7|Yo no miro tu trasero, imbécil.

970 51 11
                                    

~Apologize- One Republic/Timbaland.

Niklas Heine :

—Déjalo ya Salomé, eso es absurdo—ordené por enésima vez al verla montada en la punta del sofá de aquella cabaña en busca de mejor señal para el móvil.

—¡Maldición!— exclamó frustrada y se tiró en el sofá dándose por vencida—Esto tiene que ser una broma.

—¿Una broma?—pregunté—¿Cómo es eso?

—No lo sé, Nik—respondió con arrogancia—¡Esto debe ser culpa tuya!— espetó.

—¿Culpa mía?— pregunté posando mi mano sobre mi pecho y aparentando cierto tono de indignación—¡Pff!— bufé—¿Qué quieres decir con eso?

—¡Pues que debiste revisar mejor el motor del barco ese en el que veníamos, pedazo de idiota!—dijo ofuscada.

—¡Lo hice y todo estaba bien! ¿Okay? Y no es un barco, es una lancha. No tengo la culpa que haya empezado a llover a cantarnos y que el motor dejara de funcionar. ¿Quién crees que soy? ¿Haddu? ¡Estás loca!

—¿Ha..qué?

—¡Haddu! Dios de la lluvia, la tormenta y las nieves de Babilonia— frunció el ceño al mirarme y solté un fuerte resoplido— ¿También conocido como Baal?— su cara de desconcierto alcanzó otro nivel mucho mayor.

—¡Me importa una lechuga quién carajos sea Haru!— quise corregirla pero no me dejó ni siquiera abrir la boca— La cuestión es que estamos metidos aquí por tu culpa. Además...— hizo una pausa— Que conveniente que hayamos encontrado precisamente esta cabaña llena de polvo pero con calefacción y hasta comida en el refrigerador. ¿Cómo es que aún así no hay nadie aquí?

—¡Yo que pitos voy a saber, Salomé!— Joder, ¿Por qué tenía que ser tan astuta? — A lo mejor salieron y la tormenta los agarró en el camino desprevenidos. Realmente no me interesa. Deberías estar agradecida conmigo de que nos guié hasta acá y no hasta donde tú querías. Sino quién sabe a dónde íbamos a parar. Por lo menos conseguimos un lugar para pasar la noche...

—¡¿Pasar la noche?!— exclamó horrorizada— No pienso pasar la noche aquí, estás desquiciado.

Bufé.

No había dejado de ser esa mujer tan terca de siempre. Hasta creo que se puso peor.

Vale, acepto que todo esto de la lancha dañada y la supuesta cabaña abandonada no fueron más que un plan montado por Gregor y por mí para poder pasar el fin de semana con Salomé. Pero esto de la tormenta si fue algo no planeado, que a decir verdad me había caído como anillo al dedo y estaba más que agradecido con el de arriba por echarme una manita en eso.

En la cabaña no había señal, nunca la había, según Gregor.
Me contó que él y su hermano solían escaparse aquí de vez en cuando después de reuniones familiares para poder alejarse de la tortura de estar con sus familiares y sus tías chismosas.
Era una cabaña bastante vieja y lucía algo descuidada. Sin embargo poseía cierto aire romántico y además era más que suficiente como para pasar dos noches sólo los dos.
No, no pretendía llegar a más a allá con Salomé. Sólo quería compartir tiempo con ella y hacer que sus sentimientos por mi salieran a flote. Pero por lo visto sería más difícil de lo que pensé.

El lugar era pequeño y no constaba más que de una habitación, un baño bastante cutre, una cocinilla y una sala con una pequeña chimenea.

—Este lugar da un poco de miedo— susurró después de más de diez minutos de silencio observando la pared—No quiero pasar la noche aquí. ¿Crees que nos están buscando?

NIKLAS II (As long as you love me) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora