end I

11.8K 576 238
                                    


Un año después

2024

Sali tambaleándome de la fiesta, la música estaba a tope así que inclusive en el jardín se lograba escuchar. La noche estaba bastante fresca así que mis mejillas en seguida se tornaron en un suave color rosa. Habíamos llegado a la fiesta de cumpleaños de Jazmín hace 4 horas aproximadamente y ya no podía más con el dolor de pies. Comencé a inspeccionar rápidamente el jardín buscando a mi novio.

Me apoyé en la pared de ladrillos con la mano izquierda, mientras que con la derecha intentaba desabrochar uno de los broches de mis tacones, los cuales había decidido usar. Después de algunos improperios, suspiré de frustración al no poder completar mi tarea. Volví a buscar con la mirada a alguien que pudiera ayudarme y, finalmente, me abrí paso entre la multitud que también ocupaba el jardín, tropezando ligeramente con mis zapatos.

—Gavi – grité cuando lo vi

—¿Dónde está Pedri? —me preguntó el castaño, riéndose.

—¡Eso es justamente lo que iba a preguntarte! —respondí con un poco de molestia.

¿Cómo era posible que dos personas que prácticamente estaban unidas como gemelos en todo momento no tuvieran idea de dónde se encontraba el otro? Sobre todo en este momento, cuando más necesitaba encontrar al pelinegro.

—No importa —resoplé antes de darme la vuelta para regresar al interior de la casa donde estaban las demás personas. —¿Dónde demonios se habrá metido? —murmuré para mí misma al no tener suerte.

—¿A dónde vas? —escuché una voz a lo lejos y me giré para mirar al chico que había estado buscando.

—¡Pedri! —casi me arrojé a sus brazos en cuanto lo tuve cerca.

—Te he estado buscando por toda la casa —estaba tan cómoda en sus brazos que apenas presté atención a sus palabras.

Sin darme cuenta, nos dirigíamos hacia la puerta principal.

—¿A dónde vamos? —pregunté molesta al notar que nos alejábamos de la fiesta. El pelinegro ignoró mi pregunta y me condujo hacia los escalones de la entrada, donde me hizo sentar.

Vi cómo se arrodillaba ante mí, levanto uno de mis pies y lo apoyo en su regazo donde deshizo el cierre, repitió la acción con mi otro pie

—Bueno, ahora mis pies están descalzos y fríos, genio —me quejé. No sabía si era el efecto del alcohol o si simplemente ya no podía soportar más el dolor en los pies, pero todo me irritaba.

Pedri nuevamente me ignoro y solo me dio una sonrisa, se quitó sus zapatos y lo mire con una ceja alzada sin entender lo que estaba haciendo, pero cuando coloco sus zapatillas en el pavimento y me ayudo a colocar mis pies adoloridos dentro de ellos una sonrisa entallo en mi rostro

—¡Mucho mejor! —exclamé.

Pedri se levantó y extendió su mano para que la tomara, pero solo fruncí el ceño.

—¿Qué sucede ahora? 

—Estoy cansada —hice un puchero y un bostezo se escapó de mis labios.

Pedri me miró con seriedad por un momento antes de soltar una pequeña risa. Era evidente que además de darme sus zapatos, tendría que cargarme en brazos porque no tenía intención de caminar más.

Se acercó a mí y me levantó en el aire como si fuera una novia en su boda. A pesar de que solo llevaba calcetines y pisaba el suelo helado, me sonrió y me dio un pequeño beso en la mejilla. Caminamos en dirección al auto, lo supe por la música que se iba haciendo cada vez más tenue. Mis párpados ya no podían mantenerse abiertos, así que los cerré, aunque seguía escuchando lo que ocurría a mi alrededor.

Temporary fix | Pedri |  CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora