Acto 5

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— Señorita ya le dije que no puede entrar.

— ¡Y yo ya te dije que soy amiga de Lena! — grito Andrea a uno de los nuevos guardias de la mansión.

Tenía más de media hora tratando de entrar para hablar con Lena.

Después de que se despidieran en el parque, no había podido localizarla. No contestaba su celular, no respondía sus correos. Había llamado a su casa, pero no la habían comunicado y ahora no la dejaban entrar. Algo estaba mal y Andrea lo sabía, en primera porque la boda seguía en pie y además por alguna razón el número de guardias en la mansión Luthor había incrementado notablemente.

Aquello parecía una prisión. Y eso era lo que más preocupaba a Andrea. Que en verdad lo fuera.

— Si no se marcha me obligara a...

— ¡¿A qué?!— volvió a retar al guardia. Esté no respondió.

Andrea ya estaba enfadada, así que trato de correr para entrar, pero sus intentos fueron en vano. El gorila, la sujeto por un brazo y entre forcejeos, aventó a Andrea de vuelta a la calle. Eso enfureció mucho más a la chica, que de inmediato se puso de pie y se lanzó de nuevo contra el guardia.

— ¡Suéltala! — grito Nia que iba llegando en su auto. El guardia soltó a Andrea, pero ella trato de volver a golpearlo — ¡Cálmate, Andrea! — le grito Nia poniéndose entre ella y el guardia.

— ¡Ese animal no me deja entrar!

— Ya le dije que tiene prohibido el paso— se defendió el sujeto acomodándose el traje.

— ¡Bruto de mierda! — grito Andrea sacándole la lengua.

— Basta, Andrea. Ven conmigo — Nia la tomo de la mano y la llevo hacía su coche.

— ¡¿Qué demonios está pasando?!— pregunto Andrea negándose a entrar en el vehículo — ¿Dónde está Lena?

— Escucha— Nia miro en dirección a los guardias antes de responder y bajo la voz — Papá la encerró en su habitación. Va a obligarla a casarse mañana.

— ¡¿Qué?! — Andrea salto de inmediato — ¡Tenemos que...!

— Tranquilízate.

— ¡Qué me tranquilice! ¡¿Cómo me voy a tranquilizar?!

— Escúchame— le pidió Nia sujetándola de los hombros. Andrea tenía que levantar un poco la cara para poder ver la ya que la hermana de Lena era muy alta — ¿Quieres ayudar a Lena o no?

— ¡Claro que quiero ayudarla! ¡Eso es lo que he estado...!

— Entonces ve a buscar a esa chica.

— ¿Co-cómo? — Andrea no se esperaba eso.

— Dile lo que está pasando, dile que tiene que venir por Lena. Solo ella puede ayudarla.

°°°

Alex se encontraba en la florería, no de muy buen humor tenía que admitir. Había pasado una terrible noche. Casi no había dormido, y su habitación olía a vómito y alcohol. Además, tenía que hacer todo el trabajo ella sola ya que Kara se encontraba inconsciente en su recamara. Suspiro cansada, mientras arreglaba un ramo de flores cuando escucho la campanilla de la puerta sonar.

Un cliente, y uno algo extraño pero adorable, apareció en el umbral de la puerta. Era una hermosa joven con una mirada amenazante.

— Buenas tardes — saludo Alex poniendo su mejor sonrisa — ¿Puedo ayudarle en al...?

— ¡Tienes que dejar a Kara! — le exigió la joven plantándose frente a ella.

Aquello sorprendió mucho a Alex, que no supo que contestar.

— ¿Cómo dices?

— ¡Que te alejes de Kara!

Alex creía haber visto antes a aquella chica, pero no estaba segura. Había un recuerdo en su mente tratando de aclararse. No fue hasta que miro con más detalle su ceño fruncido que la reconoció.

— ¡Eres la amiga de Lena! — grito Alex dándose una idea de por qué estaba allí.

— Kara no te ama. Ella ama a Lena.

Alex sonrió dejando de lado lo que estaba haciendo para centrar toda su atención en la joven frente a ella.

— Eso ya lo sé.

Fue obvio que la chica no esperaba esa afirmación.

— ¿Y aun sabiéndolo estas con ella?

Alex sonrió aún más.

— Creo que estas malinterpretando las cosas— le explico — Yo no estoy con Kara de esa forma. Ella es mi hermana.

— ¡¿Hermana?!— volvió a gritar la joven.

— Sí. Bueno, mi hermana adoptiva. Una historia para otro día...

— ¿Eso significa...?

— ¿Qué Lena es la única dueña del corazón de Kara? Sí.

Andrea y Alex intercambiaron sonrisas, pero de pronto Andrea bajo la mirada y sus mejillas se sonrojaron.

— Perdonadme.

— No te preocupes. No pasa nada— le dijo Alex quitándole importancia — Mejor dime ¿Por qué no fue Lena quien vino a exigirme que me alejara de Kara?

— ¡Cierto! ¡Lena! — Andrea levanto la cara de inmediato al recordar porque había ido en primer lugar.

Alex noto su preocupación de inmediato.

— ¡Necesito hablar con Kara! ¿Sabes dónde está?

— Lo sé — acepto Alex — Pero primero, dime qué está pasando ¿Por qué no vino Lena?

— No puede...

— No te diré donde esta Kara hasta asegurarme de que Lena no le causara más daño.

Andrea negó con un movimiento de cabeza.

— ¡No hay tiempo! ¡Necesito hablar con Kara! ¡Ella tiene que saber...!

— ¿Qué?

Andrea gruño, pero finalmente termino cediendo.

— ¡Van a obligar a Lena a casarse! ¡Su padre la tiene encerrada e incomunicada...!

— Espera, espera ¿Cómo que la van a obligar? ¿Ella no quiere casarse?

— ¡Claro que no! ¡Lena iba a cancelar la boda! ¡Por eso vinimos ayer! ¡Para decírselo a Kara!

— ¿Entonces si la quiere?

— ¡La ama! ¡Si no está con ella se muere!

Cuando Alex escucho a Andrea, se llenó de felicidad y comenzó a gritar y saltar por toda la florería llena de emoción. Era tanta su euforia, que al final abrazo a la pequeña chica que acababa de conocer.

— ¡Eso es maravilloso! — grito la morena apretando un poco más a Andrea.

— Lo sé. Pero hay que hablar con Kara.

— ¡Claro! — dijo Alex recobrando un poco la calma — Ven— tomo la mano de Andrea y la llevo a la parte trasera de la tienda.

El departamento de Alex estaba sobre la florería y era allí donde estaba Kara. No le dio tiempo a Andrea de poder hacer ninguna pregunta cuando ya estaba dentro de la casa.

— ¡Kara! — grito la morena entrando a su habitación, pero la encontró vacía.

Se dirigió al baño, quizá Kara estaba allí, pero también lo encontró vacío. Entonces fue a la recamara en donde Kara se estaba quedando, pero el resultado fue el mismo. Kara no estaba en la casa. Andrea no se había movido de la sala cuando Alex volvió a aparecer

— No está— le dijo a la bajita — Espera. Voy a llamarla— tomo su celular y marco el número de Kara, pero no contesto — No responde.

— ¿Tienes idea de a donde pudo ir? — pregunto Andrea.

Alex lo pensó por un momento.

— ¡Sí! — respondió con una sonrisa — ¡Vamos!

¿Cómo se llamó la obra?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora