Soy un Cobarde en un Apocalipsis Zombi.

Volviendo a los Viejos Tiempos.

Me llevaron a la oficina de el general. El militar que me había acompañado estaba ahí. Yo me puse muy nervioso.

-Me dijeron que por culpa de tu cobardía, un soldado murió.

-Por favor, yo tenia tanto miedo, y estaba por darme un paro cardíaco.

-No le crea, señor, es un peligro para nosotros. Además, recuerde que casi hace que me maten.

El general me quedo mirando.

-Mmmm... te entiendo, chico. Así que estas perdonado.
Yo me puse muy feliz y me fui de la oficina.
Pero el militar que me acuso no estuvo feliz con la decisión del general.

-General, por la culpa de ese chico, murió Larry.

-¿En serio crees que lo iba dejar libre al chico, como si NADA hubiera pasado?.

-¿Entonces que hará?.

-Lo llevaremos de vuelta a buscar comida y si aparece una manada de zombis, usa al chico como carnada.

-Me suena buena la idea.

Regrese a mi habitación. Y Alma me pregunto que paso.

-¿Por que te llevaron, Aaron?.

-Me... me llevaron con unos tipos que decían que buscaban a su hijo. El hijo se llamaba "Aaron", por eso me llevaron a mi.

-¿Y son tus papas?.

-No, dijeron que su hijo no se parecía en nada a mi.
Al día siguiente, me llamo el militar.

-Aaron, te llaman para hacer otra búsqueda.
"¿Cómo puede ser?" Pense. No quería volver a ese infierno de vuelta.

-No puedo volver ahí... no quiero volver a ese infierno.

-No quiero hacerlo por las malas.
Yo fui de vuelta a la ciudad, pero extrañamente no me dieron un arma esta vez. Salí con el mismo militar y otro más que no conocía.

-Esta vez iremos a una escuela llamada "I.P.M"- dijo el militar con el que fui la vez pasada.

Yo me sorprendí. Ese era la escuela a la que iba.

-Conozco esa escuela. Ahí iba yo.

-Resulta que al fin eres útil en algo.
Caminamos hacia el colegio. Me sentía como antes al volver a estar en la escuela. Pero toda esa felicidad se acabó cuando vi a algunos de mis compañeros como zombis. Me puse a llorar debido a que me acordé todas las atrocidades que vi.

-¿Qué te pasa?- me pregunto un militar.

-Vi... vi a miles de personas y niños ser asesinadas.

-Pues, acostúmbrate, por que así es el mundo ahora- me dijo el otro militar que no conocía.

-No QUIERO acostumbrarme a esto.

-Como sea, ¿conoces algún lugar donde haya comida?- me pregunto el militar que conocia.

-Hay un buffet en el patio del colegio.

-Tu quédate aquí, mientras que nosotros iremos a buscar- me dijo un militar.

-Pero morire acá.

-No hay muchos zombis, así que solo quédate quieto- me dijo el militar que si conocía.
Me quedé quieto y trataba de aguantar el miedo, pero para colmo, reconoci a algunos zombis y eran mis compañeros. Me sentí tan mal, por que recordé que me comporte como un hijo de puta con ellos.

-No puedo quedarme mucho más tiempo aquí.
Empeze a caminar lento hacia una tienda en donde me pueda esconder, pero sentí que pise la mano de alguien y cuando miré hacia abajo, era mi compañero, Jorge, quien estaba partido a la mitad, le faltaba un brazo, le faltaba la mitad de la cara. Me puse a vómitar y solo llore como no podía imaginar. Jorge me empezó a agarrar la pierna, y me di cuenta de que ese ya no era Jorge, era un zombi. Empeze a gritar y los zombis se dieron cuenta de mi presencia. Cuando al fin me despegue, fui corriendo hacia un kiosco. Rompí la ventana con una piedra y entre.

-¿Por que carajos me tiene que pasar esto a MI?.
De repente vi una heladera que estaba tirada. Tenía muchas latas de Coca-Cola, Sprite y unas botellas de agua. Abajo de la heladera, había una persona tirada, lo que me asustó. Después de levantar la heladera, me di cuenta de que la persona que estaba aplastada, era mi compañero, Martin, quien creí que murió por que lo aplasto la heladera, pero en realidad, tenía un cristal clavado en el cuello.

-De seguro murio desangrado por ese cristal.
Empeze a poner las botellas y las latas en una bolsa. Desearía poder salir, pero los zombis estaban apollados en la puertas.  Fui a buscar otra salida, pero como no encontre ningún otra, salí por la ventana que estaba en una habitación. Estaba feliz de encontrar provisiones para el cuartel, pero de repente sentí que me agarraban el pelo. Llege a ver que era mi compañero, Bauti, y le faltaba la mandibula y un ojo.

-¡No, no, no!.
Trate de quitármelo de encima, pero como era un zombi, su brazo se despego de su cuerpo. Salí corriendo y también ví a mis otros compañeros de clase, Angel, Jianlucas y Niko convertidos en zombis. Me sentí tan mal por ellos, por que recordé que me comporte como un hijo de puta con ellos.

-Debo encontrar a los militares, o si no, morire a manos de estos zombis.
Oí unos disparos a lo lejos. Fui a ver si eran los militares, y para mi fortuna, estaban luchando contra los zombis.

-¡Hey! ¡aquí estoy!.
Los militares me vieron con las botellas y latas.

-¡Mira, es el chico!- exclamo el militar que conocia.
Corrieron hacia mi y llevaron las bolsas con agua y latas. Huimos de los zombis y nos fuimos al cuartel militar.

-A pesar de que mataste a mi amigo, nos ayudaste a recoger botellas y latas que mantendran viva a la gente por 2 dias- dijo el militar.

-Creo que no oí tu nombre.

-Me llamo Bok y este es mi amigo, Lee.

-Aun no entiendo como se murio tu amigo- dijo Lee.

-Yo estaba con Larry y el chico cuando los zombis vinieron. Yo y Larry les disparamos, pero el chico huyo como cobarde y los zombis agarraron a Larry y lo devoraron.
Lee quedó impactado.

-¿Y como no le disparaste al chico?.

-Eso solo me hubiera vuelto mala persona.

Llegamos al cuartel y la gente nos dieron las gracias, pero los militares dijeron que ellos fueron los que encontraron la comida, no yo. Me enojé un poco, así que regrese con mis amigas.

Unos 19 minutos después, me llamaron.

-Aaron Blanco.
Fui a la oficina del general.

-No recibiste reconocimiento por las latas y botellas- me dijo el general.

-No.

-Este será el trato: no tendrás nada de crédito, pero vamos a olvidar lo que hiciste.

FIN.