No es que tuviera algo personal contra los futbolistas, pero mi abuelo ha entrenado a tantos equipos que llegué a notar que existen muchas categorías de jugadores: aquellos que están completamente enfocados en su carrera, otros que están recién aprendiendo a lidiar con todo lo que implica ser futbolista, algunos que juegan al fútbol simplemente porque son buenos en ello, pero no es su verdadera pasión, y luego están los que se aprovechan de su fama para hacer lo que les plazca.
Mi mayor temor es toparme con estos últimos, así que prefiero mantenerme alejada de todos ellos. Por lo tanto, en cuanto conocí al par del Barcelona, supe que lo mejor era mantenerme distante.
La noche ya estaba acabando y ya sólo quedamos unos cuantos dentro de la casa, fue ahí que me percaté de que el castaño estaba solo en la orilla de la piscina así que me acerqué hablarle.
—Hola — susurré en un intento de no asustarlo, aunque fue en vano.
—Joder — se llevó una mano al pecho de manera exagerada —, casi me da un infarto.
—Qué exagerado — bromeé —, solo quería acercarme para hablar de algo.
—¿De qué se trata? — me miró frunciendo el ceño.
—Quería disculparme por lo que te dije, me equivoqué al pensar que eras el hijo de Fede — le di unas palmaditas en el hombro —. Eres un gran jugador, aunque te recomiendo controlar tus emociones. Un día de estos te mostrarán una tarjeta roja.
—Lo sé — sonrió avergonzado —. Y gracias por las disculpas.
—¿En paz? — levanté mi vaso para brindar con él.
—En paz — chocó su vaso contra el mío.
—Es reconfortante saber que no nos estabas evitando — el pelinegro se unió a la conversación.
—¿Evitando? Claro que no — mentí.
—Haré que me crea — me guiñó un ojo —. No sabía que conocías a Robert.
—Oh, sí, su hija toma clases de gimnasia. Fue ahí donde nos conocimos.
—El mundo es un pañuelo — comentó Gavi.
Estuvimos charlando un buen rato los tres hasta que finalmente llegó Jaz para pedirme que nos fuéramos, ya que estaba cansada.
PEDRI
Cuando la vi marcharse una parte de mi quería pedirle que se quedara, sin embargo, decidí ignorar ese pensamiento.
No tenía tiempo ni energía para una relación.
Aunque la curiosidad fue más grande así que al llegar a casa me dediqué a hacer una pequeña investigación sobre quién era la castaña. Era interesante que cuando se acercaba a la gente, todos parecían conocer algo de ella ya sea por parte de su abuelo o por su carrera de gimnasta, pero no sé si era su forma de hablar o su lenguaje corporal que me decía que tenía mucho más que contar y que la gente solo sabía lo que ella quería que supieran.
Su Instagram esto era bastante similar al mío hoy con la diferencia de que en lugar de fútbol era gimnasia rítmica, tenia solo par de fotos personales. Es impresionante que con solo leer comentarios se puede saber tanta información.
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