Yes Daddy [Minsung]

7.♡

Ambos chicos se observabaron por segundos con un brillo diferente en sus ojos hasta que el sonido del horno los interrumpió.

El mayor llevó a Jisung al gran comedor, sentandolo al lado de una de las sillas de la cabecera para regresar a la cocina.

—¿Gusta que le ayude? — preguntó el rubio desde su lugar

—no, eres mi invitado en un momento regreso.

A los minutos la comida fue servida junto con unas copas de vino, el ambiente era agradable pues anteriormente Lee había puesto música de jazz desde su living para alegrar el ambiente y sentirse como en un restaurante lujoso y caro.

La comida fue bien vista por el menor quien agrandó sus ojos cuando probó la pasta y vegetales.

—Joven Lee, esto está delicioso ¿usted preparó todo?

—así es —respondió dándole un sorbo a su copa de vino

—¿acaso usted es chef? Tiene unas cualidades magníficas para cocinar

—digamos que es mi pasatiempo favorito

—lo felicito, todo fue completamente delicioso

—bien, ahora sabes una cosa más de mí, la cocina es una de mis especialidades además del trabajo por supuesto. Dime Han ¿tienes algún pasatiempo?

—yo no creo que sea de su interés —habló avergonzado bajando la mirada

—vamos dime —alentó el mayor —te acabo de decir uno de mis secretos, además a nadie le he cocinado nunca, tu eres el primero en probar los platillos que preparo.

—bueno yo...—la respiracion de su jefe se escuchaba tranquila dandole el confort que necesitaba pues solo era observado por esos ojos castaños mientras el se volvía un manojo de nervios —me gusta cantar.

—Eso es increíble, no dudo de que tengas una hermosa voz para eso —sonrió de lado dándole otro trago a su copa —¿puedo escucharte cantar?

—la verdad no creo que-

—descuida, no te presionare con eso —levantó su copa para brindar con el menor y ambos chocaron los cristales para proceder a dar otro sorbo al vino.

—¿Y a qué se debe esto? —preguntó el menor

—estamos celebrando Jisung, ¿sabes algo? me gusta tu compañía y creo que no he sentido ésto desde hace mucho tiempo.

—El sentimiento es mutuo —rió bajo mientras veía como era casi comido con la mirada que su jefe estaba dando.

—Me gusta como te ves esta noche —recargo el codo derecho en la mesa apoyando su cabeza en la palma de su mano dando a entender que prestaba mayor atención al rubio

—me gusta su peinado —llevo más vino a sus labios bebiendo de una manera seductora

—me gusta tu cuello, quiero permanecer ahí —continuaba de la misma manera sonriendo ligeramente y observando como el menor bebía el líquido

—me gusta su perfume, me vuelve loco cuando está cerca de mí

—me gustan tus manos, son muy delicadas cuando me tocan

—me gustan sus piernas, son muy fuertes cuando estoy arriba de ellas

—me gusta tu cintura, tan diminuta que siento que podría destrozarte en cualquier momento

—me gustan las venas que le sobresalen cuando lo hace muy fuerte

—me gustan tus gemidos, son cantos angelicales para mis oídos