Salomé Méndez :
La idea de tener que ver a Nik todos los días, no me agradaba del todo.
Era como tener al diablo todo el día a tu lado y no sabía si tendría la fuerza suficiente para resistir la tentación; ni siquiera sabía si quería tenerla.
La clase de ayer fue un total desastre.
Concentrarse teniendo a Nik al frente, era peor que tener que enfrentarse a un nido de locas abejas. Definitivamente misión imposible.
¿Lo peor de todo?
Nik lo sabía, él sabía a la perfección que todas estaba locas por él y se aprovechaba de eso para darme celos. Aunque obviamente yo no sentía ni pizca de aquello. ¿Verdad?~•~
Me encontraba en el salón de clases esperando por mi fastidioso profesor para empezar las clases "privadas", cuándo mi móvil comenzó a sonar.—Hola Nate—contesté al leer a pantalla.
—¡Amor! ¿Cómo estás? ¿Interrumpo algo? Ahora tienes libre ¿no?
—Eh...sí, sí. Aunque no tengo mucho tiempo, justo ahora iba entrando a la biblioteca, pero me he devuelto para contestarte.
¿Qué?
No iba a decirle a mi novio, que estaba apunto de tener clases con mi ex-novio, su cuasi-archienemigo, que a propósito había jurado volver a enamorarme.—oh, bebé, lamento interrumpirte. ¿Todo está bien?
—Sí, claro. ¿Tú qué tal vas? ¿A qué se debe tu llamada?
—¿No puedo llamar a mi novia para saber cómo está?—preguntó.
—Sí, bueno...claro que sí, es sólo que normalmente llamas un poco más tarde. ¿No deberías estar en tus prácticas ahora?
—Ah, bueno sí, amor; es por eso que te llamo. Es que se me ha complicado un poco esta semana. Ya sabes cómo es el jefe, y cómo nos tratan a los practicantes, así que me ha dado una tarea y no me dio opción para negarme.
—¿De que se trata?—pregunté con interés.
—Amor, no podré ir a Frankfurt en toda la semana...de hecho,no podré ir a Frankfurt hasta el próximo miércoles.
—Oh...—Fue lo único que alcancé a decir.
—¿Recuerdas los Meetings que hará la empresa en Amsterdam la semana que viene?
—Sí, claro. ¿Esa en la que llevarían a un practicante y escogieron a tú compañero Vollenberg?
— Exacto, esa misma. Bien, Vollenberg se ha enfermado y me toca a mí reemplazarlo. Sabes que es una oportunidad grandiosa para mí, no pude negarme. Por favor, no estés molesta conmigo.
—¿Estás bromeando? ¡Nate, eso es estupendo! ¿Cómo se te ocurre que me molestaría por eso? ¡Qué va! Si eso me alegra mucho.
—Gracias, gracias, gracias, mi amor. Prometo escribirte y llamarte todos los días. ¿Okay?
ESTÁS LEYENDO
NIKLAS II (As long as you love me)
RomanceLibro #2 ¿Será cierto aquél refrán de que "El tiempo lo cura todo"? Cuándo crees que tus heridas del pasado han cicatrizado, el destino te demuestra que las llagas de tu corazón siguen abiertas... Cuándo crees haber tomado la decisión correcta, el...