El favor de un psicópata

Capítulo XVI

Llegué a casa y rompí el feo florero que me había regalado mi madre como inauguración de mi departamento, estaba frustrado, lleno de rabia y tristeza, sabía que había sido injusto con Gulf, pero verlo coquetear con ese idiota había sacado lo peor de mí, siempre había sido celoso y posesivo, pero me había esforzado mucho en superarlo, no obstante, el solo hecho de perder nuevamente a Gulf, me llenaba de miedo y temor, cuando me lancé a la cama, comencé a rememorar la discusión con mi pareja y me maldije por haber soltado todo lo que dije, si bien al comienzo, Gulf no estaba molesto, cuando lo comparé con una prostituta se había enfurecido y lo entendía completamente, él siempre había sido un hombre íntegro y leal y yo lo había ofendido de la peor manera posible.

Me di una ducha y fui al cuarto a esperar a Gulf, necesitaba conversar con él con calma y tratar de arreglar las cosas, que entendiera que no había sido agradable para mí, ver como ese hombre le coqueteaba y como se le insinuaba, sin que Gulf marcara una línea clara entre ellos, de hecho, el saber que habían dormido juntos, era como aplicar ají a una herida abierta, supurante y dolorosa.

Sin embargo, mi moreno no volvió esa noche y eso solo me llenó de angustia, Gulf había vendido su casa cuando se mudó conmigo y no tenía donde ir, con mi teléfono en mano abrí nuestro chat y vi la foto de nosotros sonriente después de haber hecho el amor - ¿Dónde estás amor?, dije acariciando su foto y sintiendo ganas de llorar - ¿Si te llamo me contestaras?

Con rapidez abrí mi chat y le escribí a mi hermana, si mi moreno estaba con ellos al menos dormiría tranquilo, pero mi hermana no me contestó, lo cual era obvio si me daba cuenta que eran casi las dos de la mañana, así que con el celular en las manos me quedé dormido.

Cuando sonó mi alarma los ojos me pesaban un montón y la desesperanza me golpeó con fuerza, ya que, mi moreno no había vuelto en toda la noche, con el cuerpo entumecido me metí a la ducha y 15 minutos después me vestía para comenzar mi rutina, si me iba ahora podría pasar a comprar algo para llevar a dónde mi Gulf, esperaba que estás horas separados sirvieran para que pudiéramos conversar con calma mientras almorzabamos juntos.

Cuando estaba terminando de comprar dos cafés lattes y una caja de donuts, mi teléfono me hizo tomar todo lo que la mesera puso en una caja con una mano y contestar con la otra - ¿Qué pasa Kao?, dije viendo que mi colega me llamaba.

-Necesito que vengas a mi casa, tengo a alguien que me está siguiendo y creo que puede ser alguien de la banda de narcos que estamos investigando, dijo con suavidad, casi como si alguien pudiera escucharlo –No quise pedir refuerzos, ya que, es bueno que lo mantengamos bajo perfil, pero salí a hacer unas compras y volví para ver si efectivamente me están siguiendo y no hay dudas.

-Ten cuidado, llego en 10, dije maldiciendo mi suerte, pero no podía abandonar a un compañero, menos cuando una banda tan peligrosa le pisaba los talones, cuando estaba a dos cuadras de la casa de mi colega, me bajé de mi auto y tomé mi arma, al llegar a metros del auto que lo acechaba, me di cuenta que era el amigote de Gulf, con rabia abrí la puerta y lo saqué en andas - ¿Qué mierda estás haciendo acechando a un detective?

-Hey amigo no te pases, dijo apretando mis manos y tratando de soltarse de mi agarre, cosa que no permití - ¿Podrías soltarme?

-No hasta que me digas que mierda haces?, dije apretando un poco más, en el fondo sabía que el hecho de que el acechador fuera Bright, me hacía ser mucho menos razonable.

- ¿Hey Gulf que está pasando?, dijo el hombre ignorándome olímpicamente, cuando no entendí a quien le hablaba, mi amigo Kao llegó a mi lado –Kana no juegues conmigo, ¿Qué está pasando?

De pronto se quitó un audífono después de soltar un gemido de dolor –Mierda, alguien rompió el intercomunicador, dijo volviendo a la realidad y soltándose de mi agarre con un efectivo movimiento –Suéltame necesito salir de aquí.