𝗠𝗔' 𝗧𝗫𝗘'𝗟𝗔𝗡

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Ya todos yacían dentro del Kelutral, todos al tanto de la información del primogénito de los Sully, algo que tenía sumamente molesto al Olo'eyktan de los Omaticaya, parecía un Thanator rabioso yendo de un lado a otro mirando un punto en especifico...

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Ya todos yacían dentro del Kelutral, todos al tanto de la información del primogénito de los Sully, algo que tenía sumamente molesto al Olo'eyktan de los Omaticaya, parecía un Thanator rabioso yendo de un lado a otro mirando un punto en especifico, o eso querían creer, pero nadie comentaba nada al respecto, sabían que él fue "Toruk Makto", quien envió a los demonios del "infierno", como les decía, eso eran, demonios del mismísimo infierno, porque si fueran del cielo no tendría el más mínimo sentido, no es como si ellos trajeran algo divino para su hogar.

"Malditos demonios..."

Las vigilancias habían incrementado a órden del Olo'eyktan, habían grupos de guerreros en turno para vigilar los perímetros de los terroristas que rodeaban el Kelutral y las caballas que algunos Omaticaya que vivían fuera del Kelutral, aunque eran pocas las chozas alrededor del árbol. No muy lejos del lugar estaba Neteyam practicando sus tiros con flecha, ya habían matando a esos demonios mucho antes de sus primeras diez primaveras, todo fue tan repentino que marcó su vida por completo, pero jamás se detuvo hay, desde este punto más de esos bastardos llegaron y con el deseo de proteger a sus hermanos y pueblo todas las veces que podían, habían aniquilado a varios de ellos. Pero aún así, debía seguir entrenado y no confiarse en sus habilidades en el combate y tiro al arco.

[ 𝗔 & 𝗡 𝗺𝗼𝗺𝗲𝗻𝘁 🍂 ]

Su lema era simple y sencillo;

"Nazco y muero por mis hermanos, su sangre es mi sangre, mi vida suya y también mi último latir..."

Habían blancos en los árboles, todas llenas con sus flechas por sus dianas, una flecha, otra, todas sacadas de su carcaj color azulejo, con piel de Yerik, sus ojos cerrados, su latir suave y calmado como el viento recorrer su cuerpo, siendo uno con su entorno, pero hay algo más, unas pisadas fuertes, pero livianas, yendo a su dirección con cautela.

Un suspiro.

Uno...

Dos suspiros.

Dos...

Tres suspiros.

Tres...

La flecha se soltó, abriero los ojos con molestia por ser interrumpido, pero se encontró con una imagen algo graciosa como a la vez preocupante, era ese pescado inmóvil al lado de un árbol que tenía su flecha incrustada casi traspasando aquel débil árbol, bajo su arco con lentitud y frustración por eso, odiaba ser molestado en sus entrenamientos para ser un mejor guerrero.

- ¿Eres un Skxawng o que? - siseo con molestia, acercándose al metkayina o más bien al árbol para sacar la flecha del árbol y pedir disculpas a la gran madre. Se acercó al metkayina con molestia gravado en sus ojos -. Mis flechas están llenas de una neurotoxina que parara tu corazón en un maldito minuto, ni siquiera yo tendría tiempo de salvarte... - gruñó empujándolo con su arco, ignorando el quejido del metkayina.

𝗔𝗠𝗢𝗥 𝗛𝗢𝗦𝗧𝗜𝗟 - [Ao'nung & Neteyam]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora