𝗣𝗥Ó𝗟𝗢𝗚𝗢🪨

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Las fuertes lluvias del cielo caían por los frondosos árboles de Pandora, mostrado con resplandor el color verde que adornaba cada esquina del lugar. Pero esta historia no es para hablar de la naturaleza de Pandora, si no de dos amores que iba a nacer en los corazones de ambos jóvenes na'vi.

Neteyam miraba con detalle al chico frente a él, observado detenidamente su postura con el arco, este se veía tenso, se acerco a él, acomodando su brazo hacia arriba con un golpe ligero. Empujo con algo de fuerza el vientre del contrario más adentro. Soltó un bufido molesto al ver la poca concentración que Metkayina poseía.

Fuerte, desde aquí. - exclamó posando sus manos en su vientre y soltando un suspiro. El contrario hizo lo mismo, apuntado de nuevo donde debía caer la flecha, suspiro, contrayendo más su vientre hacía a dentro.

Y solto la flecha, no fue tan lejos, cayendo a unos centímetros del blanco, puesto en uno de los árboles. Ao'nung dejó escapar un bufido de molestia ante su falla. Neteyam lo miro en silencio, meditado un poco el asunto.

- Fue mejor. Mejor que tus otros veinticinco intentos fallidos. - comentó, el contrario lo miro en silencio. Soltando una risa por ello, pero de calló cuando observó el semblante del más bajo.

- Srane. Irayo...[Sí. Gracias...] - agradeció con una sonrisa, el contrario lo miro unos segundos, miro hacía atrás, debido a que sentía una mirada penetrante en su cabeza. Notando como su hermano menor, Lo'ak, quien miraba con desagradó al chico de tes aguamarina.

- Sigue, tu lección aún no termina... - Ao'nung asistió, tomando otra flecha para apuntar nuevamente el blanco frente a él. Miro por unos segundo al contrario, quien miraba al frente, soltó la flecha con fuerza, cayendo en el círculo en el árbol.

- Lo hice. - sonrió, Neteyam lo miro aún en silencio, notando la imperceptible felicidad del más alto. Desde que llegaron notó lo poco expresivo que era este, aunque soltó era así con los de su alrededor, era muy diferente con su hermana menor.

- Hay niños de nueve u ocho años que lo han logrado a primera o a la segunda... - informó, yéndose de ahí, dejando atrás al Metkayina, quien froto su cabello con una sonrisa y corrió tras él, caminando a su lado.

- Soy nuevo en esto, pero te agradezco ser paciente conmigo. - agradeció con sinceridad, Neteyam lo miro por unos segundos, soltando una risita baja, siendo escuchada por el más alto. Ante eso, Neteyam dejó se reír, mostrando de nuevo aquella inexpresiva carita.

- Estuve apunto de golpearte la primera vez que fallaste..., pero supuse que debía ser más paciente por tu completa inutilidad ante esto... - musitó, Ao'nung rascó su cuello con incomodidad y nerviosismo. Pero le daba gracia la actitud del más bajo.

- Sólo dame tiempo, prometo ser más rápido para esto. Se me es difícil acostumbrarme a esto. - expreso, Neteyam vio a lo lejos a su hermano, quien tenía su arco a la mano. Miro a Ao'nung.

- Ve con tu madre, de seguro te necesita o algo. No hay practica por hoy, adiós... - se despidió corriendo donde su hermano, menor quien le entregó su arco y salieron en busca de sus ikran.

- Como ordené el maestro. - susurró mirando por donde se fue el Omaticaya, quien se alejaba cada vez más. Sonrió yendo al Kelutral, donde se encontraban los demás integrantes de su familia como también los demás na'vi Omaticaya de la zona.

No lo diría en voz altas, pero admiraba al Omaticaya, siendo un digno hijo de Toruk Makto. Sabía que tardaría en enamorar a dicho chico, sabiendo en la forma que creció, pero debía ingeniar un plan donde él entrometido de Lo'ak no meta sus narices donde nadie lo llama.

Sus sentimientos eran sinceros, pero aun así tardaría en enamorar a este bello guerrero, Eywa, fantaseaba con poder ser la pareja y compañero del Omaticaya.

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𝗔𝗠𝗢𝗥 𝗛𝗢𝗦𝗧𝗜𝗟 - [Ao'nung & Neteyam]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora