Lionel estaba de regreso en casa junto con su familia, la cena había estado deliciosa y se habían divertido juntos, pero ya era momento de irse a descansar. En sus brazos descansaba el menor de sus hijos: Ciro, su cabeza está recostada en su hombro ya que se había quedado profundamente dormido en el auto.
—Hijos, cepillen sus dientes y pónganse la pijama en lo que yo voy y dejo a su hermano en la cama —esto lo dijo en voz muy baja, casi susurrando para evitar despertar al menor.
Se dirigió a la habitación que compartían los niños y dejó al pequeño recostado en una de las tres camas individuales que ahí habían. Le dio un beso de buenas noches y salió de ahí directo al sofá que estaba en la sala y se recostó el él.
Al terminar de cepillarse sus hijos fueron a darle las buenas noches a su papá y se dirigieron a su habitación en donde los esperaba su mamá para desearles las buenas noches. Cuando Antonela salió de ahí se dirigió hacia donde él estaba y se quedó parada frente a él.
— ¿Vendrás a dormir Leo? Ya es un poco tarde —le dijo ella.
—En un rato iré, antes quiero hacer unas cosas —contestó— Buenas noches cielo.
—Buenas noches cariño —luego de decir esto ella se dirigió a su habitación y cerró la puerta al entrar.
Lionel sacó su celular y entre los mensajes que le habían enviado había uno que le resultó muy curioso.
<Hola Lionel, quizá no quieras hablarme o no quieras verme, pero solo quería decirte que me voy en dos días de regreso a México y no quiero que quedemos así, quiero arreglar todo y que seamos de nuevo amigos. En realidad fue idea de Lozano pero me pareció que tenía razón. ¿Qué dices? Espero tu respuesta.>
—¿Cómo que arreglar las cosas? —se preguntó Lionel, en lo que a él parecía todo había quedado claro y no volverían a tocar el tema, aunque cierta curiosidad le invadió su mente al dejar aquella habitación. Quizá quería despedirse de él aunque ninguna parte del mensaje decía algo por el estilo, ¿Idea de Lozano? ¿Hirving sabía algo sobre lo que pasó? Sabía que Hirving y Guillermo eran muy amigos, pero ¿Se había atrevido a contarle a pesar de que habían quedado en no decir nada? De ser así debía confiar mucho en él como para arriesgarse a decirle.
Lionel ni estaba seguro en sí darle una respuesta a Guillermo o no, es que no sabía cómo reaccionaría al verlo después de lo que pasó, iba a tener que pensar en que haría, sea como sea Guillermo se iba en dos días por lo que consultaría con su almohada y mañana tendría la respuesta. —Una gran manera de decidir —pensó Lionel.
¬¦¬¦¬¦¬¦¬¦¬¦¬¦¬¦¬¦¬¦¬¦¬¦¬¦¬¦¬¦¬
A la siguiente mañana, Guillermo se levantó de su cama muy temprano para comenzar a empacar, se iría mañana por la tarde pero quería aprovechar el resto del día que le quedaba y la mañana del siguiente para conocer mejor ese país.
No había llevado demasiado, porque su rutina diaria en aquel país, siempre era entrenar y volver a casa, pocas veces había salido con sus compañeros a conocer el lugar, así que en la mayor parte de esos días usaba su uniforme para entrenar y su uniforme para los partidos.
Una vez terminó de empacar se dirigió a la cama de Lozano y lo movió para que este despertará, ya era hora de ir a desayunar al comedor del hotel.
—Despierta Lozano, debemos desayunar rápido si queremos tener el tiempo de ir a todos los lugares que tenemos planeados —siguió moviendo a su amigo hasta que este comenzó a despertar.

ESTÁS LEYENDO
Paramour
FanfictionGuillermo Ochoa, guardameta de la selección mexicana, queda embobado con los encantos del jugador argentino Lionel Messi. Para muchos, el amor de Ochoa es imposible debido a que Lionel no solamente esta casado, si no que también es padre. Ochoa dec...