Algunos meses atrás
¡Joder!
Grito por la sorpresa, pero ahogando mi voz tras mis manos, ya que al levantar la sábana descubrí un cuerpo desnudo junto al mío y quedé en completo shock debido al enorme monstruo de carne que pude ver.
Por favor que alguien me diga que todo, eso, no estuvo dentro de mí.
Pienso, mientras niego con la cabeza, sin lograr salir de mi asombro.
¡Maldita sea! ¿Qué he hecho?
Me pregunto a mí mismo casi en un susurro.
Me deslizo en la cama con mucho cuidado, intentando no despertarlo, y evitando el dolor que sentía en el trasero, y me sorprendo en cuanto pongo un pie en la alfombra.
¡Maldición! ¿Cuántas veces lo hicimos?
En el suelo hay mucho papel y algunos condones que no llegaron al cesto de la basura junto al velador.
¿No te podías conformar con hacerlo una sola vez? ¡Genial eres un idiota!
Me reprocho mentalmente, mientras los recuerdos de la noche anterior aparecen como una película, una película en la que el protagonista soy yo completamente desnudo, jadeando por el deseo ardiente que calienta mi sangre y mantiene fogoso mi cuerpo. Siento el calor que desprende su cuerpo junto al mío y como se dedica a acariciarme, frotando mis hombros y poco a poco bajando, mientras me quita la chaqueta con delicadeza. Estoy tan emocionado. Hemos llegado a casa y mi cuerpo se estremece mirándolo de reojo un par de veces, pero sin llegar a mirarlo fijamente, mi chaqueta yace en el piso de la estancia, ni siquiera la pudo colgar en el armario, me abraza por la espalda y empuja su cuerpo contra el mío, invitándome a subir las escaleras. Se detiene en el descanso y besa mi cuello, sopla detrás de mí oreja y emito un pequeño gemido, mi camiseta se queda ahí, a medio camino, en la escalera. Me giro en mi lugar y sus labios atrapan los míos, me levanta en sus brazos sin dejar de besarme y camina conmigo enganchado a su cuello con las piernas alrededor de su cintura, cual si fuera un coala.
Entramos en su habitación y sin pérdida de tiempo, nuestros cuerpos quedan desnudos, él me besa con hambre, yo lo hago con pasión, nunca nadie despertó en mí ese deseo, esas ganas de perderme en brazos de alguien y derretirme ante su tacto. Me recuesta sobre mi espalda en la suave cama y enseguida se posiciona sobre mí, me besa por todos lados, ni un solo espacio de mi cuerpo se ha quedado sin sentir sus suaves labios y sus enormes manos. Juguetea en mis pezones con su lengua húmeda, lame, chupa, succiona y cada parte de mi cuerpo tiembla presa del placer.
—Te deseo —me dice y yo no puedo responder.
—Ahhhh —un suave gemido, se escapa de mis labios, mientras él besa mi abdomen—. Mmmm —no puedo controlarlo.
El calor del momento ya me ha embargado, él se abre paso en mi entrepierna, y con sus grandes manos toma mi erección punzante y la masajea de arriba hacia abajo. Su mano se mueve con celeridad... Oh Dios, el placer es intenso.
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Nuestro Reencuentro (Libro #3.5) - HP4.3
Fiksi PenggemarHP.4.3 Cartas para Gun #3.5 A veces el amor pierde el rumbo, pero cuando es verdadero, siempre encuentra el camino. 🍒 Contenido sexual explícito. 🍒 Lenguaje no apropiado. 🍒 Si eres sensible y/o de mente cerrada, por favor evita continuar. 🍒 Bo...