Capítulo 21

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Los exámenes de Selectividad se acercaban rápidamente y Harrison, Hermione, Draco y el resto de sus amigos mostraban signos de tensión.  Pasaban largas horas en la biblioteca o en sus habitaciones repasando textos, releyendo apuntes de siete años, revisando deberes antiguos y repasando datos oscuros.  Y una vez que empezaron los exámenes... bueno, hasta Crabbe y Goyle se veían con la cara metida en los libros. 

Pero por fin terminaron los NEWT y los alumnos de séptimo se vieron liberados de su tormento para relajarse mientras los de quinto hacían sus OWL y todos los demás estudiantes estaban en clases normales, y sufriendo con los exámenes de fin de curso.  Harrison y sus amigos pasaron largas horas junto al Lago Negro, disfrutando del buen tiempo y de su liberación de la educación. 

Por fin terminaron todos los exámenes y llegó la hora de la fiesta de despedida.  Slytherin ganó la copa de la casa, lo que no bastó para hacer sonreír al malhumorado jefe de la casa, pero su caluroso aplauso bastó para mostrar a las serpientes sus verdaderos sentimientos.  Hermione dio un codazo a Harrison cuando los ojos del hombre se deslizaron hacia él una vez más durante el festín y la algarabía.  Draco estaba demasiado ocupado mirando la mesa de Ravenclaw como para darse cuenta, pero Hermione, incluso con su creciente relación con Dean todavía se las arreglaba para verlo todo.

"Harrison", siseó Hermione cuando Dumbledore empezó a hablar.

Un leve color rosado empezó a subir por la nuca de Harrison mientras intentaba escuchar a Dumbledore para ahogar el sonido de los insistentes susurros de su hermana.

"¡Harrison!" Hermione lo golpeó esta vez en la espalda.

Él se removió en el asiento y se giró para poder ver la cara de su hermana.  Casi resopló al ver el rubor que decoraba su rostro.

"El profesor Snape te está mirando, Harrison -susurró, complacida cuando el rubor desapareció. 

"Lo sé. siseó Harrison, casi cayendo en parsel.  Alistair asomó la cabeza por encima de la bata de Harrison al percibir la vergüenza y la leve excitación de su humano.

§¿Maestro?§ -siseó- §¿Qué ocurre?§

Harrison puso los ojos en blanco y fulminó a su hermana con la mirada, lo que no la disuadió en absoluto antes de responder a su familiar.  §No pasa nada, Alistair.  Hermione se burla de mí porque el profesor Snape me ha estado observando.§

§¿Profesor... Snape?§ Alistair siseó inseguro, sólo conocía las palabras lejanamente por el uso de su maestro. Las serpientes no tenían profesores, después de todo. §¿El hombre de muchos olores que desea aparearse contigo?§ El rubor en las mejillas de Harrison se había convertido en un furioso infierno que le causó cierta sorpresa, ya que aún no le había prendido fuego a la túnica. §¿El que desearías que se aparease contigo?§

Si su túnica no estuviera ardiendo ahora, nada lo haría.  Tenía la cara encendida y a Hermione le costaba controlar sus risitas.  No sabía lo que la serpiente estaba diciendo, pero estaba claro que había continuado con su pequeña burla sobre el enamoramiento de la adolescente.  El sonido de muchos cuerpos moviéndose sacó a Harrison de su avergonzada excitación al darse cuenta de que Dumbledore había dado por terminada la escuela mientras su hermana y su serpiente lo atormentaban.  Se dirigió rápidamente a su habitación, Hermione siguiéndolo todo el camino, todavía riéndose.  Se atrincheró en su dormitorio lo mejor que pudo y trató de dormir un poco.  Por la mañana, antes de que saliera el tren, tendrían la ceremonia de graduación y él tenía que dar un discurso.  El de Hermione versaba sobre la amistad y los vínculos creados durante la escuela, y que el aprendizaje podía continuar en cualquier parte, pero él tenía una idea diferente en mente.

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