Capitulo 2

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Aún estaba conmocionada por lo que paso en el árbol de los espíritus. Había logrado ver a mi madre e incluso dirigirle la palabra... su tacto aún puedo sentirlo, pero a la vez el dolor que me causó una epilepsia repentina también seguía ahí. Papá me dijo que no volviera a unirme al árbol porque podría llegar a tener otro ataque y sería demasiado riesgoso que vuelva a pasar debajo del agua. Me sentía cansada después de eso así que decidí quedarme en casa hasta poder estar bien. La mayoría de la veces me quedaba sola ya que no podían estar siempre conmigo, los chicos seguían con las clases y mamá, aunque me cuidara también debía ayudar con sus labores diarias igual que papá. Aunque había quien parecía estarselas saltando.

- ¿Vas a pasar o no? - Había venido estos 2 días, pero no se había atrevido a entrar - ¿Sabias que estaba aquí? - Pregunto avergonzado tras ser descubierto - Desde hace 15 minutos. Vamos entra - Camino y se sentó frente a mi - ¿Estas bien? - Me pregunto - Si. No duele tanto - Sus orejas se agacharon y note que estaba apenado - Perdóname. Fue mi culpa, no debí llevarlos al árbol. De haber sido así no te hubieras hecho daño - Comenzó a culparse. Me acerque y tome su mano para tratar de tranquilizarlo - Oye, ya paso. No te atormentes por eso - Dije dándole un golpe en la cabeza -No fue tú culpa. Nadie hubiera sabido que eso pasaría - Pareció recomponerse por el golpe - Aún así... - Volví a darle un golpe - Aún ni que nada. Vuelves a tratar de echarte la culpa y te hago un nudo en... oh, tu cola no es muy útil para hacerla nudo - Dije mirando la ya nombrada - Entonces será tu trenza - Carcajeo nervioso ante eso - No es una broma - Se callo y poco despues nos reímos.

- Oye Kiri, papá dijo que... - Lo'ak irrumpio de repente y se nos quedo viendo. Nos dimos cuenta que aún sostenía la mano de Rotxo - Sabes que olvídalo. Vuelvo más tarde - Dijo saliendo apresurado y con esa cara que conocía muy bien. La de "Ya tengo con que molestarte" - ¡Lo'ak! - Trate de levantarme, pero me tambalee un poco casi cayendome - No hagas eso debes descansar - Dijo evitando que me cayera - Ese idiota no me dejara en paz ahora - Masculle - Kiri, hija - Esta ves quien entro fue papá quien nos miró confundido. - Hola señor Jake - Saludo nervioso Rotxo. Vi a Lo'ak atrás tratando de no reírse - Necesito hablar con mi hija, puedes... - Papá apunto con su mano la salida y Rotxo entendió - Ah... si. Nos vemos Kiri - Se despidió y salio rápido, hasta casi se tropieza. Papá me miró - ¿Y él que? - Suspire y volví a acostarme dándole la espalda. No iba a tener esa conversación y Lo'ak ya no pufo aguantar la risa. - Cállate cara de escroto - Dije sacandole el dedo medio mientras papá suspiraba.

- Bien entonces... -

Ay no puedo ser. A la mañana siguiente Lo'ak le había contado a Neteyam y ahora estaban los dos aquí - No pensé que te gustaran los pescados - Dijo Lo'ak - Pues mira que hablo en Tsireyano, ¿o no Lo'ak? - Se mostró falsamente indignado - No lo negaste eh - Estaba a punto se saltarle encima, pero Neteyam se puso en medio de los dos - Ya basta chicos, no tenemos que pelear. Y tú Lo'ak deberías comportarte con la señora enferma - Le jale la trenza apenas dijo eso - Bueno ya que estamos hablando de pescados. Neteyam no ha habido ninguna chica de la tribu que te atraiga, ¿o si hermano? - Pregunto Lo'ak mientras lo codeaba -No tengo tiempo para eso. Las únicas personas con la que he estado son Rotxo, Tsireya y Ao'nung - Dijo empujando a Lo'ak

- Yo te he visto pasar mucho tiempo con Ao'nung. Incluso vas a dejarme con mamá cuando lo haces - Escuchamos a Tuk quien nadie sabe cuándo llego - Bro... de todos los peces en este mar, ¿¡te gusta justo ese skxáwng!? - Tuk salio corriendo y Lo'ak comenzo a reirse, yo tambien un poco - Veo que las clases no son solo clases, ¿eh? - Dije mientras colocaba mi codo sobre su hombro -Oigan ya basta -Me empujó para que lo dejara. Lo'ak y yo nos pusimos a dar círculos alrededor de Neteyam quien trataba de empujarnos

- A Neteyam le gusta peces machos -

- Y altos amargados -

- Ah... Tragame gran madre - Suspiro en resignación y derrota

Nosotros dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora