Capítulo X

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Unas suaves caricias hicieron acurrucarme más al calor que desprendía el dueño de esas suaves y delicadas manos que tanto me gustaban, cuando una suave risita resonó cerca de mi oído abrí los ojos y vi a mi moreno con su cabello revuelto, sus labios sonrientes, sus enormes ojos brillantes y divertidos.

-Es hora de comer, dijo delineando mi labio y riendo cuando mordí la punta de su dedo con suavidad –Sí que estábamos cansados, son las 2 de la tarde.

Asombrado miré el reloj y descubrí que no mentía, habíamos dormido más de 15 horas, pero gracias a eso me sentía renovado y completamente feliz, claramente el tener a mi moreno seguro y bien a mi lado, era lo que necesitaba para realmente volver a descansar.

-Los chicos van a ir a la ciudad en 20 minutos, así que debemos encargarnos de Gal, dijo sentándose con dificultad, cosa que lo ayudé a terminar de lograr, acomodando su almohada y ropa de cama –Te ves muy bien, esas horas de sueño te sentaron de maravilla.

-No fue el sueño, dije acurrucándome sobre su pecho y disfrutando del aroma de su piel, mezcla del jabón de ayer y de las horas de sueño vividas –Si no que el saber que estás bien, eso me permitió descansar realmente.

-Muchas gracias Mew, dijo acariciando mil cabello y metiendo sus dedos en mi cuero cabelludo, logrando que el sueño volviera a invadirme –Por todo lo que has hecho desde que nos volvimos a reencontrar, ha sido mucho más de lo que esperaba o merecía.

-Tú te mereces el mundo Gulf, siempre ha sido y será así, dije metiendo mi nariz en su cuello y disfrutando de las cosquillas que provoqué en su piel, su aroma era una droga que me sumía en un oasis de tranquilidad y paz -Nunca he dejado de pensarlo, ni siquiera cuando no me veías.

- ¿De qué hablas?, dijo sin dejar de acariciarme, de seguro Gulf en su vida pasado había sido un encantador de serpientes o de fieras salvajes.

-Siempre he estado pendiente de ti, ha sido maravilloso ver tus logros y triunfos, dije sintiendo mis palabras cada vez más lentas y poco claras, definitivamente me volvería a dormir –Eres muy cómodo Bii.

No sé cuánto tiempo dormité, pero la bruma onírica me abandonó, cuando sentí un suave movimiento a mi lado, con lentitud y resignación abrí los ojos y fue lo mejor que pude hacer, ya que, pude ser testigo de un hermoso Gulf cargando a una pequeña y feliz Gal, que con sus pequeñas manitas afirmaba la mamila que el moreno le daba con cuidado y devoción - ¿Ya estamos a cargo de esta pequeña princesa?, dije acariciando su piecito que se movía con rapidez.

-Seguro querías decir, que estoy a cargo, por qué tu dormías como un oso en hibernación hace unos segundos, dijo sin dejar de mirar a la pequeña con cariño y amor, siempre había adorado la capacidad de encariñarse de Gulf.

-Son solo detalles, dije estirándome y disfrutando de sentir mis músculos relajados - ¿Comiste algo?

-Siendo honesto, yo también estaba durmiendo hace algunos minutos, sólo desperté cuando me trajeron a esta señorita, dijo acomodándola mejor sobre su pecho mientras besaba su frente –Así que no he comido nada.

-Iré a preparar algo, dije colocándome de pie y saliendo sin que me importara andar solo en bóxers por la casa, al llegar a la cocina miré mi teléfono que estaba en silencio y vi varios mensajes de Tul, sin dudarlo le devolví la llamada.

- ¿Cómo estás Mew?, te he estado llamando, dijo sin saludar si quiera, siempre era un ansioso - ¿Cuándo vuelves?

-Estaba dormido, disculpa por no contestar a tiempo, dije poniendo a funcionar la cafetera y disfrutando del aroma instantáneo que invadió la cocina –Iré a la oficina el viernes.

El favor de un psicópataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora