—Cuando acabe esta farsa de relación, ¿puedo invitarla a una cita? —fruncí el ceño y me giré para mirar a Fer, quien empezó a reírse en cuanto vio mi expresión—. Tendrías que haber visto tu cara —se rió a carcajadas, lo que hizo que todas las personas en el paddock nos miraran con desaprobación.
—¡Ya están aquí! —escuchamos la voz de Alessa.
La italiana iba saliendo de los boxes de Mclaren ¿Qué estaba haciendo ahí?
—Hola —la saludé con un gesto de la mano mientras se acercaba a nosotros.
No la había visto desde aquel día en su casa. Solo habíamos intercambiado respuestas en las historias de Instagram. Intentar mantenerme alejado de ella para que mis sentimientos no se mezclaran, obviamente, no había funcionado, porque ahora que la tenía frente a mí, mi corazón volvía a latir como si acabara de jugar un partido.
—Todo es increíble, gracias por invitarnos —dijo Fer.
—No hay de qué, de hecho, fue Carlos quien insistió en conocerte, Pedri.
—¡Hermano, Carlos Sainz quiere conocerte! —exclamó Fer emocionado—. Si yo fuera tú, ya estaría sudando tinta de los nervios.
—Bueno, tienes hasta el final de la carrera para sudar de nervios —respondió Alessa con un guiño de ojo.
Alessa nos condujo hasta el box de Ferrari. Los coches ya estaban en posición de salida, así que solo había ingenieros con cascos puestos.
—Bueno, ¿qué os parece si vemos la carrera desde arriba o aquí abajo? —nos dijo Alessa.
—¿Qué nos aconsejas? —preguntó Fer.
—Abajo puedes vivir la experiencia completa, mientras que arriba es más soso con toda la gente hablando y esas cosas.
Tenía la sensación de que Alessa prefería que no fuéramos arriba. Quizás su padre estaba allí, aunque lo dudaba, teniendo en cuenta que el Madrid jugaba en unas horas.
Antes del comienzo de la carrera, Alessa nos hizo un pequeño tour por el box de las demás escuderías y por la pista. Aprovechamos para conocer a otros pilotos, pero noté que nos evitó ir al box de McLaren. No quise preguntar por qué no pasamos a verlo si era tan amiga de Lando. Tal vez era mejor no saberlo.
1 vuelta
10 vueltas
15 vueltas
Y yo solo tenía ojos para Alessa, quien miraba concentrada la pantalla que estaba frente a nosotros. Debía de admitirlo había extrañado tenerla cerca, fue ingenuo pensar que evitando verla los sentimientos que estaban floreciendo por ella dejarían de hacerlo, ciertamente termino afectando mi estado de ánimo el no verla estos días.
Pero debia dejar morir cualquier sentimiento que fuera más allá de una simple amistad, ninguno de las dos tenía tiempo ni intenciones de querer estar en una relación verdadera. Esta "relación" funcionaba porque era falsa, no había amor, ni tiempo que pasar juntos, ni reclamos, ni celos.
Nada que lo hiciera una relación de verdad.
Historia Pedri
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