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Chris era considerado como una persona de gran corazón. Ayudaba cuando podía y era uno de los pueblerinos más bondadoso.

Solía vivir en su pequeña granja, siendo muy joven y solitario, su vida era buena.

Claro que lo era.

Muchos lo conocían por ser un joven que a temprana edad perdió a sus padres y quedó completamente solo. Ayudaba en la granja de algunos vecinos para conseguir dinero o trabajaba cortando césped.

Todos lo veían como un chico de vida miserable, alguien que fue víctima de horribles hechos como ser abandonado por sus padres y quedar en esos estados.

Según decían los pueblerinos, Christopher Bang había perdido a sus padres a los tres años. No tenía más familiares cerca y nadie se atrevía a ayudarlo.

Odiaba que los demás sintieran lástima por el, por lo que trato de seguir adelante por si mismo, siendo un niño autónomo y responsable.

O al menos eso decían los demás.

Muchos guardan secretos, ¿quien no lo haría?

En un mundo así, todo es posible, ¿no?

A veces nadie es capaz de pensar que hasta la persona más pura y sincera guarda secretos.

Que una persona como Christopher Bang lo hiciera.

Pero lo hacía, claramente lo hacía.

Lo que nadie sabía era que toda su vida era una mentira. Una mentira oscura, desagradable y perturbadora.

Jamás fue abandonado por sus padres.

Jamás vivió solo en toda su vida.

Jamás su vida fue tal y como pensaban los demás.

La verdad es que el era hijo de uno de los narcotraficantes mafiosos más buscado por todo país, el cual le heredó su trabajo, dejándolo en problemas y teniendo que huir. Llegó hasta ese pequeño campo y mintió a todos sobre su identidad.

Decía que desde pequeño vivía en un pueblo cercano a ese, y al conseguir dinero suficiente, se fue allí.

Obviamente todos creyeron en su palabra, al verse tan solo y sincero.

Logro comprar una pequeña casa lejos del pueblo, en mitad del campo, la cual tenía tres habitaciones, un baño, cocina y living comedor.

Al pasar el tiempo, construyó con un poco ayuda, una granja cerca de su casa, donde dejaría a sus animales.

A sus animales.

O eso volvian a creer todos.

Sus palabras traían mentira, pero como todos son cegados por la amabilidad que demostraba el joven, no pensarían nunca sobre sus verdaderas intenciones.

No tenía animales. Odiaba a los animales. Era solo una tonta excusa para tener un corral donde guardaría a sus víctimas.

Donde guardaría cada una de sus mentiras y secretos.

Pasaron años y años hasta que por fin, logro su misión. Estaba orgulloso de no ser descubierto, empezando a atraer a turistas hasta su casa para divertirlos y finalmente, asesinarlos sin piedad.

Su padre solo esperaba que no fuera encontrado por los policías al igual que el, pero no sabía que su hijo fue totalmente cegado por todo, hasta el punto de volverse extrañamente diferente.

Caníbal, si podía decirse.

Se convirtió en un monstruo. Un horrible monstruo.

Siempre esperaba a ser el orgullo de sus padres, obedecía a sus órdenes y esperaba a ser como ellos, monstruos disfrazados de personas.

—De grande quiero ser como mami y papi—decia de pequeño, era demasiado inocente para saber de sus palabras.

Al principio, la sangre lo hacía sentir náuseas, no sabía el verdadero significado de lo que hacía.

Oh dios, si tan solo no hubiera seguido los pasos de su padre.

Si hubiera pensado bien la propuesta de su padre sobre el trabajo que tendría.

¿Que pasaría si su vida fuera diferente a la que ya tenía?

"Que pasaría si"

Todos pensamos alguna vez en esa frase. Pensamos en vida llena de ilusiones y en un futuro o vida donde todo cambiaría.



𝖠𝖭𝖨𝖬𝖠𝖫𝖲 -𝐬𝐤𝐳 𝐯𝐞𝐫𝐬𝐢𝐨𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora