La jugadora Tn

Capítulo 6

—Tagliaaaa, ¿¿Cuánto falta?? —Le grito a Taglia, quien estaba al frente de Otamendi y Ota estaba alfrente mío con su bici azul, mientras que Lautaro venía atrás.

—Faltaa..... Falta. —Me responde Otamendi porque Taglia no me escucho.

—Estoy muy cansada y me duelen las rodillas, tengo hambre y también tengo que ir al baño y ya venimos andando hace 15 minutos.

—Tn! No es nada 15 minutos! Deja de quejarte. —Me dice Otamendi.

—Pufaaaaaaa chee, ¡¿¿No podemos parar??! Me hago pissss. —Nadie me contesta.

—Porrr favorrrrrr.

—Agh. ¡Está bien! Ahora le digo a Nico. —Me dice Ota.

—Taglia, paremos, Tn está por morir. —Tagliafico frena derrepente, tan fuerte que casi él mismo sale volando de la bicicleta, porque al demente de Otamendi se le ocurre decir eso sabiendo que Taglia es un exagerado y dramático.

—¿¡Cómo que Tn está por morir?! ¿¡Que le paso?! —Dice Taglia gritando.

—Agh nada amigo, solo quiere parar y también se hace pis. —Le dice Otamendi con cara de desinterés, en cambio la cara de Taglia era como la cara de un papá rico que quiere consentir y cumplir todos los caprichos de su niña más pequeña. Y a mí me convenía eso así que, le seguí el juego.

—Tengo hambreeee, y tengo que ir al baño.

—Parece que tenés 5 años Tn. —Me dice Lautaro.

—Chito usted🤫, que estoy hablando con él.
—Lautaro se da media vuelta y se pone a hablar con Otamendi.

—¿Querés que te compre un tostado de jamón y queso en ese café o mejor un alfajor?

—Siii!!! Mejor un alfajor, sino parezco muy golosa comiendo un tostado en medio de la calle. —Taglia se va.

—Bueno comiendo un alfajor tampoco hace gran diferencia. —Dice Otamendi.

—Claro que si! Son cosas totalmente distintas señor Otamendi. Que usted no las sepa diferenciar es otra cosa.

—Bueno señora Tn. —Me responde Otamendi.

—Ey, yo soy señorita, acordate, señora tu esposa.

—Uff eso dolió un poco no? —Le dice Lautaro a Otamendi.

—Callate infiel. —Dice Otamendi.

—Que...? —Dice Lautaro y a la misma vez Tn también habla.

—¡¿Que?!

—Eehm ¿Qué? —Dice muy nervioso Otamendi, fingiendo no haber dicho nada.

—Mejor no digas más nada o te voy a callar d- —te voy a callar de una piña, le iba a decir Lautaro a Otamendi, pero no logró terminar la frase.

—¿Cómo que, Otamendi? —Digo yo.

—¿¿Queee?? —Me grita Ota.

—Agh olvídalo.

—Bueno. —Me dice él.

—No mejor no lo olvides, repetímelo. Ya mismo Nicolás Otamendi!

—¿¡Que?! ¡Pero si yo no dije nada!

—Si dijiste y yo escuché.

—Tn, Otamendi no dijo nada.

—Y vos no te hagas el sordo también eh.

—Bueno, si escuchaste, decime que dije.

—¡¡Volvii!! Woo, ¿Por qué esas caras? —Vuelve Taglia con el alfajor en la mano, haciendose que los demás se callen. Lo miro a Otamendi y con la mirada le digo que conmigo se encuentra en deuda. Él ya sabe que mirada es.