• Jimin's little cat • 「YOONMIN」

11.• Noche especial

El día ha terminado, San Valentín llega a su final, pero aquella noche especial apenas comienza para Jimin y Yoongi.

Yoongi se levanta para acomodarse sobre el cuerpo de Jimin, han pasado abrazados un largo rato luego de cenar, también se han servido de la boca del otro, tomando tantos besos como quisieron y acariciándose suavemente por encima de la ropa, pero eso ya no es suficiente.

Las piernas de Jimin se separan para recibir a Yoongi entre ellas, quien sin dudarlo se mece sobre el cuerpo de su pequeño amo. El rubio gimotea, sus ojitos están cerrados mientras la boca de su gatito busca la suya una vez más, lo besa lentamente y entonces el toque de sus labios desciende, deslizándose hacia su cuello.

Jimin emite suaves sonidos mientras mordisquea su labio inferior, la hábil lengua de Yoongi se mueve por su piel, dejando húmedos caminos antes de que sus labios se cierren sobre la blanda carne, succionando, mordisqueando con ligera gentileza. Sus cuerpos comienzan a arder, y la flor de Jimin se humedece mientras la polla de Yoongi va endureciendo cada vez más, con cada empuje que da entre los muslos de su amo.

El rubio acaricia las orejitas de su gatito, luego las suaves y oscuras hebras de su cabello se escurren entre sus dedos y a Yoongi le fascina tenerlo así, gimiendo, removiéndose bajo su cuerpo, derritiéndose ante su toque. El gato desabotona los pantalones del chico y mete la mano bajo sus bragas, escarbando con los dedos entre sus pliegues y sintiendo de inmediato la humedad donde acaricia.

Jimin continúa gimoteando y un espasmo lo sacude cuando su mascota acaricia su botoncito tierno, Yoongi presiona antes de deslizar su dedo medio hacia su entrada, dibuja pequeños círculos, extendiendo el dulce néctar que emana de la flor de su chico, se toma su tiempo, asegurándose de que esté bien lubricado antes de empujar lentamente el dígito en su cálido interior casi hasta la mitad, las paredes del coñito se aprietan a su alrededor y el felino gruñe por lo bajo, no es la primera vez que alguno de sus dedos está dentro de Jimin, pero en aquella ocasión no puede evitar pensar en que sí así aprieta su dedo, cómo apretaría su polla.

Yoongi lleva su dígito más adentro y el pequeño gimotea, los deditos de su pies se encorvan cuando su mascota añade un segundo dedo en su interior, la húmeda cueva no demora en crear chasquidos conforme el mayor va moviéndose, lentamente, Jimin está tan mojadito que la mano de Yoongi se empapa con premura.

El felino curvea sus dígitos y el pequeño ahoga un gemido en el momento en que Yoongi alcanza el punto más sensible en su interior. Cuando intenta introducir un tercer dedo las piernas de Jimin buscan cerrarse, apretando la mano de su gatito entre sus muslos gorditos y Yoongi no puede resistirlo más.

Retira sus dedos y no pierde tiempo, con rapidez le saca el pantalón, acariciando tanto como puede sus piernas.

Jimin tiene las mejillas enrojecidas, los labios hinchados y el cabellito revuelto, cuando Yoongi le separa las piernas, lo único que se entromete ahora entre sus ojos y el coñito mojado de su amo son sus braguitas.

Jimin gimotea y Yoongi desliza la punta de su dedo índice sobre la humedad que comienza a traspasar la tela de la diminuta prenda. El gato tensa la mandíbula y la mirada oscurecida qué hay en sus ojos enloquece a Jimin. Lo mira como si quisiera devorarlo.

—Yoonie... —se queja el chico.

Yoongi sonríe, pero no muestra sus dientes, es una sonrisa enteramente provocativa y lujuriosa. Su cola serpentea con lentitud y sus pupilas están tan dilatadas que solo hay negrura en sus ojos. Sabe lo que su amo quiere, lo sabe perfectamente, y él no es nadie para negárselo, tampoco tiene la fuerza para hacerlo. Esa noche no cree poder detenerse. Y no lo hará. Va a tomar a su amo, lo va a reclamar como suyo, lo va a montar y lo va a dejar lleno de su esperma caliente y espeso.