Capítulo I

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Entré a la sala de interrogación y coloqué mi mejor cara de póker, en mi trabajo cualquier atisbo de duda era fatal, trabajaba con lo peor de la sociedad y ellos tenían un radar para descubrir el botón a presionar para quebrarte y por el bien de la comunidad y de las personas a las que les debía protección, no podía caer en ello.

Con suavidad me senté frente a mi interlocutor, viendo como sus manos estaban fijadas a la mesa debido a las esposas –Buenas noches Jack, ¿estás listo para hablar?, dije abriendo mi chaqueta y simulando comodidad.

-No hablaré una mierda, dijo con un tono de autosuficiencia y frialdad, que lograba crispar mis nervios –No caeré en tu trampa.

Con cuidado abrí la carpeta que llevaba en mis manos y saqué con lentitud cada una de las fotos, dónde había diversas chicas asesinadas, acercándolas a sus manos –No hay trampa aquí, la verdad es que tú te aprovechaste de cada una de estas pobres chicas, ultrajaste su dignidad y mutilaste sus cuerpos, dije viendo como su mirada recorría las imágenes - ¿Disfrutaste romper a Laila al punto de convertirla en esto?

Su silencio me instó a seguir hablando, presionando y buscando una reacción del hombre - ¿Cuán grande fue el sufrimiento de Emi mientras la violabas?, dije viendo como mordía su labio y tragaba con dificultad –No te cortes y comparte conmigo tus hazañas, debo admitir que hace tiempo no veía una escena así.

- ¿Enserio?, dijo en un tono de voz bajo y calmado, muy distinto al que debiera tener un hombre acusado de seis homicidios.

-No te miento, dije sabiendo que estaba consiguiendo que el hombre hablara –De hecho, tu manejo con los nudos es impresionante, yo con diez años de boy scout no podría haberlo hecho mejor.

-Mi padre me los enseñó cuando era un niño, dijo moviéndose en la silla y tomando una de las fotos, la de la chica más joven del grupo –Fue lo primero que me enseñó cuando fuimos a pescar.

-Pues aprendiste muy bien, estas chicas no tenían posibilidades de escaparse luego de eso, dije viendo como el asentía y pasaba su lengua por el labio inferior, haciendo que mi estómago se apretara por el asco, sin lugar a dudas esto era lo peor de mi trabajo, pero era un pequeño sacrificio que debía hacer, para darle justicia a las víctimas y seguridad a la sociedad – ¿Cuánto movimiento y pelea aguantaron estos nudos?

-No mucho, ellas eran muy frágiles y no soportaron mi fuerza, salvo ella, dijo acercándome la foto de Nala, la chica de 17 años que había desaparecido hace seis meses –Ella fue implacable, mientras la penetraba y rasgaba su cuerpo, se defendía con fuerza, incluso logró hacerme rasguños y ligeros cortes.

- ¿Una muchacha valiente?, dije viendo como asentía y acariciaba la foto.

-Pero mis años de trabajar en construcción pudieron más, soy mucho más fuerte que ella y terminé quebrando su frágil y delgado cuello, sonó como una varita seca, dijo sonriendo con suficiencia, signo claro de placer y soberbia –Su cuerpo era tierno, suave y caliente, al menos hasta antes de que la vida la abandonara, sin embargo, luego de ello, siguió siendo exquisito.

- ¿Pensabas hacer lo mismo con Dana?, dije tragando el nudo que tenía en la garganta y sintiéndome asqueado – ¿Ibas a hacer estos mismos nudos en ella?, al ser la más delgada de todas, podía escapar.

-Nadie puede escapar de dónde hago mi arte, dijo volviendo a lamer sus labios con lascivia –Debe estar ansiosa por verme de nuevo.

-Debes haber ocasionado una gran impresión en la pequeña, dije sintiendo mi corazón saltar en el pecho, él estaba hablando de ella en presente, lo que me hacía suponer que estaba viva aun –Es la más distinta a todas, ¿Por qué la escogiste?

El favor de un psicópataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora