CAPITULO VI

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Daniella Kingstone definitivamente era una chica particular, podría hasta decirse que era el lado opuesto a Charity. Físicamente era baja, con el pelo negro y liso hasta la cintura y unos ojos felinos que podían hacerte arrepentirte de tu propia existencia en un instante. 

Por suerte, al igual que Charity, no tenía ningún problema con su silenciosa presencia. Se conformaba con las respuestas que Zara le daba y no indagaba más de lo debido, tampoco parecía molestarle el constante intento de Morgan en cambiar de tema de conversación como por ejemplo Daniella y Charity, polos opuestos siendo mejores amigas. Sin embargo, todavia no habían llegado a la historia de cómo ella y Charity se habían hecho amigas porque al parecer Rhydian era un tema más importante. Las tres llevaban unos 10 minutos sentadas en los asientos en las afueras de la escuela.

-Así que, ¿de dónde lo conoces?- pregunto Charity.

-¿A quién?- se hizo la desentendida ella.

-¿Cómo que a quién? Al rubio con el cual estabas en el almuerzo y antes agarrados de la mano.

-¿Tienes ya novio?-

-¡Dani!- Charity le pegó en el hombro mientras la miraba mal. Zara rió.

-¿Cómo voy a tener novio si acabo de mudarme?- Zara ríe- No, no es mi novio. Lo conocí hoy, es casi mi vecino-

-Espera, ¿hoy se conocieron?- Zara asintió- Guau.

-¿Qué?- preguntó la rubia mientras la miraba curiosa. Charity solo se encogió de hombros pero ante la mirada ansiosa de Zara, decidió hablar.

-Solamente me parece curioso como es que yo necesite 8 horas para poder sacarte más de 5 palabras pero con el nuevo ya tienes tanta confianza que hasta parecen pareja- Zara no puede evitar sonrojarse.

-Tampoco es que hablamos muchos, es más, no hablamos casi nada. Solamente nos acompañamos en silencio-

-Muy normal de su parte, compartir espacio y oxígeno- las tres rieron ante el comentario de Daniella pero pararon al ver a Rhydian salir despavorido del colegio, dirigiéndose al bosque.

Zara no duda ni por un instante, agarra su bolso y lo sigue. Tenía que admitir que era muy rápido pero ella era más estratega, notaba como el chico corría cegado por sus emociones. En cambio, ella estaba con la mente fría. Calculó un terreno cercano alto y, con un poco de suerte, llegaría a cortarlo. 

Corrió con todas sus fuerzas, sintió los árboles pasar y el aire golpearle la cara. En ese momento, por un instante, se olvidó de que había una razón para estar corriendo y simplemente disfrutó del ejercicio. Mierda que era energizante.

Como lo planeó, sus caminos se cruzaron y ambos chocaron, saliendo volando por el impacto hacia lados contrarios en el suelo. 

Nota como Rhydian parece decidido a seguir corriendo pero cuando la mira, por alguna razón, no lo hace. Zara suelta un suspiro de agotamiento y se recuesta en el suelo mientras comienza a soltar pequeñas risas, todo esto bajo la mirada atenta del rubio, quien no entiende nada.

Una vez que las risas pararon, Zara se vuelve a sentar en el suelo y lo mira, Rhydian nota un brillo en los ojos y no puede evitar recordar su sonrisa anterior, se ve tentado a sonreír él mismo. Sin embargo, después recuerda lo ocurrido en la escuela y su trato con Maddy Smith y todo amague de sonrisa desaparece. Se pone de pie y camina hacia Zara, extendiéndole la mano.

Zara acepta la ayuda y se para, quitandose las hojas de la ropa.

-Ahora que ya hemos hecho ejercicio, ¿me explicas qué ocurrió?- Rhydian asiente mientras le quita un última hoja del cabello.

𝒊𝒏𝒗𝒊𝒔𝒊𝒃𝒍𝒆 𝒔𝒕𝒓𝒊𝒏𝒈, rhydian morrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora