Capítulo XIV

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Desde la muerte de Jack habían pasado 15 días y todo estaba raro, Gulf estaba sumido en su trabajo y prácticamente ni nos veíamos, pero lo que más me preocupaba era ver lo ido y poco presente que se veía, era como si su mente estuviera a 1000 km de distancia, sus ausencias me tenían con la piel erizada y el corazón preocupado, pero habíamos tenido tanta mierda en el trabajo, que ni siquiera había tenido la posibilidad de sentarlo para que me dijera que era lo que pasaba.

Como ya era recurrente cuando llegaba a casa esta estaba vacía, ya no había aroma a comida ni luces prendidas y era malditamente deprimente, rápidamente saqué mi teléfono y le marqué, al segundo tono escuché la voz de mi pareja - ¿Dónde estás bebé?, dije sentándome en el sillón y estirando las piernas, hoy había sido un día duro y solo quería recostarme sobre el cuerpo de mi pelinegro y descansar- ¿Sigues en el trabajo?

-Hola amor, sigo en la oficina, dijo con su voz cansada, claramente se estaba esforzando mucho, por descubrir que era lo que había pasado con la muerte de Jack –No me esperes despierto, no creo que vuelva pronto.

-Es tarde amor, ¿quieres que te vaya a hacer compañía?, dije tomando las llaves y preparándome para salir, aun no me gustaba que mi Gulf estuviera tanto tiempo solo, Jack había muerto pero su otro atacante seguía libre –Puedo llevar comida y café.

-No es necesario amor, debes estar cansado, date una ducha y acuéstate, dijo mientras movía unas cosas que hacían mucho ruido –Te dejé comida en el refrigerador, no te acuestes con el estómago vacío.

-Te extraño Gulf, dije soltando lo que tenía atragantado y que me traía tan preocupado - ¿Estamos bien?

-Claro que si amor, sabes que las cosas han sido difíciles por todo lo que ha pasado, ambos estamos con mucho trabajo, pero eso no nos afecta a nosotros, dijo haciendo que sonriera al escucharlo decir que estábamos bien, hasta este momento no me había dado cuenta de lo necesitado que estaba de que mi moreno me dijera aquello –Prometo que cuando termine la investigación, me tomaré unos días y seré todo tuyo.

-Oh amor, eres mío hace mucho, dije sonriendo cuando lo escuché suspirar del otro lado, de seguro se mordía su labio de forma coqueta –Extraño dormir contigo.

-Pero si dormimos juntos todos los días, dijo con su tono divertido y juvenil que usaba cuando bromeaba conmigo –Me acurruco a tu lado todas las noches.

-Pero me quiero dar cuenta cuando lo hagas, dije haciendo un puchero mientras abría el refrigerador y sacaba la comida que mi pareja me había preparado, con una sonrisa la calenté y me senté a comer mientras seguía escuchando a mi Gulf trabajar –La comida está sabrosa amor, ¿ya comiste?

-No he tenido tiempo, pero ahora me estoy preparando un café, dijo haciendo que arrugara el entrecejo, no me gustaba que mi moreno no se alimentara bien, menos cuando trabajaba tanto –Linda me pidió comida china, así que debe estar por llegar.

-Mañana cenaré contigo, aunque sea en tu oficina, dije sacando una cerveza y dándole un gran sorbo –Puedo quedarme en la línea mientras trabajas.

-Eres un mimado, dijo en un tono suave y ligero, me colgó y a los segundos me hizo una video-llamada, cuando lo vi me sentí completamente satisfecho - ¿Estás contento ahora?

-Tienes el cabello más largo que de costumbre, dije viendo lo guapo que se veía, siempre había amado su sedoso cabello y ahora se veía mucho mejor con sus hebras más largas –Te ves muy caliente.

-Iré a la peluquería apenas tenga un tiempo, dijo mientras comía cerdo agridulce de su pote de comida - ¿Te gusta cómo me veo?

-Mucho, dije viendo como sonreía al escucharme –Te ves muy sexy, ¿podrías dejarte el cabello así?

El favor de un psicópataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora