Capitulo 5

488 50 10
                                    

— ¡Lo'ak! — Llamé tratando de detenerle, pero solo seguía avanzado hasta que llegamos a la Roca Tres Hermanos. Se bajo de su Ilu apresurado y monto al Tulkun — ¡Ayúdenme! — Payakan tenía un rastreador. Nos apresuramos en ayudarlo apenas lo vimos. — ¡Con fuerza! — Divisé a uno de las barcos de la gente del cielo acercándose a nosotros y desplegando sus máquinas — ¡Ya vienen Lo'ak! — Grite desesperada y con esfuerzo de todos logramos sacarlo. — ¡Salió! Kiri salió. — Agarre el brazo de Tuk — Ven Tuk, no te sueltes. No te sueltes — Nos montamos en los Ilus para salir de ahí.

— Sumérgete Payakan — Grito Lo'ak y nos dividimos para tratar de perderlos. Neteyam había agarrado el rastreador para alejarlos lo más posible, cosa que funcionó temporalmente, pero cambiaron su objetivo a nosotros. Trate de sostener a Tuk durante la persecución, pero los arpones nos obligaron a bajar de los Ilus y buscar refugio en las algas. Separandome de Tuk. — ¿Están bien? — Pregunte tras poder tomar de nuevo aire — Si, eso creo — Respondió Ao'nung, Rotxo recién subió. — ¿¡Donde esta Tuk!? Estaba conmigo hace poco. ¡Argh! — Gruñí en desesperación, sabía que debía dejarla en casa — Tengo que ir a-... — Rotxo y Ao'nung me taparon la boca y una luz nos rodeo. Estaban aquí. Rompieron la planta y tuvimos que nadar de nuevo.

En un punto me canse de huír y por la rabia que tenia intente hacer algo que no creí posible. Forme un Tsaheylu con la fauna. Las controle como si fueran una extensión mía, atrape, sometí y destruí aquellas máquinas, las personas intentaron salir, pero no iba a dejar que se fueran. Los agarre, privandolos de todo movimiento hasta que destruí sus máscaras, terminando por morir a falta de oxígeno. Cuando sentí una mano en mi hombro reaccione. Había matado por primera vez. Rotxo no dejó que me estancara ahí, me agarro de la mano y salimos a la superficie

— ¿Qué demonios fue eso? — Pregunto Ao'nung entre sorprendido y asustado.
— ¿Estas bien Kiri? — No respondí a nada. Me quede tratando de procesar lo que ocurrió. Pensé que los Tsaheylu solo se podían formar con otros animales, pero lo que sentí se sintió muy similar, no creo que esto sea normal, sino los otros lo hubieran intentado. Pasé mis manos por mi cara y suspire — No se que pasó y si estoy bien. Vamos tenemos que encontrar a los otros — Intente levantarme, pero un fuerte mareo me atacó. — ¡Ey! — Rotxo me agarro y me ayudo a sentarme. Mi cabeza había comenzado a latir un poco — No estas bien, descansa un poco — Unos segundos tal vez bastarían para eso. Me levante nuevamente y salte al agua siendo seguida por los dos.

Volvimos hasta el barco donde todos estaban peleando, subimos a la superficie y fue un grave error ya que sentí que un Ikran me levantaba — ¡No! ¡SUELTAME! ¡NOO! — Me tiraron en el barco y me sujetaron los brazos — Vamos. De pie caramelito — Escuche a un avatar hablar — No soy tu caramelito. Enfermo — Me amarro a una de las barandillas. Me resigne a estar quieta. De todas formas no había nada que pudiera hacer.

Todo estaba hecho un caos. Las sirenas no dejaban de sonar seguidos con los disparos y explosiones de la lucha afuera. Escuche pasos y vi a Tuk con Tsireya. — Tuk — Se acercaron y trataron de cortar la tira, pero Quaricht llegó agarrando a Tuk y empujando a Tsireya. — No puedo creer que este nuevo atada... — Se quejo Tuk mientras yo miraba con odio a Quaricht. — Mamá y papá vendrán pronto. — Amenace gruñendo — Eso es lo que quiero — Se alejo un poco y trate de romper las ataduras con mis dientes, pero no daba resultado.

Comencé a mirar alrededor buscando una forma de escapar, pero resultaba imposible. El lugar comenzó a llenarse de soldados tapando cualquier vía de escape.

— Háblame Cabo. El barco se va a hundir y tus hijas con el — Quaricht comenzó a hablar por el transmisor con papá — Tú muchacho no tenía que morir. Tu mismo te lo buscaste — Deje de tratar de liberarme cuando lo oí. ¿Había muerto alguien? Debe ser una broma de mal gusto — Creíste que podrías podrías proteger a tu familia, pero no. Solo hay una forma de que estén asalvo. Terminemos con esto antes de que pierdas otro hijo — Camino por la plataforma unos segundos y después una explosión. Muchos murieron, otros quedaron atrapados bajo los escombros y volví a formarse una masacre.

Nosotros dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora