padres

12.9K 632 90
                                    

ALESSANDRA


—Cazzo (Maldita sea) —grité con frustración mientras lanzaba la pelota hacia las gradas.

—Oye, ¿qué hablamos sobre los insultos? —me regañó Carmen, mi entrenadora, señalando a las niñas del nivel inferior que estaban en la otra mitad del gimnasio.

—Lo siento, es solo que... agh —solté un grito al aire—. El campeonato nacional está a una semana y aún no logro hacer que la pelota caiga donde debe.

—La pelota caerá donde quieras que lo haga cuando empieces a calcular mejor el tiempo y la distancia. Ahora la estás lanzando sin pensar, casi como en el fútbol.

—Tratare de no sentirme ofendido con ese comentario – dijo una voz masculina

Busque para ver de quien se trataba

Pedri, quien estaba en las gradas recogiendo el balón que había lanzado antes

—¿Qué estás haciendo aquí? —pregunté con seriedad mientras caminaba hacia él.

—Alessa —dijo Carmen—, no deberías ser tan dura con tu novio.

Maldita sea, se me había olvidado ese pequeño detalle.

—No hay problema, así la quiero – sonrió falsamente el pelinegro – un gusto, soy Pedri González – estiro su mano para presentarse ante Carmen

—Carmen, la entrenadora de Ale.

Ambos se estrecharon la mano mientras yo observaba los pies de Pedri, que estaban a tan solo un centímetro de tocar el suelo. Me resultaba incómodo ver sus zapatos sucios tan cerca del suelo limpio. Aparentemente, mi incomodidad era evidente, ya que el pelinegro se alejó unos centímetros, lo que hizo que soltara el aliento que había estado reteniendo.

—¿Crees que podemos hablar? O puedo esperar a que termines —dijo Pedri.

—No te preocupes, estábamos a punto de tomar un descanso —Carmen me guiñó un ojo antes de dirigirse a ver a las niñas.

—¿De qué quieres hablar? —pregunté.

—¿Podemos sentarnos? —señaló las gradas.

—Mmm —miré hacia donde estaban mis zapatos, que estaban bastante lejos—. Podemos sentarnos aquí —señalé el suelo.

—Mm ¿segura? – pregunto dudoso

—Si no te da vergüenza sacarte los zapatos, puedes pasar

—Bien

Se quitó ambos zapatos y pisó el suelo con precaución, cada paso era lento y cauteloso, como si temiera ensuciarlo o romperlo.

Fue bastante adorable


Llegamos a una esquina donde tenía mi botella de agua y nos sentamos en el suelo, cruzando las piernas, como lo hacíamos de niños.

—Entonces, ¿sobre qué quieres hablar? —pregunté nuevamente, sintiendo una creciente curiosidad por saber por qué estaba aquí.

—La verdad es que ... - se quedó unos segundos en silencio - queríainvitarteaunacenaconmispadres – lo último lo dijo rápidamente

Si no fuera porque teníamos prohibido mojar el piso, posiblemente hubiera escupido toda el agua

—¿Escuché bien? ¿Padres? Eso no estaba en el acuerdo —susurré la última parte para asegurarnos de que nadie nos oyera.

—Entiendo, pero desde que mi madre se enteró de que tenía una novia, no ha parado de insistir en conocerte. No puedo decirle que esto es solo una actuación, porque no lo comprenderá y mucho menos lo aceptará.

Temporary fix | Pedri |  CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora