Esa noche no regresé a casa, dormí en el suelo junto a Sunoo, repartiendo calor para los dos cuando el frío acechaba por la madrugada. Por la mañana regresé a casa, recuerdo haber recibido una reprimenda de parte de Jongseong aquella mañana:
- ¿A dónde has ido todas estás noches? - me pregunto.
- No sé a lo que te refieres - le conteste.
- Sabes que no puedes mentirme - me dijo.
Vivir tantos años con mi hermano mayor me habían hecho vulnerable a su dura mirada, no podía hacer nada ante ello. Suspiré y lo miré fijamente.
- Encontré a la mujer de la leyenda - le dije - más bien, al hombre - me rectifique.
- ¿No es una mujer? - pregunto incrédulo. Negué con la cabeza - Sunghoon, sabes que es un pecado tener esa interacción con un hombre - me dijo.
- No tengo nada con él - aclaré - hablo con él, lo escuchó, lo ayudo... Su padre es el tal Kim, Jongseong. Ese hombre abandonó a su hijo y lo obligó a buscar comida con las pocas prendas que tenía que, eran de su madre fallecida. Él no quería burlarse de nadie, simplemente sobrevivía - le dije.
- ¿Cuántos años tiene? - me pregunto.
- 17 - le conteste.
- Sí tanto quieres ayudarlo, tráelo - me dijo - se necesita de más ayuda con todos esos borrachos - agregó.
- Gracias, Jongseong - le agradecí.
Al pasar el día, no dude en ir con Sunoo, tan feliz de poder ayudarlo en algo. Entré a la habitación sin siquiera preguntar, simplemente entré y lo llamé.
- ¡Sunoo!
- Aquí estoy - dijo con molestia - no es necesario gritar.
Sonreí al verlo parado al frente de la ventana.
- Lo lamento pero vengo con buenas noticias - le dije.
- Habla - me ordenó.
- Hablé con mi hermano, Jongseong. Hay un puesto disponible en la cantina sí quisieras tenerlo - le dije.
- Eso... - se había quedado sin palabras - ¿Por qué haces esto? - me pregunto incrédulo.
- Dije que quería ayudarte dentro de mis posibilidades y eso hago - le conteste.
Sunoo miró por la ventana, analizando. Esperaba con ansias escuchar una respuesta afirmativa, quería que pudiera seguir su vida sin su despreciable padre.
- ¿Qué es lo que tengo que hacer? - me pregunto.
Sonreí. Eso era un sí. Me acerqué a él y tomé su mano con delicadeza.
- Debes llevar bebidas a los clientes y recibir el dinero por la bebida. Es sencillo - le explique.
No me había dado cuenta de cuando comencé a hacer ligeros movimientos en su mano, acariciándola, dándole la atención que debía tener. Eso le gustaba, su pequeño sonrojo me lo demostró.
- Hay un problema... No tengo nada de ropa, nada parecido a lo que tú usas - me dijo.
- No debes preocuparte por eso, yo me encargo de darte la ropa necesaria - le dije - ten - le entregué su cena - ten una buena cena y linda noche, Sun. Vendré por ti por la mañana - le avise.
Sunoo asintió con la cabeza, antes de retirarme, él me abrazó, sorprendiéndome. Él intentó alcanzarme por lo que me agaché unos cuantos centímetros para dejarlo hacer lo que quisiera hacer.
- Gracias - me susurró al oído.
- No debes agradecer nada, Sun - le dije.
Acepté el abrazó, apegándolo con fuerza hacía mi cuerpo. Ambos nos separamos del abrazo y nos despedimos.
Por la mañana, me levanté con tanta energía que no podía creerlo. Tome varias prendas que aún resguardaba de mis años anteriores, tratando de calcular la talla de mi pequeño ángel. Era pequeño, debería quedarle la ropa, de otra forma... Podría ahorrar y pedir algún traje al igual que un calzado.
Cómo le indiqué a Sunoo, fui por él.
- Necesitas darte un baño, Sun. Ponte esto - le dije - nadie reconocerá tú ropa con está manta.
- Hace frío - se quejó.
- Lo sé, pero es necesario mantener aunque sea unas cuantas semanas el buen olor - le dije - igual, también me toca darme un baño - sonreí.
- Voy a morir de hipotermia - dijo.
- Entonces, vamos a morir de hipotermia pero limpios - le dije y tomé su mano - vamos.
Los dos salimos de ese lugar, mirando que nadie nos viera. Era importante que nadie nos viera en esos momentos, mucho menos con las ropas de Sunoo. La mayoría estaba por despertar por lo que nos dimos prisa hacía el mar, una zona exclusiva para los baños, esperando que nadie estuviera ahí.
- Bien - dije cuando no vi a nadie - ven, quítate la ropa y déjala aquí - le indiqué.
Él asintió con la cabeza y comenzó a quitarse la ropa. Mire al mar, no quería incomodar. Cuando vi que dejó caer la primera prenda, comencé a desvestirme. Cuando estuve sin ninguna prenda, lo miré, tan inofensivo.
- Ven - tomé su mano y lo mire a los ojos, respetando su privacidad - primero mete un pie, después otro y poco a poco mete el resto de tú cuerpo - le dije pero él parecía que tenía miedo - los dos a la vez.
Primero metí un pie y después otro, dando el ejemplo. Tomé la otra mano de Sunoo y lo ayudé a entrar, poco a poco, hasta que el agua estuvo a la altura de la cadera.
- Poco a poco te vas a sumergir, así - le indiqué.
Deje de tomar sus manos y poco a poco me sumergí en las aguas, mojando por completo mi cabeza. Al poco tiempo subí, salpicando un poco a Sunoo. Tome de nuevo sus manos, me imitó y al poco tiempo lo ayudé a subir.
- Está helada - dijo.
- Hay que darnos prisa, para que no tengas más frío - le dije, dedicándole una sonrisa.
Poco después comenzó el verdadero baño, tallando nuestro cuerpo hasta que...
- ¡Hey! - exclame.
Le regrese el chorro de agua, salpicando. Él regresó el favor y así consecutivamente. Era una batalla de agua.
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[ENHYPEN] Woman body
FanfictionSunghoon había escuchado hablar de una mujer con un cuerpo incomparable, tan fenomenal y sexy. Se decía que era tan esplendorosa, que nadie conocía ni siquiera su nombre; nadie hablaba con ella, nadie se acercaba a ella. Era una leyenda entre las ca...