Capítulo 20

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Una vez se aseguraron de que el embarazo de Kara se encontraba en perfectas condiciones Lena fue a casa con Kara prometiéndole a Sam que no habrían problemas de alcohol de por medio, Sam confiaba en ella, después de todo sabía que si Kara estaba ahí Lena no iba a recurrir a la bebida.

Y una vez llegaron a casa la pelinegra no dudó en ofrecerle su habitación a Kara, debía estar cómoda debido a su embarazo, y aún si no estuviera embarazada Lena siempre le daría prioridad.

Estaba a punto de salir de su habitación para que Kara pudiese dormir tranquila cuando esta la detuvo y le pidió dormir a su lado, Lena no sabía si aceptar, tenía miedo de lastimarla en la noche ya que solía moverse mucho mientras dormía, sin embargo, Kara le insistió tanto que Lena no pudo negarse, así que entró a su lado quedándose completamente quieta y rígida para evitar incomodar a la rubia.

No iba a dormir, debía velar por el embarazo de Kara para evitar herirla por la noche, así que solamente se había quedado mirando al techo sin mover su cuerpo un solo centímetro.

"No seas exagerada" Kara soltó una risita abrazando uno de los brazos de Lena.

"No quiero lastimarte mientras duermo" Lena respondió relajando un poco su cuerpo al sentir el abrazo de Kara.

"No lo harás, tranquila" Kara entrelazó sus piernas como pudo.

Estaba intentando abrazar a Lena a pesar de tener que dormir con la espalda totalmente pegada a la cama a causa de su embarazo.

Las luces estaban apagadas y las cortinas cerradas, pero un rayito de la luz de la luna se filtraba por una de las cortinas dejando a Lena apreciar el cuerpo de Kara a su lado, sin duda Kara lucía muy bonita con esa pancita de embarazo, era algo tierno para Lena imaginar que ella fuera su esposa y ese bebé suyo, no tenía idea de que pasaría ahora con su relación, porque para empezar no tenían una relación más allá de la amistad, ella amaba a Kara, pero Kara por alguna razón continuaba protegiendo a su esposo cuando este no lo merecía.

Lena acarició el vientre de Kara, fue lo único que pudo calmar todas sus preocupaciones, y dando caricias a la pancita de la rubia terminó durmiendo sin siquiera darse cuenta.

A la mañana siguiente Lena despertó primero, así que decidió pedir un desayuno a domicilio para su compañera que se hospedaba en casa, fue una rutina algo diferente, estar toda la mañana en casa ocupada en cuidar de Kara sin duda fue una agradable experiencia, no se sentía como una carga, era algo que le gustaba hacer y la mantenía activa. La rubia realmente tenía antojos muy extraños, pero para Lena fue un placer cumplir con cada una de sus peticiones, verla feliz simplemente no tenía precio y daría lo que fuera por siempre tenerla a su lado de esa manera.

Sin embargo, tuvo que despedirse de ella al tener que ir a trabajar por la tarde, odiaba la idea de dejarla sola, pero debía hacerlo, al menos tenía la certeza de que Kara estaría bien en su casa y nadie le haría daño.

Mike por su parte había faltado al trabajo la mañana siguiente del altercado con Lena, había pasado mal aquella noche, pues su cuerpo dolía bastante y ni hablar de su rostro, pero aquello no fue suficiente para arrepentirse de todo lo que le había hecho a Kara, él quería devolverle lo que Lena había hecho con él, sin embargo no tenía ni la menor idea de dónde se encontraba ella ahora mismo y aquello lo enfurecía mucho más, despertó a altas horas de la tarde, cuando su turno laboral ya había terminado, entonces recordó que Irma debería estar en casa a esas horas por lo que decidió ir a su casa.

Tomó las llaves de su auto y salió de casa pensando en una excusa creíble para explicar los golpes de su rostro, porque después de todo Irma no sabía que él era un hombre casado.

Al llegar a su destino tocó el timbre de la casa, porque a pesar de llevar mucho tiempo juntos Irma se seguía negando a darle una copia de las llaves.

Pasaron unos cuantos minutos para que esta finalmente le abriera la puerta, su cabello estaba revuelto y vestía una camisa varias tallas más grandes a la suya, parecía como si recién se levantara cuando se suponía que estaba casi regresando del trabajo.

"¿Qué haces aquí?" Irma preguntó algo sorprendida.

"Solo quise visitar" Mike estró a su casa sin siquiera pedir permiso dejando sus zapatos en la entrada.

Irma volteó los ojos, odiaba que Mike se portara irrespetuoso.

"Debiste avisar y..." Irma se detuvo asustada al notar los golpes en el rostro de Mike cuando este se quitó el cubrebocas y los lentes que llevaba. "Pero, ¿Qué carajos te pasó en la cara?"

"No fue nada, solo una tonta pelea en un bar" El mintió.

"Pues parece que ibas perdiendo" Irma se burló, sin embargo, detuvo su risa al ver el rostro totalmente serio de Mike. "Ay ya, no seas amargado". Empujó su hombro suavemente.

"Yo... Quería saber si puedo quedarme aquí por los próximos días".

Irma frunció el ceño.

"¿Te da miedo quedarte solo después de esa pelea?" Ella definitivamente quería negarse.

"No digas tonterías, solo creo que sería divertido pasar unos días juntos". El pelinegro intentó convencerla acercándose para tomarla por la cintura.

"¿No te fue suficiente con la cachetada que te di hace un tiempo? Ya te dije que no me toques de esa forma" Irma se soltó bruscamente.

"¡Pero soy tu novio!"

"¿Y con esa actitud quieres que te deje quedarte?"

"Bueno ya, me calmo".

"Bien, solo serán un par de días, no te quedarás más de una semana". Irma advirtió yendo a su habitación. "Espera aquí un momento".

Y dicho esto Irma casi corrió a su habitación para advertirle a su novia que debía irse.

"¿Quién era?" La mujer en su habitación preguntó.

"Es Mike, debes irte" Irma advirtió tomándo la ropa de su novia para entregársela.

"¿Bromeas? Estabamos pasando un buen rato". La contraria comenzó a vestirse.

"Lo sé, Gayle, pero tendremos que continuar en otro momento" Irma comenzó a empujarla hacia la ventana.

"Mierda" Gayle salió como pudo de ahí y regresó a casa algo frustrada.

Era tedioso tener que esconder su relación de esa manera, pero sabía que era por el bien de su novia, puesto que si sus padres se enteraban de su orientación real la desheredarían.

Solo debía ser paciente y en poco tiempo podrían hacer pública su relación.

De vuelta a casa de Lena, esta aún no regresaba del trabajo, Kara por su parte había encontrado un par de cosas para comer por ahí y así calmar un poco sus locos antojos, sin embargo no dejaba de pensar en cómo le diría a Lena que ese bebé que llevaba en el vientre era suyo, temía que la hospitalidad y atención de Lena hacia ella desapareciera por eso, porque ella misma le había dicho que no iba a embarazarse desde el día que hicieron el amor y ahora tenía un bebé dentro, todo se había salido de control y eso asustaba a Kara, ella temía que la historia se repitiera y aquella persona en la que alguna vez confió y creyó su lugar seguro comenzara a maltratarla, definitivamente ella no podría soportar algo así nuevamente.

Pero Lena no era Mike, el corazón de Kara sabía que ella era diferente, pero su mente aún tenía miedo de volver a confiar por completo en una persona.
 
 
 
 
 
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ESTÉRIL (SuperCorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora