La Traición del Fénix

Ilusión de Amor 11

Nora caminaba rápido hacia nuestra dirección; su rostro se notaba arrepentido y no logro entender por qué. Acababa de utilizar la culpa con la humana que la rechazó. No creo que se atreva a hacer más que eso. Ella no es así. Incluso sé qué está pensando en ir a pedirle disculpas por cómo le habló.

—Quieta —Lucían la toma del brazo, también sabiendo sus intenciones—, quédate aquí y no quiero quejas —le ordena.

—Se nota que la quieres —Frank habla a mi lado—, no entiendo cómo existen personas que son capaces de dañar a sus propios hijos. Simplemente, me sorprende cómo unos padres que parecen tan amorosos rechazarían a su propia hija porque su alma gemela es una mujer.

—La sangre no te hace familia. Llegará un momento en que hasta tu sombra te traicionará. Crees que algo tan banal como un lazo familiar no lo hará.

Me mira asombrado por mis palabras y dice:

—¿No confías ni en tu alma gemela?

Respiro hondo ante su pregunta. No me gusta la interrogación, ni siquiera de alguien que puede ser un aliado.

—No lo conozco lo suficiente. Apenas sé su nombre y que es el alfa de esta manada. No le voy a confiar mi vida. Es así de simple. Incluso Nora podría traicionarme. Aunque diga que no, llegará un día en que habrá algo que ella quiera más que nada en el mundo y la única forma de obtenerlo será traicionarme.

Puedo sentir cómo todos se han detenido a escuchar mis palabras, incluso siento cómo mis palabras afectan a Suriel, pero él no me puede pedir tanto si apenas nos conocemos y ya todo esto está pasando.

—¿Incluso desconfías de él? —señala a Lucían.

—Jamás desconfiaría de él.

—¿Por qué desconfiarías de tu alma gemela, pero no de él?

—Lucían no solo es mi compañero de batalla, él es mi seele y jamás me traicionaría.

—¿Por qué estás tan segura de que no lo haría? —esta vez es Suriel el que pregunta. Puedo ver el dolor en sus ojos, a él le afecta esto.

—Porque ella sabe lo que pienso y siento, y yo sé eso de ella.

—¿Es por la ceremonia?

La fénix está enojada. No le gusta mi trato hacia su hijo. No sé qué espera. No me acurrucaré en sus brazos a llorar. Jamás lo haría.

—Al parecer, no estudiaron lo que es un seele —Suriel estaba a mi lado y me miraba como cachorro regañado.

Supuse que todo el mundo tenía conocimiento sobre lo impredecible y delicada que es el alma. Creo que es hora de que esto sea aclarado porque si vuelvo a escuchar una queja sobre Lucían muy cerca de mí, le arrancaré la cabeza a quien sea.

—A veces las almas vagan solas, sin compañero de vida que los complemente y ni siquiera tienen la oportunidad de conocer a alguno. Es muy solitario. Puede ser un humano o un sobrenatural. Esto no hace distinción de raza. La soledad es una enfermedad incurable que estas almas son condenadas a vivir en cada reencarnación. Existen casos en los que esta se apiada de ellas y divide el alma en dos para que en su siguiente reencarnación se encuentren y no estén solas. Cuando se conocen, su conexión es inmediata. Incluso sienten lo que el otro siente. Esto no es algo romántico ni amor de hermanarnos. Es algo más allá de todo amor conocido. Son capaces de lanzarse al vacío por el otro.

—Eso suena como un alma gemela —suelta Frank mientras mira a su compañera, que está alejada de él.

—No lo es. Las almas gemelas son como su palabra lo dice: almas iguales que se complementan. Pero un seele es un alma dividida en dos.