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Capitulo 14: Después del rito de Chüd.

Derry

Every breath you take de The Police sonaba en la radio de Gretta Bowie mientras que junto a Sadie Lunniap y Gretta Keene jugaban con el maquillaje caro de la madre de Bowie.
—¿Escucharon que dicen por ahí que la zorra de Beverly Marsh esta en una relación con John Conroy? — Dijo Gretta Keene. Sadie y Gretta Bowie se miraron con cara de asco y rieron.
—¡Por favor, Gretta!, Marsh no tiene ninguna oportunidad con John Conroy, ¿porqué John Conroy siendo el niño con más dinero en todo el pueblo se fijaría en Beverly Marsh, quien quizas es la niña más pobre de Derry? —Dijo Sadie dejando el labial sobre la mesa y con un arduo enojo que recorría su estomago, podria ser que Sadie Lunniap estaba celosa, pero admitir que estaba celosa de Beverly Marsh no era opción, ella era una chica de Broadway Oeste Street, donde las casas eran palacios victorianos, donde los padres enviaban a sus hijos a estudiar a escuelas privadas cuando terminaban la secundaria a Nueva York o Boston, donde en cada Dos casas habia un Porsche o un Cadillac del año, ¿porque ella sentía aquella sensación por Beverly Marsh?, si los rumores eran ciertos, quedaria como idiota ante sus amigas, la misma noche en que John Conroy vio por primera vez a Pennywise, ella le juro a sus amigas que aquel verano, John Conroy seria para ella y ella de él, pero en todo el verano no lo vío, sabía que tenia nuevos amigos pues en Derry todo terminaba por divulgarse, pero al parecer nunca busco en los lugares correctos o con las personas correctas y ahora si lo rumores eran veridicos, tendría que pasar vergúenza con sus amigas.
—Pues yo que tú, me asegurabá de que fuera así, si yo estuviera en tu lugar, no me gustaria que una Zorra tomará mi lugar. —Dijo Bowie sin prestarle mucha atención.
—Te lo aseguro, Gretta. Beverly Marsh no sera más que una basura más de Derry. —Contestó Sadie Lunniap mientras apretaba los puños por la ira que sentía.
En la Mansión sobre la Colina, Bev Marsh veía todo Derry a través de un Ventanal en la Biblioteca del lugar. John no estaba en la mansión en ese momento, los hermanos Conroy habían regresado a Nueva York con sus abuelos y la Sra. Conroy era quien estaba con Bev en la casa, ambas estaban en la Biblioteca, Lynda habia accedido a dejarla quedarse en la Mansión el tiempo que fuese necesario para que las autoridades encontraran a la Tía de Bev en Portland, no sin antes Regañar a John por la hora en que habia llegado a Casa y sobre todo como había llegado: sucio, lleno de pequeñas cortadas y con un olor a Cloaca. Bev se había instalado en la habitación de Huespedes, pero cerca de las 3:00 A.M. se despertó por un insomnio que también le dio a John y Bev fue a buscarlo, Bev toco la puerta de roble levemente y espero en la oscuridad de la Casa, segundos después la puerta se abrió, un resplandor frio provenía de la habitación de John, este aún con el cabello humedo por el reciente baño que habia tomado la invitó a pasar, la habitación fria envolvía una oscuridad especial que hacia que ambos involuntariamente se permanecieran juntos.
—¿Tampoco puedes dormir? —Preguntó John sentandose en la cama, Bev le imitó, ella sacudio la cabeza en negación y mantuvo su vista en la (apenas visible) silueta de John. —¿Quieres domir aquí?, yo puedo dormir en el suelo. —Sugirió John, pero rapidamente la pelirroja volvió a negarse.
—Por favor no...no quiero dormir sola, no después de todo lo que pasó. —Dijo Bev casi en un susurro. La brisa entro por la ventana abierta, hondeando las cortinas. Bev puso su mano en la mejilla de John, el toque de la Pelirroja puso nervioso a John. Ya no eran pareja como tal, pero parecía tan dificil despegarse el uno del otro, en ese momento se necesitaban y ya no importaba las molestias, las peleas, los malentendidos, ahora solo estaban ellos dos necesitados de un amor inocente que cada vez estaba desapareciando más y más, desaparecia lentamente, dejando una huella del amor inocente que alguna vez se tuvieron, pero ahora todo era diferente, ambos ya no podían darse el mismo amor que antes, ahora solo podian ofrecerse un nuevo tipo de amor, más maduro, más profundo y más durardero. Sus cuerpos se acercaron en el borde de la cama, sus rostros se acercaron lentamente, pero sin tambaleó, se besaron tiernamente, Bev puso sus manos en las mejillas del chico y este posó sus manos en la espalda de la Pelirroja, el frio dejo de sentirse y aúnque las hormonas se dispararon, ninguno de los dos estaba listo. Se separaron y John se recosto en la cama, tomando la mano de Bev para que lo siguiera y así fue, se unieron en un abrazo y como si la compañia fuese una canción de cuna para un bebé, ambos quedaron completamente dormidos, Bev abrazaba el torso de John y este la rodeaba con su brazo izquierdo.