—No sabes cuánto te voy a extrañar — me abrazó Pedri.
—También yo, pero solo serán un par de días — escondí mi rostro en su cuello y añadí con ternura — Pasaremos el Año Nuevo juntos — le di un pequeño beso en la mejilla.
—Lo sé... ¿Por qué van a pasar la Navidad tan lejos? — hizo un puchero.
—A mi abuelo siempre le ha gustado celebrar la Navidad en los Alpes — me encogí de hombros — además, es el único momento en que se reúne toda la familia Ancelotti.
—¿Irá tu papá?
—Sí — hice una mueca — Aunque el abuelo me contó que ha comenzado a ir a terapia, así que tal vez eso ayude a nuestra tóxica relación.
—De verdad espero que mejore la relación entre ustedes, a pesar de todo se nota que te quiere — me depositó un pequeño beso en la frente.
—Lo sé — suspiré mientras miraba hacia el jet donde mi padre se subía — Será mejor que me despida o me van a dejar aquí.
—No me parece mala idea — dijo divertido mientras me abrazaba y me daba vueltas en el aire — Así podrías quedarte conmigo — susurró sobre mis labios al mismo tiempo que volvía a poner mis pies sobre el suelo.
—O tú podrías haber aceptado venir — lo miré con una ceja alzada, a lo que él solo hizo una mueca.
—Alessa, ya nos vamos — la voz del abuelo se escuchó a mis espaldas.
—Te voy a extrañar — me dio un corto beso en los labios, ya que le incomodaba ser afectuoso frente a mi abuelo — Que tengan una hermosa Navidad — esa parte iba más dirigida al abuelo que a mí.
Pedri tenía miedo de que mi abuelo estuviera molesto por lo sucedió en el clásico sin embargo el italiano solo dijo "lo que pasa en la cancha, se queda en la cancha".
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