Vi que Zack y Haylee estaban sentados unas mesas mas abajo de donde yo estaba y miraban a su alrededor, me imaginaba que me estarían buscando a mi, ¿si no a quien mas? Mi cabeza se estaba debatiendo entre llamarlos o no hacerlo. Por un lado quería que se sentaran conmigo y Kithdany para las personas no hablaran ni inventaran chismes y por otro no porque sabia no soportaban a Kithdany. No quería que ellos pasaran un mal rato al lado de el si no les caia bien. Nunca supe porque exactamente lo odiaban o que, ellos nunca me han querido contar y pienso que debe de haber pasado algo muy serio como para que nunca me lo dijeran siendo yo su mejor amiga.
— ¿En que piensas? — dijo Kithdany sacandome de mis pensamientos.
— En que cuando llegaras de buscar nuestra comida en narnia te patearia el trasero. — le dije mientras agarraba mi bandeja para comenzar a comer. Tenia hambre, no había desayunado y eso contaba como falta de amor hacia misma. ¡Jamás me hacia eso! Me amaba. Y si, tengo el ego en las nubes.
Kithdany me miro con cara de horror mientras se sentaba enfrente de mi. Pensé que se sentaria a mi lado o algo parecido pero no. Tal vez era porque no me quería incomodar. Aunque a mi no me incomodaba nada, pero deje que se sentara donde el quisiera.
— No. — dijo horrorizado. — Ya no tengo imaginate como me las dejarias. — comenzamos a reír nos. — Deberías tener mas consideración. Yo si te quiero. — deje de reír porque no sabia si lo decía en forma de gracia, ya me lo había dicho dos veces en el día y yo no le había contestado ninguna. No sabia como contestarle.
— No tendré pena, seré cruel en ese momento. — fue lo único que se me pudo ocurrir antes de que sospechara de algo.
El almuerzo paso bastante rápido para ser exacta y no sabia que había perdido la noción del tiempo. No se que pasaría de ahora en adelante, ¿el seria asi conmigo todo el tiempo? ¿cambiaria? Todas las preguntas me venían a la mente y no sabia ni una sola respuesta. ¿Me quería? Era un de las mas que el resonaban en la cabeza una y otra y otra vez. Sabía perfectamente que no todo es color de rosa y que nada puede suceder de la noche a la mañana, pero también sabía que las cosas bonitas suceden cuando menos te las esperas. Mi día no estaba siendo tan malo... O eso pensaba yo. Había mejorado desde que había salido del baño, uno que otro imprevisto pero nada del otro mundo ¿verdad?
Kithdany y yo nos fuimos por caminos diferentes porque en esta hora no teníamos la misma clase y era un pena. Estaba caminando a la clase de Francés cuando recuerdo que no había hablado con Zack ni Haylee en todo el día. ¿Me habrían visto por ahí con Kithdany?
Es obvio idiota, se la han pasado caminando por todo el instituto. Hasta el chico mas nerd te a visto caminando hoy con Kithdany.
Mi subconciente me estaba jugando una mala pasada. Sabía que esto no les caeria bien, ¿quien se hubiera imaginado que de odiar a alguien terminen siendo amigos asi porque si? Estaba en grandes problemas. Es obvio que muchos dicen que no tienes porque ponerte entre la espada y la pared por una cosa tan pequeña como esa, pero yo los apreciaba. Me arme de valor para enfrentarlos a los dos si me decían algo en esa clase o simplemente hacer como si nada hubiera pasado si era asi que me trataban.
Entre en la clase de Francés y ahí estaban los dos hablando muy bajo, como si estuvieran contando se los secretos mas oscuros que tuvieran el uno al otro. No me habían visto aún pero no tardaron en hacerlo cuando la puerta se cerro fuertemente. Ellos se voltearon a verme pero en sus rostros no había rastro de odio o algo parecido, al contrario parecían aliviados. Les sonrei antes de acercarme hasta la mesa donde nos sentabamos los tres.
