Capítulo 6

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Lena estaba en shock, no entendía por qué el rostro de Kara lucía así, marcas de cachetadas y moretones en sus ojos no pasaban desapercibidos, era innegable que la rubia tenía unos hermosos y tiernos ojitos, pero sin duda lucirían aún mejor si esas marcas de agresión que tenía.

"Lena suéltame" Pidió la rubia intentando cubrirse la cara.

Pero Lena inmovilizó sus manos con una de las suyas y con la otra la tomó del mentón para analizar aquellas heridas.

"¡Lena! ¡Basta, te dije que me sueltes!". Intentó safarse la rubia.

"Kara, ¿Quién te hizo eso?" Lena preguntó totalmente seria aún sin soltarla.

"No te importa, solo déjame" Pidió la rubia al borde del llanto.

"¿Fue él?" Un sollozo fue la única respuesta que recibió. "Kara, ¿Tu esposo te hizo esto?"

"¡¿Por qué lo acusas de algo así?! Eso no te incumbe". Kara gritó llorando aún con las manos aprisionadas.

"¡Lo acuso porque no convives con nadie más que él aparte de mí, lo sé porque estuviste disponible para mí cada maldita mañana de lunes a viernes, y por las tardes y el fin de semana él fue el único que estuvo contigo, además yo no te lastimé, jamás lo haría, entonces nadie más que él pudo haberlo hecho!" Lena levantó la voz.

Y Kara dejó de hacer cualquier tipo de esfuerzo por soltarse, simplemente apoyó su cabeza contra el pecho de Lena y comenzó a llorar.

Entonces Lena la soltó y la abrazó. Acarició suavemente su cabello y espalda aún sin poder sacarse de la mente las imágenes de las heridas de Kara.

Estuvieron un rato así hasta que la rubia dejó de llorar y justo cuando Lena creyó que se había dormido la escuchó hablar.

"Solo no te metas en mi matrimonio, por favor". Pidió con un susurro.

Lena no quería hacer eso, ella si que quería meterse en su matrimonio, quería ir a la casa de Kara a buscar a ese infeliz y partirle la cara, quería lastimarlo diez veces más de lo que había lastimado a Kara, quería herirlo, mandarlo al hospital, quería...

"No lo haré, tranquila". Quería demasiadas cosas, pero solamente se limitó a asentir y seguir la petición de Kara. "Solo no me pidas que me aleje".

Y Kara asintió, parecía un buen trato seguir las cosas normales, solamente que ahora tenía miedo de que Lena no la tratara igual, lo último que quería era dar pena, después de todo Lena era su amiga por decisión propia, no quería que Lena se quedara a su lado solo por lastima, si tan solo pudiera regresar unos minutos en el tiempo para no revelar sus heridas, si tan solo no fuera tan tonta, se odiaba ahora mismo por eso, no quería complicar las cosas y menos cuando todo parecía ir tan bien.

Entonces la rubia se levantó, necesitaba tiempo a solas para pensar, ahora una persona más aparte de ella y su esposo sabía sobre el maltrato que recibía en casa.

Creyó que se iría fácil, pero no se esperó que Lena la tomara de la mano y no la dejara seguir caminando.

"No te vayas" Lena pidió mirandola a los ojos. "Por favor".

"Lena..."

"Al menos déjame curar tus heridas antes y si después quieres irte lo acepataré". La pelinegra habló sosteniendo con ambas manos la mano de Kara.

Entonces a la rubia no le quedó otra opción más que asentir sintiendo como Lena tiraba de su mano para llevarla hasta su habitación.

Una vez llegaron a la habitación, Lena entró al baño en busca de un botiquín de primeros auxilios mientras que Kara se sentó en la cama, si bien las heridas en Kara no eran recientes, al menos podría aplicarle una crema que ayudara a desvanecer las marcas de violencia en la rubia.

Al regresar encontró a la rubia mirando a su alrededor aún sentada en la cama, Kara recordaba que Lena solamente llevaba 4 semanas en Estados Unidos y sin embargo toda su casa realmente lucía muy bien amueblada ¿Cuánto dinero tenía esa mujer para vivir así?

Lena por su parte se acercó hasta donde la contraria estaba para agacharse un poco y comenzar a frotar algo de crema en sus hematomas.

Estaban en silencio mientras Lena acariciaba, con sus dedos llenos de cema, los hematomas de la rubia, estaba concentrada, frotando con delicadeza cuando Kara rompió el silencio.

"¿Por qué compraste un piano que jamás tocaras? Digo, los pianos no son nada baratos" Ella fue directa, realmente tenía dudas acerca de eso.

Lena rió.

"La sala era demasiado grande, hacía falta una decoración" Kara continuó mirándola. "Además lo conseguí a un buen precio, la escuela en donde trabajo quería deshacerse de él".

"¿Eres maestra?" La rubia preguntó interesada.

"Algo así, soy mas bien una coreografa".

"¿Y por qué viniste a trabajar aquí?"

"¿A donde tan preguntona?" Lena bromeó bajando su mano a la próxima herida en el pómulo de Kara.

"Lo siento" Se disculpó la rubia bajando la cabeza.

"Solo bromeo". La pelinegra aclaró levantando el mentón de Kara con su otra mano para poder seguir esparciendo crema. "Cuando estaba en Irlanda gané algunos premios en competencias de baile, entonces recibí una propuesta de trabajo de Southbay Dance Academy, ¿Haz oido hablar de ella?"

"¿La academia de baile?" Kara estaba realmente sorprendida.

Lena soltó una leve risita.

"Si".

"Oh por Dios, debes ser una muy buena bailarina entonces".

"Solo lo intento" Lena respondió con modestia para bajar su mano hasta la siguiente herida de Kara.

La ruptura en su labio.

La rubia no podía hablar, Lena necesitaba curar su boca y además, ella no encontraba nada que decir al estar tan concentrada en la caricias que Lena le otorgaba en los labios.

Desafortunadamente ambas dieron un sobresalto al escuchar la alarma de Kara informar que era hora de separarse.

"Gracias por todo, pero ahora debo irme" Kara informó levantándose de la cama.

"¿Volverías mañana?" Lena preguntó con ojitos de cachorro. "Yo... quiero escucharte tocar el piano".

Kara lo pensó un poco, ella realmente quería volver... Entonces asintió, Necesitaba sentir de nuevo esa cálida sensación de la cercanía de Lena.

Quería que la semana transcurriera así, tal como lo había sido la semana anterior, porque gracias a Lena, el infierno que vivía con su marido ya no era tan espantoso, a pesar de esas tardes de dolor ella tenía la esperanza de poder refugiarse en Lena al siguiente día. Eso la mantenía un poco tranquila.

Y aunque Lena no quería dejarla regresar a casa con ese monstruo que vivía con ella, no tuvo más remedio que verla partir.
 
 
 
 
 
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ESTÉRIL (SuperCorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora