Capítulo XXI

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Llevábamos 4 meses en casa de los padres de Mew y no podía sentirme más amado, mimado y dichoso de tenerlos a mi lado, ellos habían sido un bálsamo maravilloso en nuestras vidas, además que habían permitido que mi castaño tuviera la confianza para volver a hacer lo que amaba, recuperando otro aspecto de su vida que el idiota de su amigo le había quitado.

-Hola Gulf, ¿Cómo estás hoy para la terapia?, dijo First con una enorme sonrisa y sus implementos, con cuidado me acerqué a los pies de la cama y apoyado en mis muletas me levanté, si bien podía mantenerme en pie solo, aún era doloroso hacerlo por mucho tiempo y las muletas eran mis compañeras perfectas para aliviar esa molestia –Hoy trabajáramos con las pelotas azules.

Odiaba esas pelotas azules, ya que, me hacían estirar la espalda y era bastante doloroso, pero sabía que era necesario, así que asentí y a paso lento llegué a la zona que mis suegros habían habilitado para mis terapias, con ayuda de First me senté sobre las alfombras de goma y me preparé para la hora y media de tortura.

-Tus músculos están fortaleciéndose de maravilla, dijo ayudándome a mantener el equilibrio sobre la pelota, que se movía como los mil demonios, haciendo que me costara el doble mantenerme sobre ella –Lo estás haciendo genial, aguanta unos segundos más y cambiaremos la pose.

Haciendo lo que me decía, seguí con los brazos estirados tratando de sostenerme encima con la fuerza de mi estómago y espalda baja, haciendo que el sudor corriera por mi piel y se metiera en mis ojos, logrando que maldijera en voz baja –Muy bien, descansemos cinco minutos, dijo el hombre ayudando a que me levantara y pudiera sentarme en el piso, cuando me entregó una botella de agua le agradecí y bebí un gran sorbo –El próximo ejercicio lo haremos de espaldas en la pelota y no te preocupes que no te dejare caer.

Sabiendo que me generaba mucha ansiedad ese ejercicio en particular asentí, si Mew estuviera aquí sería mucho más sencillo, ya que, sabía que él no me soltaría jamás, pero realmente dudaba de la fuerza de First - ¿Estás seguro de que no debemos esperar a Mew?, dije viendo cómo se acababan los cinco minutos y se preparaba para seguir torturándome –Debe estar por llegar.

-Puedo hacer mi trabajo Gulf, dijo estirándome la mano para que me pusiera de rodillas, cosa que hice con lentitud, cuando afirmó la pelota para que me recostara sobre ella, me volví a llenar de temor, así que abrí las rodillas para equilibrarme y me afirmé con fuerza del cuello del joven, que se acomodó mejor entre mis piernas para darme soporte y confianza –Eso es, lo estás haciendo fabuloso.

Viendo que podía mantenerme en equilibrio, aflojé un poco la fuerza de mis manos para no lastimar el cuello de First y me relajé, sintiendo que los músculos de la espalda se estiraban –Muy bien Gulf, ahora iré soltando la pelota, así que necesito que no pierdas el equilibrio, dijo separando sus manos de la pelota y haciendo que mi cuerpo comenzara rápidamente a temblar, por la pérdida del soporte que era que mantuviera la pelota fija –Te ves muy bien concentrado y esforzándote.

-Claro por qué no eres tú el que trata de mantenerse sobre esta trampa mortal, dije aguantando el aire para mantener la postura sin caerme, lo cual era muy difícil –Me duele First.

-Lo sé, pero aguanta un poco más gatito, dijo con ese apodo tierno que me había puesto cuando recién comenzó a asistirme y se enteró que amaba a los gatos –Vamos a acabar pronto, lo estás haciendo genial.

De pronto el gritito emocionado de mi hijo, hizo que me desconcentrara y perdiera el equilibrio, haciendo que First tuviera que pasar sus brazos por mi trasero para que no cayera de bruces al suelo y que yo lo apretará con fuerza contra mí al sentir que me caería, cuando giré el rostro y vi la mirada enojada de mi pareja que sostenía a nuestro hijo mordí mi labio –Lo siento First, perdí el equilibrio, dije separándome de él y viendo como con suavidad me dejaba en el suelo, asegurándose de que no me golpeara con nada y dando por terminada nuestra sesión.

El favor de un psicópataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora