• Jimin's little cat • 「YOONMIN」

6 .• Tormenta

Jimin tiene que ser muy silencioso, aunque hay fuertes truenos que retumban en el cielo, mitigando los sonidos que nacen en el interior de la casa, hay algunos rayos y lluvia cayendo, las traviesas gotas golpean la ventana creando un sonido amortiguado. Son las dos de la madrugada, y ni el chico, ni Yoongi, pueden dormir, principalmente porque Jimin no deja de temblar de miedo, le asustan las tormentas, en especial si son eléctricas.

Yoongi se remueve, trepando por el cuerpo de Jimin hasta que entierra el rostro en el hueco entre su hombro y su cuello, lo rodea con ambos brazos y lo aprieta con suavidad contra su pecho, desliza la nariz por todo el lateral de su cuello, en una caricia calmada, hacia arriba, erizándole la piel y haciéndolo gemir temblorosamente.

Jimin exhala y deja que su gatito lo tranquilice con su ronroneo, siente que puede respirar mejor cuando Yoongi lo sostiene así. Los minutos transcurren, el firmamento sigue siendo iluminado ocasionalmente por los relámpagos y la lluvia continúa cubriendo la ciudad, pero todo eso pasa a un segundo plano cuando Jimin busca la boca de su mascota con insistencia, no es consiente de eso, pero necesita sosegar los temblores atemorizados de su cuerpo, desea ser confortado y consolado, y, ¿quién es Yoongi para negarse?

Los labios del pequeño rozan los contrarios tímidamente, soltando un trémulo suspiro ante la sensación de calidez que lo inunda de inmediato. El gato ya conoce bien el sabor de la boquita de Jimin, es dulce, con un peculiar sabor a inocencia. Yoongi deja que sea Jimin quien marque el ritmo del beso, moviendo su boca con suavidad, su mano derecha sube para acariciar los rubios mechones de cabello.

Hay ruidos húmedos de sus bocas combinándose con el golpeteo de la lluvia, los labios de ambos están comenzando a enrojecer por los besos cuando Yoongi mete una mano bajo las bragas del niño, necesita sentir su calor, dos de sus dedos separan los cálidos pétalos de su parte íntima y jadea ante la humedad, con muchísima gentileza y tranquilidad le quita la ropa interior, y entonces Jimin deja de pensar con claridad.

El menor separa las piernas y colocando una mano sobre su hombro empuja a Yoongi hacia abajo, el gato comprende inmediatamente y se mete bajo las sabanas. Se posiciona entre las piernas del chico, subiéndole la camisola para dormir antes de abrírselas un poco más y aspirar profundamente del vértice entre sus muslos cuando está tan cerca.

Comienza a lamer con suavidad la pequeña flor del menor, con calma, tomándose su tiempo para saborearlo. La boquita de Jimin está entreabierta, sus ojitos están cerrados fuertemente y hay mechones de cabello pegados en su frente. Sus piernas se flexionan mientras están muy abiertas, bajo las cobijas el bulto que se mueve es su gatito, y algo sobre ese pensamiento lo hace gemir y cosquillear en su vientre bajo.

A Yoongi le gusta mucho la forma en que Jimin se remueve, cómo levanta las caderas empujándose contra su boca, y sobre todo, como gime, es un sonido suave y ligeramente ronco, delicado, manso y cándido. Es casi prohibido y es solo para él.

La mano de Jimin se cierra entre los cabello de su mascota y tira sin fuerza, Yoongi lo toma como una señal, así que empuja la lengua dentro de la humedad, estirando solo un poco la virginal flor de Jimin, el chico tiembla y su espalda se arquea.

—M-Más...

Jimin jadea, y Yoongi no quiere hacer nada más que montarlo justo ahí, su polla vibra ya endurecida mientras contrae su propio cuerpo sintiendo una punzada de cruel y caliente excitación, su lengua escarba en el palpitante coñito de su amo, buscando su camino dentro de las cálidas y apretadas paredes. Gruñe mientras sus largos dedos se aferran a los blandos muslos, manteniéndolos bien separados.

La respiración de Jimin es acelerada y superficial, y Yoongi la percibe en la manera en que la barriguita de Jimin sube y baja, y en cómo su cuerpo reacciona ante el trabajo de su boca.