Cap 10

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Narra Kaori

No puedo creer que mamá haya salido herida, sé que ella sana rápido por su condición, pero, no podía dejar que la descubrieran los del pueblo; por lo que grite asustada, intente acercarme a ella pero papá me lo impidió diciéndome.

Kohaku: Tranquila, mamá está bien y mira ya se asoma el sol — ante su comentario entendí lo que pasaba, mamá solo quería que esa criatura perdiera la noción del tiempo y lo consiguió

Estaba aliviada, pero aún así me preocupaba que los aldeanos quisieran matar a mamá al saber que es como esa criatura; en eso escuchamos que ese demonio se ríe.

Demonio: Ja ja ja, llegaste a tu límite que débil eres — se burló, eso me molestó mucho mi mamá no es débil

Kohaku: Ella no es débil, solo te hizo perder la noción del tiempo — sabía que papá no dejaría que le digan débil a mamá

Me dio gracia la cara de terror de la demonio al ver el sol, pues intentó escapar; sin embargo, mamá se levantó aún con esa herida profunda y se posicionó para usar una postura.

Noemi: Respiración estelar quinta postura: lluvia de estrellas

De un rápido movimiento la cabeza de aquel demonio cayó como si una lluvia de estrellas hubiera surcado el lugar, escuché a mamá quejarse y supe que su herida se estaba regenerando; papá se acercó a ella y la cubrió con su haori y la colocó en su espalda. Nos despedimos de las personas que agradecían por haberlos salvado, al perdernos en la espesura del bosque o lo que quedaba de el; apareció el cuervo de papá, este traía una carta en su pata, creí que sería de la abuela pero por la expresión de papá no lo era.

Noemi: ¿Qué pasa Kohaku? — cuestionó mamá con cansancio

Kohaku: Es del maestro Urokodaki, dice que quiere verte ya que la otra vez que te vio estabas  dormida — comentó a lo que mamá desconfió del sujeto al igual que yo

Kaori: No vamos a ir con alguien al que no conocemos — dije a lo cual mamá asintió

Kohaku: Ja ja, ustedes si que son desconfiadas — mencionó entre risas

Noemi: Mi desconfianza nos salvo de acabar muertos, no confíes en todo el mundo Haku

Papá rió ante el comentario de mamá aunque era cierto, la desconfianza de mamá evitó que ese demonio me hiciera daño y salvamos a los aldeanos; estuvimos caminando un buen rato hasta que empecé a ver bruma y a escuchar pequeños quejidos de mamá.

Kaori:  Papá ¿Dónde estamos? — pregunté asustada

Kohaku: Llegamos al monte Sagiri, estamos del lado de la montaña hay que bajarla para llegar a casa de Urokodaki — explicó a lo que sentí que me faltaba el aire

Noemi: Es más pesado el oxigeno aquí, hay trampas delante — dijo bajando de la espalda de papá

Me tomó en brazos y papá nos seguía en cada movimiento que mamá hacía, llegamos al pie de la montaña sin ningún rasguño; encontrando una cabaña a la que papá se acercó supongo que ahí vive el tal Urokodaki. Después de un par de golpes, la puerta fue abierta por un hombre mayor; este tenía una máscara rara, mamá me abrazó de manera protectora y pasados algunos minutos caí dormida.

Narra Noemi

Sabía que Kaori estaría cansada, así que a lo que aquel hombre salió; abracé a la niña de manera protectora causando que después de unos minutos cayera en brazos de Morfeo. No confiaba en aquel señor, aunque Kohaku parecía conocerlo yo lo consideraba una amenaza potencial; se que soy desconfiada, pero desde que escapé junto a mis hermanos del infierno en el que vivíamos, supe que debía valer me de mi instinto por eso soy muy sobre protectora con Kaori.

Kohaku: Noemi, él es el maestro Urokodaki, es el ex-pilar del agua

Urokodaki: Veo que traen una niña con ustedes — ante las palabras del hombre gruñí poniendo a Kaori tras de mí

Kohaku: Perdón por eso, Noemi es muy desconfiada y la niña es nuestra hija — el hombre desprendía un olor a sorpresa

Urokodaki: Están siendo imprudentes al llevarla con ustedes, no se dan cuenta que éste trabajo es peligroso — reprendió, pero al intentar acercarse tomé mi Katana para impedir que se acercará

El hombre detuvo su paso al verme con la Katana en mano, Kohaku sabía que no permitiría que se nos acercará con tanta facilidad; el ojiesmeralda se acercó a mí para que bajara la espada, sin embargo, hasta que el tal Urokodaki no me inspire confianza no permitiré que se acerque.

Narra Urokodaki.

Le envíe una carta a Kohaku, el chico entrenó conmigo un tiempo; además solo quería conocer a la chica demonio que vi aquella vez. Debo admitir que me sorprendió el que llegaran con una niña, supuse que vendrían por la montaña, sin embargo, no tenían ningún rasguño por lo que descarté esa idea; al llegar la azabache se puso a la defensiva, por lo que veo es sobreprotectora con esa pequeña.

Urokodaki: Están siendo negligentes al traerla con ustedes — expresé intentando acercarme a ellas, pero eso fue un error, ya que la ojiámbar desenvainó su nichirinto

Kohaku se acercó a ella y le susurró algo, supongo que era para que soltará la Katana; sin embargo, la chica apretó su agarre en esta; el castaño suspiró resignado y se sentó junto a ella mientras acariciaba el cabello de ambas. Se nota que el chico la ve como más que una amiga, cuando logró calmar a la joven me acerqué a paso lento hasta ellos; me presenté ante ella, sin embargo, su mirada era penetrante y acusadora.

Pasados algunos minutos, logré que la azabache me brindará un poco de su confianza; pero aún así seguía siendo cortante en sus respuestas. Luego de un rato aparecieron sus cuervos anunciando sus nuevas misiones, por lo que noté se desanimaron un poco; pero prometieron verse de nuevo en un futuro cercano.

Ambos se retiraron con la niña, por lo visto no la dejaran con cualquiera; solo espero que puedan cuidar de esa criatura. Ingrese a la cabaña al perderlos de vista, mandándole a Melany mi respuesta de apoyo y le comentaba sobre la condición de la hermana de mi nuevo aprendiz; Noemi me agrada pues se nota que cuida a los que ama al igual que Nezuko, sólo espero no equivocarme al darles una oportunidad a estas dos, aunque la ojiámbar parece más humana pues no tiene la piel pálida de demonio.

Las hermanas de IguroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora