Attitude Adjustmet ✔

Capítulo 7

De tanto estrés y excitación a lo largo de los años, Harrison se volvió un poco insomne. Tardaba mucho en conciliar el sueño y, cuando lo conseguía, la más mínima cosa podía despertarle.  Pero últimamente se quedaba dormido durante el día y no podía conciliar el sueño por la noche.  Madame Pomfrey no dejaba que los alumnos tomaran demasiadas pociones para dormir sin sueños, ya que eran muy adictivas, así que cuando a las tres de la madrugada no conseguía conciliar el sueño, Harrison cogió su capa de invisibilidad y se dirigió hacia el agujero del retrato.

Como sus habitaciones estaban en las mazmorras, debería haber sabido que se toparía con alguien en algún momento, pero no esperaba toparse literalmente con alguien. Harrison dobló una esquina perfectamente inocente, ¡y algo lo atacó! Cayó hacia atrás y sintió que todos los huesos de la espalda y los costados chocaban contra el frío suelo de piedra. Levantó los ojos y vio que tenía encima a un maestro de pociones muy enfadado. Harrison parpadeó mirando al furioso maestro de pociones, que maldecía en voz baja mientras intentaba ponerse en pie. El joven, desorientado, olvidó temporalmente que estaba bajo su capa de invisibilidad.

Intentó disculparse: "Señor, yo...".

El profesor cortó la voz bruscamente: "¿Quién está ahí? Le voy a quitar puntos y a castigar".

Harrison se quitó mansamente la capa de invisibilidad.

"Yo... tengo insomnio, señor", murmuró, sujetando la capa con fuerza.

De mala gana, el profesor Snape le tendió una mano para que se pusiera de pie, y el adolescente gimió ligeramente cuando su profesor lo levantó.

"¿Por eso siempre andas a escondidas después del toque de queda, Potter?", preguntó tras unos segundos de incómodo silencio.

"S-sí, ¡lo s-siento, profesor! No le vi hasta que fue demasiado tarde", Harrison se mordió ligeramente el labio, mirando al hombre.

"Vuelva a su dormitorio, señor Potter. Y recuerde que a un Slytherin nunca lo pillan".

Se alejó por el pasillo dejando boquiabierto a un chico de ojos verdes, incrédulo.  ¿No le quitaron puntos? ¿Ningún castigo? ¿Ningún 'Eres un inútil, Potter'?

Decidido a hacer lo que había dicho antes de que cambiara de opinión, Harrison volvió a ponerse la capa y se apresuró hacia su habitación.

§Serpiente púrpura§ siseó al retrato, que se abrió de inmediato.

Cuando se quitó la capa, el subidón de adrenalina empezó a desaparecer y se quedó dormido en cuanto su cabeza tocó la almohada.

A la mañana siguiente, durante el desayuno, Seamus Finnegan, el recién nombrado Ravenclaw, encontró una excusa para acercarse a la mesa de Slytherin, aunque podría tener algo que ver con el hecho de que cierto Príncipe de Hielo estuviera sentado frente a Harrison.

"¿Sí, Seamus?", preguntó la serpiente de ojos esmeralda mientras daba de comer tranquilamente a Alistair trozos de salami.

"Bueno, sólo quería que supieras que no estoy de acuerdo con lo que Ron te decía el otro día, estoy de tu lado ¿sí?".

Harrison sonrió "Siéntate, Seamus. ¿Cuál era tu número de poder mágico?"

"Oh, uh, 421 y mi patronus es un caballo. Se parece mucho al que montaba mi padre antes de que tuviera que dejarlo por un accidente de equitación", el irlandés pareció triste durante unos segundos antes de animarse de nuevo. "¿Y vosotros?"

"567 para mí con un Cuervo, y Hermione 509 con un búho real. ¿Y tú Draco?" Preguntó Harrison al rubio que había estado escuchando la conversación