Soy un Cobarde en un Apocalipsis Zombi.

El Cuartel Militar.

Después de comer, me acosté en una cama. La cama se sentía tan dura y incomoda, pero era mejor que volver a estar ahí afuera. Yo y mis amigas no podíamos dormir, por que todo lo que paso nos dejó traumados de por vida.

-Todo estará bien, todo estará bien- se decía Melani a si misma.

-¿Qué te pa--?- pregunté yo.

-Déjala, Aaron. Ella paso por mucho- me dijo Luz.
Yo me acosté en la cama y trate de dormir, pero tarde 2 horas en hacerlo.
Era de día y los militares nos despertaron.

-¡Despierten!.
Nos levantamos y nos enviaron a comer. Estaban muchas familias  en el comedor. Me senté al lado de una persona que le faltaba una pierna. Melani, Luz y Alma se sentaron algo lejos de mi.

-¿Por que me tengo que sentar lejos de ellas?.

-¿De quien hablas?- me pregunto el tipo discapacitado.

-Ah... de nadie.
Empezamos a comer puré de anco. Estaba muy frío. Cuando terminamos de comer, nos llevaron de vuelta a nuestras aburridas habitaciones. Pasamos 2 aburridas horas ahí, pero un militar me llamó.

-¿Aaron Blanco?.
Me levante de mi cama y dije "soy yo".

-Soy yo.

-Te reclutaron para un trabajo de recolección.

-¿"Recolección"?- pregunte yo.

-Te reclutaron para recolectar comida, agua, etc.

-El gobierno es el que tiene que hacer esos trabajos- dijo Luz.

-Señorita, callese, o tendremos que tirarla con los zombis.
Luz se quedó sorprendida por la respuesta del militar.
Me sacaron del cuartel con 2 militares mas y me llevaron a la ciudad, en donde me llevaron a una tienda toda putrefacta. Solo recogimos una botella de agua.

-Entonces, veo que llegaste hoy, ¿no?- me pregunto un militar.

-S- si, mi maestra se infecto y se comió a un compañero llamado Angel.

-¿Y tus padres?.

-No lo se... creo que estan--.

-¿Muertos? Claro que si.
Me ofendí un poco y una lagrima salio de mi ojo. Un zombi salió de una tienda y ataca al militar que estaba hablando conmigo.

-¡Ayúdenme!.
Yo le apunte al zombi, pero no aprete el gatillo. Otro militar le disparo al zombi por mi.

-¡No tuvimos que haberte elegido! ¡sos débil! ¡casi haces que me maten!.
El militar me pego una piña en la panza y caí al suelo.
-Vamos, no seas nenita, que nisiquiera te golpee muy fuerte.

-¿Por que me pegaste una piña?.

-Por que sos un maricon y casi me haces morir.
Me agarro del brazo y luego me levanto y me dio mi pistola llamada "Glock 17".

-Solo no volvas a hacer esa estupidez y no le vamos a decir a nadie.
El otro compañero del militar señaló una horda de 28 zombis.

-¡Son 28 zombis! ¡¿como nos oyeron?!.

-De seguro fue por el disparo que le diste al zombi que me atacó.

-Tenemos que dispararles y volver al cuartel- dije yo

-Si, y vos, Aaron, dispara en serio, ahora.
Le empezaron a disparar a los zombis, mientras que yo solo miré y me quedaba quieto, como
si el miedo evitará que mueva un musculo. Al final, corrí hacia a cualquier lugar fuera de la horda de zombis. Pero mientras corria, uno zombis aparecieron en frente mío y yo me di vuelta y corrí hacia un auto con la puerta delantera abierta. Por suerte, el zombi era bastante lento. Me logré esconder dentro del auto y cerré la puerta de un golpazo. El zombi, ahora si, se me apareció y se quedó apoyado en la ventana y mirándome con una cara que podía dejarme sin dormir por tres meses.

-Quiero estar en mi casa, quiero estar con mis papas, quiero estar con mis amigas- me decía a mi mismo.
Mi corazón latía rapido y parecía que me iba a dar un tremendo paro cardíaco. El zombi se quedó mirando por un rato, pero el militar lo golpeó con el arma varias veces, hasta que la cabeza del zombi quedó hecha papilla. Rompió la ventana con la pistola y me agarro de la remera.

-¡ME ABANDONASTE, HIJO DE RE MIL PUTA!.

-¡Yo tenia miedo!.
Empeze a llorar y el militar me tiro al suelo.

-No sos más que una nena que busca que la protejan- me dijo el militar.
Yo seguía llorando en el suelo.

-¡Por favor, no me eches de el cuartel, por FAVOR!.

-Eso lo voy a hablar con mi jefe, y si dice que te vamos a echar, despedite de tus amigas.
El militar me agarro del brazo y me llevó hacia la tienda. Estaban todos los zombis muertos, pero entre todos los zombis, estaba el cuerpo del otro militar que me acompañaba.

-¿Ves ese cadaver?.
Vi el cadaver paralizado por todas las mordidas que tenia.

-¿VES ESE CADAVER?- me repitió la pregunta.

-Si, primero haces que casi me maten, luego nos abandonas y ahora mi compañero está re muerto por tu culpa- volvió a hablar el militar.

-Perdón... lo siento tanto. Es que yo estaba tan asustado.
El militar me quedo mirando con una mirada fría y unos ojos inquietantes. Me tiro al suelo y me apunto con su pistola.

-¡POR FAVOR, NO ME MATES, LO SUPLICO!.
El me quito la pistola de la cara.

-No vale la pena matar a alguien tan patetico como vos.
Me llevo al cuartel. Yo seguía llorando, pero esta vez no tanto.
Cuando llegamos, el me dijo que no me perdonaría, pero no me matarme, por que solo lo haría mala persona.

-No te perdonare nunca por lo que le hiciste a mi amigo, pero no mi mataré. Vengarme solo me hará una mala persona.

-Pero yo no cause la muerte de tu amigo.

-Si hubieras atacado a los zombis conmigo, tal vez los hubiéramos matada antes y el no hubiera muerto.

-Por favor, no me acuses con tu jefe, te lo suplico.

-Desearía poder perdonarte, pero mataste a alguien con el que tenia una gran amistad, así que le voy a decir.
El militar y yo entramos a el cuartel. Yo estaba nervioso y casi se me sale el corazón del susto. Vi al militar entrar a la oficina del general. Fui rápidamente a mi pieza con Melani, Luz y Alma.
Cuando entre, me preguntaron por qué estaba tan nervioso.

-¿Por que tenes esa cara de nervioso, Aaron?- me pregunto Melani.

-Yo- YO.
Oí que me llamaban.

-Aaron, el general quiere hablar con vos- me dijo un soldado.

FIN.