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Hoy era el día, hoy se haría un sorteo importante, ya que, se definiría quien haría una misión muy importante para el jefe, que nadie sabia, y solo quien saliese ganador sabría de que se trata.

Todos se habían reunido a las 6 de la tarde en la oficina del jefe, y estaban esperando a que llegase para poder comenzar con la ceremonia, y cuando lo vieron pasar por la puerta, todos se pararon de sus sillas.

— Buenas tardes señor Fernández. —

Se escuchó decir al unísono. Todos le tenían mucho respeto (también miedo) al jefe, ya que no se sabía que acciones podría tomar con la mas mínima falta de respeto hacía su persona.

— Muy buenas tardes a todos. Como sabrán, hoy se va a realizar un sorteo importante, asi que tomén asiento. —

Y todos se acomodaron en sus lugares.

— En esta hurna que tengo entre mis manos, están todos los nombres de ustedes. Yo voy a sacar uno al azar, y el que toque lo citaré en privado junto a alguien de confianza para explicarle el plan. —

Todos asintieron.

Enzo revolvió los papeles de la hurna, y cerró sus ojos a la par que metía su mano dentro. Agarró un papel y lo sacó, abrió sus ojos y leyó lo que decía.

— Julián Alvarez. —

Y todos empezaron a aplaudir, muchos sonreían, otros lo miraban con odio, otros simplemente estaban serios.
Julián sonrió y aplaudió también, no lo podía creer.

— ¿Es enserio? Muchísimas gracias... voy a hacer todo lo posible para que salga bien el plan. — Y sonreía.

— No pasa nada. Vas a dar lo mejor. — Y él también sonreía.

El morocho lo citó a las 8 a su oficina, ya que necesitaba traer a una compañera para que lo ayude si tiene problemas durante la misión. Julián asintió. Esperaba con ansias.

Mientras que esperaba a que sea la hora, fue a dar una vuelta por su pueblo. Era un pueblo muy vivo y habia tanta gente amable y amorosa allí, siempre pasaba por los locales para ver si necesitaban ayuda en algo, ya que la mayoria eran personas mayores, aveces atendían sus nietos o hijos, pero no era tan seguido.

Entró a una florería, ahí trabajaba la señora Margaret, una mujer de 68 años, que siempre lo recibía con un beso y un abrazo.

— ¡Julián! —

Y la señora se acercó al chico para darle un beso en el cachete y darle un abrazo.

— ¡Hola señora! ¿Cómo está? — Habló el menor.

— Bien, bien... ven, me trajeron unas flores muy bonitas. —

Y Julián la acompañó. La estuvo ayudando a hacer unos ramos mientras el tiempo pasaba, y charlaban mientras tanto.

— Y dime Julián... ¿Ya te has enamorado? — Y la señora sonreía.

— ¿Eh? —

Y sonó por todo el pueblo las campanas del reloj, avisando que ya eran las 8.

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⏰ Última actualización: Jan 21, 2023 ⏰

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Peligrosamente tuyo - Haaland x Julián A.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora