirada se encontró con la de Yotsuba.

Sentían la respiración del otro.

Sentían los latidos del otro.

Yotsuba sintió el enojo, confusión y tristeza que emanaba Itsuki.

Itsuki sintió la desesperación, locura y odio que emanaba Yotsuba.

—¡¿Por qué haces todo esto, Yotsuba?!

Gritó Itsuki. En su voz se sintió todo ese sentimiento acumulado dentro de ella.

En su mente se dibujó un pequeño recuerdo en la cual se encontraban el resto de hermanas, al lado de ellas, su difunta madre.

Pero… sus ojos se abrieron por completo, grande fue su sorpresa al ver como Yotsuba solo se limitaba a reír a carcajadas. 

—... ¿Yotsuba?

«No…» en un impulso de ira, Itsuki quitó la espada de fuego de su cuerpo de un solo tirón. Aguantó el dolor.