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Capítulo 24

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Leve Masturbación, Leve Uso de Consolador

Fiel a su palabra, el búho negro llamado César llegó con el correo de la mañana.  El pergamino de marfil con el sello de cera verde del escudo de la familia Slytherin hizo que Sirius guardara un silencio momentáneo.  Todo el mundo sabía que el Señor Tenebroso era el único miembro de la familia Slytherin que quedaba, así que no era de extrañar.

Tartamudeando al reconocer el escudo, Sirius fue incapaz de despegar la carta de la lechuza e intentó mentalmente encontrarle sentido al hecho de que el Señor Tenebroso le hubiera enviado una carta.  Estaba tan conmocionado que Remus tuvo que lanzar los encantamientos detectores habituales para comprobar si había numerosas pociones, venenos, maleficios y maldiciones.  La familia Black también contaba con una serie de oscuros mecanismos de protección que habrían detenido la carta si hubiese contenido algo realmente peligroso. 

Harrison quiso decir algo acerca de que sabía que la carta no estaba embrujada porque sabía de qué se trataba.  Pero se había sentido particularmente tímido y, como no conocía la formalidad que rodeaba la negociación del noviazgo, Harrison resolvió dejar que Sirius leyera la carta y decidir qué hacer a partir de ahí.   No había tenido ocasión de leer el libro sobre el noviazgo que había aparecido misteriosamente en su mesilla de noche para que lo encontrara al despertarse aquella mañana.  Harrison sospechaba de Kreacher.  El astuto duendecillo lo sabía todo. Se encogió de hombros y pensó "bueno", no era como si no le hubiera funcionado improvisar en el pasado.

Hermione miró a Harrison escrutadoramente cuando éste no reaccionó a la lechuza desconocida ni a la clara sorpresa de Sirius con respecto al sello de la carta, pero Harrison se negó a mirarla a los ojos.  Bueno, supuso que pronto lo sabría.  Lo más probable era que Sirius se pusiera a gritar independientemente del contenido de la carta, pensó con cariño. 

Y Hermione estaba en lo cierto.  Cuando Remus terminó de lanzar los encantamientos de detección y le indicó que la carta estaba limpia, Sirius la cogió para empezar a leerla.  Cuanto más leía, más se le iba el color de la cara y le empezaban a temblar las manos, agitando tanto el pergamino que aún sujetaba que era un milagro que aún pudiera leerlo.  Sus ojos grises, habitualmente brillantes, se achataron y se llenaron de miedo al leer la carta. 

"¿Remy?" Murmuró, con la carta aún temblando en su mano.

"¿Qué pasa, Sirius?" preguntó el hombre lobo.

"El Señor Tenebroso viene esta tarde", susurró.

"El hombre se levantó de un salto y arrebató la carta de la mano de Sirius, que ahora no se resistía.  Sus ojos ambarinos volaron por la página a velocidades que no deberían haber sido posibles.  Tragó saliva cuando llegó al final, comprendiendo las implicaciones tan bien como Sirius, y catalogando rápidamente sus opciones.  Estaba claro que el Señor Tenebroso sabía dónde se encontraban, había mencionado específicamente su ubicación, y había dirigido la carta a Lord y Lord Consorte Black y la había firmado como Lord Gaunt-Slytherin, así que estaba utilizando la etiqueta y las costumbres de los sangre pura para asegurarse de que no tendrían ningún recurso si intentaban esconderse de la reunión.  No se le ocurría nada que hacer para salvar a su hijo en todo menos en la sangre...

Los pensamientos de Remus y Sirius se detuvieron al fijarse en Harrison y en el rubor rosado que le cubría las mejillas.  No parecía sorprendido ni preocupado por la carta, a pesar de que el escudo de Slytherin era claramente visible en el sobre que Sirius había tirado apresuradamente a un lado en su prisa por leer la misiva.  Hermione, que estaba sentada a su lado, parecía sorprendida por el sobre, pero no por el rubor de Harrison.