Capítulo 8 Sin memoria

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No sabía si reír por lo que escuchaba, al parecer lo que dijo la fénix la primera vez que la conocí era real, existen muchos líos de almas gemelas en esta manada

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No sabía si reír por lo que escuchaba, al parecer lo que dijo la fénix la primera vez que la conocí era real, existen muchos líos de almas gemelas en esta manada.

—Eso, es muy raro.

—¡Adara! —Nora me mira escandalizada.

—¿Qué? —sonrio inocente— No creo ser la única en pensarlo, al menos soy sincera.

—No te preocupes, sé que muchos piensan que es raro, pero aunque suena imposible para mi Luna, no paso muchos meses cuando regreso, acá si habían pasado años, técnicamente soy mayor que ella.

Sigue pareciéndome extraña esa situación aun así no digo más, es algo que no me afecta son una pareja muy unida por lo que logro notar, por mucho tiempo supuse que sería así con mi alma gemela hasta que me di por vencida y mi único objetivo era matar a Karner ya ni me interesaba encontrar a alguien que me haría débil. Pero cuando lo vi sabia que sería mío y destruiría a cualquiera que quisiera alejarnos, no espere que fuera él el que lo hiciera.

Al contrario de lo que todos creen si tengo sentimientos, unos que son destruidos apenas tratan de dar afecto, por ese motivo solo Lucían los conoce y al parecer solo él lo hará. Incluso con él me costó abrirme, aun así fue más sencillo porque no quería golpearlo como ahora quiero hacerlo con Suriel.

Se ha convertido en un dolor de cabeza, lo único que hace cuando despierta de sus desvaríos por el veneno, es insultarme.

—¡Maldita asesina! —se abalanzó hacia el frente, pero las cadenas se lo impidieron— ¡Apenas salga de aquí, te mataré!

Trato muchas veces de soltarse, había momentos en los que Nora no lo soportaba y salía de la habitación, en mi caso tengo que escuchar todo, tal vez y eso rompa por fin el vínculo que tenemos. En los últimos tres días muchos han intentado entrar, pero se los prohibí, si lo ven así querrán soltarlo y no es seguro para nadie hacerlo.

—¡Suéltame, déjame ir con ella! —llora—¡Yo la am...!

—Espero que no termines esa palabra porque seré yo el que te mate.

A mi lado estaba Lucían, una gran parte de mí estaba feliz por verlo, lo envuelvo en mis brazos, estos días sin él han sido muy dolorosos, aunque tengo a Nora, ella no puede cubrir lo que un Sele hace por el alma del suyo.

Ignore a Suriel que se había desmayado otra vez, mi atención la tenía Lucían.

—Al fin estoy completa —tomo sus mejillas— si vuelves hacer lo que hiciste en aquel lugar, te mataré Lucían.

—Yo también te extrañé —me sonríe, acerca sus labios a mi frente—, sé que no lo harás, además era mi deber protegerte, no te dejaría en ese sitio sola.

—Eres... —extrañada huelo su cuello— ¡tú!

—No lo digas.

Me mira resignado.

La Traición del FénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora