17| Entiende que no me debes nada

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"Dicen que cuando realmente amas a alguien, incluso si hay un millón de razones para dejarlo, todavía buscas una razón para quedarte"

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"Dicen que cuando realmente amas a alguien, incluso si hay un millón de razones para dejarlo, todavía buscas una razón para quedarte"

Estaba completamente seguro de que estaba haciendo lo correcto.
Al menos por el momento.
Claramente no hubiera tomado la decisión de seguir ahí para ella si el escenario fuera otro; si aún estuviera con el imbécil del padre de ese bebé, yo me tendría que haber alejado.
Pero la situación era otra.
Y aunque suene un poco egoísta de mi parte y hasta descarado, realmente agradecía en medio de esta caótica noticia, que Salomé ya no estuviera con ese idiota.
No niego que me dolía completamente.
No niego que me parecía injusto que, ahora que queríamos intentarlo nuevamente, el destino nos tuviera preparada semejante noticia.

Pero antes de mí estaba ella.

Si para alguien habrían sido difíciles estas últimas semanas, seguramente era para ella.
Darte cuenta que tu exnovio–quién se fue sin más por cuatro años–regresó dispuesto a reconquistarte. Darte cuenta que seguías sintiendo cosas por él mientras ya estabas con alguien; alguien que a parte era el patético de tu exnovio que ya te había puesto los cuernos en el pasado. En fin, terminar con ese alguien nuevamente para intentarlo con el que te abandonó y luego descubrir que estás embarazada de ese alguien al que acabas de dejar.

Wow. Suena extremadamente difícil.

Esa mujer que me había puesto el mundo de cabezas, llevaba en su vientre el fruto de sus noches con ese imbécil.
¿Cómo era posible que Dios dejara que esa maravilla de mujer tuviese algo que ver con ese idiota?

Me había dicho que las cosas entre los dos habían terminado mal, pero no quiso contarme exactamente lo qué pasó. Y yo lo único que quería ahora era darle tiempo y tener paciencia.

Como dije antes, el escenario puedo ser peor, ella pudo seguir con Nate mientras se enteraba que esperaba a su hijo. Pero no, ella estaba ahí y yo también. Dispuesto a apoyarla en lo que fuese necesario.

No sabía a dónde nos llevaría todo esto pero quería averiguarlo.

Salí de su casa en dirección a mi carro para ir a comprar algunas cosas para ella. Sentía una rabia incontrolable pero no sabía exactamente hacia qué o quién.
¿Hacia ella? No, no lo creo. Era normal que tuviera ese tipo de encuentros con el que era un pareja.
¿Hacia él? Quizá. Me daba envidia saber que había logrado aquello que yo en mis más remotos pensamientos algunas vez soñé: ser el papá de un hijo de Salomé.
Quizás sólo tenía rabia con el destino–como siempre– por que parecía que estuviese empeñado en ponérmela difícil.

Pero yo no era el mismo Niklas.

Ese Niklas que aparentaba seguridad pero por dentro se sentía débil, lábil y destruido; ese Niklas ahora solo existía en los lugares más recónditos de mi ser.
Yo nunca me sentiría lo suficientemente merecedor del amor de Salomé, pero todos estos años traté de convertirme en un hombre que al menos mereciera una cuarta parte de su amor y lo estaba logrando.

NIKLAS II (As long as you love me) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora